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Los mercados financieros y la guerra Rusia-Ucrania
Los efectos financieros del conflicto armado entre Rusia y Ucrania comenzaron a hacerse presentes desde el inicio del año 2022. A partir de ese momento, la incertidumbre en el mercado ha ido escalando a la par de la tensión bélica entre ambos países. Fue en la última semana de febrero cuando fuertes caídas en las bolsas de valores dieron paso a un entorno de alta volatilidad, el cual sigue predominando en el mercado.
Los movimientos que se han visto en los mercados financieros en los últimos días obedecen a la escasa certeza sobre el conflicto en Europa de Este, así como se ha presenciado días de pérdidas muy significativas (-4.42% intradía Euro Stoxxx 50 el 24 de febrero de 2022), también se han observado recuperaciones importantes, aunque de menor magnitud. En el muy corto plazo la volatilidad continuará. La pregunta que podría hacerse es: ¿Cuáles son las expectativas de mediano y largo plazo para la economía y cuáles las acciones que adoptarán los bancos centrales?
Hay que comenzar mencionando que Rusia es uno de los principales productores de Petróleo y de Gas Natural, su participación es del 12% y 17% de la producción mundial respectivamente, las expectativas de una disminución en la oferta de ambos energéticos han llevado los precios a niveles significativamente altos, el barril de petróleo Brent ha roto la barrera de los 100 USD y el precio de los Futuros de Gas Natural Europeo ha aumentado más de 150% en lo que va del año. En lo que respecta a Ucrania, la posible disminución de productos agrícolas que exporta a Europa ha presionado los precios al alza. Con esto lo que se espera es que los reportes de inflación, ya de por si altos a nivel mundial, continúen por un tiempo más prolongado.
En el contexto de un mundo globalizado los efectos de la guerra y las sanciones y restricciones que se han impuesto a Rusia afectarán, en mayor o menor medida, el desempeño económico de todos los países con los que tiene relaciones comerciales. Estos efectos serán más severos para los países europeos, pero igualmente los pronósticos de crecimiento para Estados Unidos han disminuido respecto a los que se tenían a inicios del año.
Ambos factores, alta inflación y bajo crecimiento, presentan un reto importante para los Bancos Centrales. Como se sabe, sus mandatos generales incluyen la estabilidad de precios y el mantener las condiciones económicas para fomentar el crecimiento. Habrá que incluir en esta decisión, la incertidumbre que se ha generado por el conflicto armado la cual ha hecho que los inversionistas disminuyan su apetito por riesgo. Aunque se continúa en un contexto de tasas de interés al alza, en Estados Unidos el movimiento de los mercados apunta a una disminución en la velocidad del aumento de tasas por parte de la Reserva Federal.
Por su parte, los mercados financieros locales no han sido ajenos a los movimientos globales. Como era de esperarse la falta de apetito de riesgo disminuyó el valor de los activos mexicanos, tanto el mercado de renta fija como el de renta variable han sufrido pérdidas. Mientras tanto el Peso Mexicano ha tenido episodios de depreciación no tan marcados como en otras ocasiones. Respecto a las tasas de interés de corto plazo, se espera que Banco de México siga los pasos de la FED.
El autor es VP de Productos Estructurados en BBVA Asset Management.
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