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Tres asuntos para el gobierno de CSP
El sexenio pasado tenía la virtud de que todo era sorpresa, sorpresivo y en el peor de los casos incompresible. Nadie sabía qué o porqué el presidente decidía algo. En muchas ocasiones por decir que en su mayoría sencillamente no se podía creer que aquella decisión se hubiera tomado. Los ejemplos sobran: tren maya y el ecocidio de la selva; suspender la construcción de aeropuerto de Texcoco (la decisión más estúpida que un gobernante haya tomado en el pasado reciente, dijo en su editorial el New York Post); mexicana de aviación y así otras más.
En el sexenio actual, todo parece previsible y esperado. Ya no hay sorpresa y aquello que podría serlo y como botón de orgullo, como son los operativos contra el crimen organizado, no pueden presumirse más que fuera de nuestras fronteras a riesgo de que la coalición gobernante se desmorone o empiecen las llamadas desde Palenque.
De entre las cosas previsibles y esperadas me limitaré a referirme a tres que veo altamente delicadas.
La semana pasada nos encontramos qué, en el ejercicio presupuestal, están considerados los programas sociales, pero en general, con una disminución de entre el 50 y el 60%. No me asombró especialmente, porque ya sabíamos que AMLO dejó endeudado al país, sobre todo el último año, en el que tenía que meterle dinero a las campañas y a su clientela para ganar la elección y eso significa recortar el déficit fiscal de 6 a 3 por ciento. Sin embargo, no sabemos cómo será la reacción social. La gente se acostumbra rápido al dinero regalado, cuando este no fluya, comenzarán las preguntas y los reclamos. Puede que sean enfocados y por estado se decida que a unos si y a otros no, Será interesante ver como cae este recorte en la sociedad y que va a significar para la economía mexicana.
Ayer comenzaron las campañas de los jueces, magistrados y ministros de la corte. Imposible conocer la currícula de más de 3000 candidatos. Los de la suprema corte tal vez algunos, pero y los demás. Hay perfiles que han sido evaluados y cuya fama y prestigio no augura nada bueno y finalmente, no sabemos que candidatos tienen o no vínculos con el gobierno o con otros grupos de interés. Yo auguro un desastre, pero de nuevo no será sorpresa ya sabíamos que la reforma y la manera de resolverlo sobre las rodillas, nos llevaría a un desastre y un sin sentido.
Por último, la amenaza arancelaria será un trago amargo, casi como salga. Si quedamos amenazados para el siguiente mes, malo. Si nos ponen aranceles de manera inmediata y violando el T-Mec, malo. Si por esa razón baja el crecimiento en EE UU, malo para nosotros, pues exportaremos menos con las consecuencias de ingreso hasta el nivel familiar.
En fin que todo esto que ya era previsible se está dando y ni las manos vamos a poder meter. No le tengo un ánimo positivo a este año. Creo que no necesito explicarlo, pero por donde uno lo vea, las cosas sólo pueden ponerse peor. Y tal vez esa sensación este invadiendo a más de uno, como yo y entonces si tendríamos el peor de los mundos. Problemas complicados y una actitud negativa. Para llorar, nada más, pero nada menos también.