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Los errores más frecuentes en las inversiones (Parte 1 de 3)
Muchas veces he escrito que aprender a invertir bien no es difícil. Los conceptos que hay detrás son bastante sencillos. Pero hay que entenderlos bien, a fondo, porque esa comprensión puede marcar una gran diferencia en los resultados que obtenemos.
De hecho, he notado que la gran mayoría de los errores que cometemos todos al invertir (me incluyo), tienen que ver con olvidarnos de esas nociones básicas o aplicarlas de forma inconsistente a nuestra estrategia. Algunas veces también entran en juego nuestras emociones y otras el que la gente se deja seducir por vendedores que presentan de manera muy atractiva (y engañosa) productos caros y malos.
A continuación, algunos de los errores más frecuentes en las inversiones:
Invertir sin estar preparado.
Esto es más común de lo que parece. Hay personas que están en una situación financiera precaria, con deudas y sin un peso para emergencias, que están invirtiendo (o piensan hacerlo).
Esto es un error por varias razones. La primera es que en caso de un imprevisto, sus opciones serán: endeudarse más para salir del paso, o tener que echar mano de sus inversiones (verse forzados a vender, muchas veces en un mal momento).
Por otro lado, el costo (tasa de interés) de casi cualquier crédito, en México, es muy superior al rendimiento esperado de un portafolio de inversión.
Invertir de manera no consistente con el horizonte de inversión.
He visto gente que invierte su dinero para el retiro –con un horizonte de inversión de más de 20 años– exclusivamente en instrumentos de corto plazo (pagarés a 28 días o Cetes a ese plazo).
También he visto personas que meten una parte de su fondo para emergencias en el mercado accionario (cuya naturaleza es de largo plazo) para buscar un rendimiento mayor.
Claramente no es correcto. Es cierto que un portafolio de inversión de largo plazo puede contener instrumentos de corto plazo. No hay nada malo en ello. Pueden servir para reducir el riesgo de ese portafolio. Además, en algunos momentos, tener liquidez puede ser clave para aprovechar oportunidades (por ejemplo, cuando los mercados sufren caídas considerables).
Pero un portafolio de largo plazo debe estar constituido principalmente por instrumentos que sean consistentes con este horizonte de inversión y que tengan una expectativa de rendimiento real en el largo plazo elevada (al menos 3-4 puntos porcentuales por arriba de la inflación).
Un fondo para emergencias debe contener exclusivamente instrumentos muy líquidos, que se puedan vender sin minusvalía en caso necesario. Para eso está. El objetivo al invertir ese dinero es conservar, en la medida de lo posible, el poder adquisitivo de ese fondo. No es incrementar el patrimonio.
Recordemos que el fondo para emergencias sirve para que no tengamos que echar mano de nuestro portafolio de inversión de largo plazo, en caso de un imprevisto.
Perseguir rendimientos sin tomar en cuenta el riesgo.
Una de las frases que repito muchas veces es “primero el riesgo, no el rendimiento”. Se la aprendí a Carlos Ponce, pero además está directamente relacionada a teoría de portafolios.
Cuando uno construye un portafolio de inversión, la idea es encontrar la combinación de instrumentos tal que, sin exceder de un nivel de riesgo determinado (nuestra tolerancia al riesgo), pueda maximizar el rendimiento esperado.
Es decir, primero controlamos el riesgo, luego buscamos maximizar el rendimiento.
Lamentablemente, muchas personas persiguen rendimientos y se olvidan completamente del riesgo. Esto les conduce muchas veces a tomar riesgos innecesarios.
En mi experiencia, ésta es una de las principales razones por las cuales las personas tienen malas experiencias. Compran instrumentos porque escuchan que han dado un buen rendimiento (es decir, ya subieron, ya están caros). La expectativa de una gran ganancia es seductora y en ocasiones, cegadora.
No dejes que te cieguen. Dice Warren Buffet que la primera regla de las inversiones es: “No pierdas dinero”. La segunda regla es: “no olvidar la primera”. Esto no significa que tu portafolio no pueda tener minusvalías: son parte natural de los mercados financieros (a veces suben, a veces bajan) y en ocasiones las tendrá. Pero sí quiere decir que debes proteger siempre tu dinero, preservar tu capital y no exponerlo a riesgos desconocidos, innecesarios o que no puedas manejar / cubrir.
En la siguiente columna hablaré de otros errores muy comunes en las inversiones.