Un petardo, la señal para iniciar con la violencia

Un petardo que estalló a las 5:25 de la tarde frente al hotel Fontán de Paseo la Reforma e Hidalgo intentó borrar 45 años de historia, de una matanza ocurrida en 1968, y dio paso al caos, anarquía, saqueo, pánico y temor en capitalinos. El odio y violencia de una minoría enmascarada quiso destruir el sueño ideológico de jóvenes que sí saben para se movilizan y protestan.

El esfuerzo de integrantes del Comité del 68, universidades autónomas de México (UNAM) Metropolitana (UAM), Chapingo (UACH), Colegio de Bachilleres, Escuelas Normales Rurales, Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM), Movimiento Popular Independiente (MPI), CNTE, SME, IPN, así como #YoSoy132, se vio opacado.

Fueron casi dos horas y media de arengas contra autoridades federales y del DF, de quienes marcharon de diferentes puntos de la ciudad para abrazar en su encuentro el sueño del no olvido , jóvenes idealistas de playeras con el Che Guevara y normalistas que rechazan la reforma educativa, que quedaron en el traste por una cola de rijosos.

A partir de ahí, la anarquía. Ellos y punks vestidos de negro, con pañuelos, enmascarados o con capuchas -el GDF había advertido no iban a ser tolerados-, sembraron el pánico y terror en quienes aplaudían la lucha social. Las miradas de miedo se encontraban.

El contingente anarquista, estimado por la SSPDF entre 300 y 400 personas, atacó a diestra y siniestra, destrozó comercios entre la Alameda Central hasta la glorieta Colón. Usaron piedras, petardos, bombas molotov, gasolina en bidones, para atacar a granaderos, varios de ellos fueron lesionados.

Cinco minutos después, el grupo de Caballería de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) armó la táctica y arrancó. El humo de gases lacrimógenos para disuadir a anarquistas afectó a quienes apoyaban arengas políticas, turistas y comunicadores.

Los agresores se diferenciaban de los integrantes del Comité 68, que vestían playeras blancas y la leyenda: Este diálogo no lo entendemos, 2 de Octubre 68 y un tanque estampado, y otra con una mano en señal de amor y paz. El Comité ordenó acelerar el paso para no ser agredido o alcanzado por la violencia. Cambiaron de ruta. Llegaron al Ángel de la Independencia y ahí guardaron un minuto de silencio, en memoria de los compañeros caídos en Tlatelolco .

La CNTE abortó la marcha y decidió refugiarse en el Monumento a la Revolución.

Cuando la violencia estaba en el punto más alto, contingentes de granaderos realizaron movimientos tácticos, luego que varios de sus compañeros casi eran quemados y masacrados por anarquistas.

La tolerancia acabó. Los preventivos respondieron, los violentos corrieron. Un grupo de policías encapsuló a los agresores en Puente de Alvarado, esquina con Guerrero y Rosales, y otro apretó por avenida Reforma, hasta que los neutralizó. Ahí se desactivó la violencia, eran ya las 6:15 de la tarde.

Separados, ya no fueron tan malos. Había algunos que no tenían nada que ver. Eran fácil identificar. Iban de negro, encapuchados o pintados de calavera.

Los sentaron e inició su traslado ante el Ministerio Público, donde habrán de declarar.

Los llamados del Comité del 68 a marchar de manera pacífica no fueron escuchados por esta minoría. El jazz, la trova, las ceremonias de los concheros que realizaron por la mañana quedaron sólo para quienes, en tono de luto, asistieron a la Plaza de las Tres Culturas a revivir el momento en que francotiradores le dieron en la frente con una bala al orador. A revivir el momento en el que miles tuvieron que refugiarse en edificios para evitar las balas, en 1968. Los estudiantes que corrieron entre las ruinas en aquella fecha aciaga nada tienen que ver con la batalla campal de ayer en Paseo de la Reforma.

Lo que comenzó en Tlatelolco como una ceremonia para crear conciencia e incluso para realizar un nuevo memorial con la huella de los asistentes plasmada en cemento, se transformó en calles rotas para hacer armas de pierda y lanzarlos a los granaderos.

Las flores, el copal y las exposiciones fotográficas se quedaron en Tlatelolco para ahí, desde la resistencia , recordarle al país que los ideales son reiterados , que la desigualdad prevalece y que la juventud está activa .

Así, concluyó el 45 aniversario de marchas en conmemoración de un evento que cambió México a partir de 1968.

Las heridas no han sanado, siguen abiertas: el 2 de octubre todavía no se olvida.

Saldo de la marcha

Más de 50 detenidos y 51 lesionados

Héctor Serrano, secretario de Gobierno del Distrito Federal, informó ayer por la anoche que el saldo de los enfrentamientos en la marcha conmemorativa del 45 Aniversario de la Matanza de 1968 en Tlatelolco fue de 22 policías lesionados, algunos de ellos, en estado grave –no precisó cuántos- y más de 50 detenidos.

Serán presentados de acuerdo con las evidencias que presente la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) ante la Procuraduría General de Justicia (PGJDF) y de ahí, serán remitidos al Juez Cívico o ante el agente del Ministerio Público de la ciudad de México.

Lo que no precisó Héctor Serrano es que, entre los 22 preventivos lesionados que se enfrentaron a un violento grupo de anarquistas , se encuentra el subsecretario de Seguridad Pública, Luis Rosales Gamboa, a quien encomendó el Jefe de Gobierno del Distrito Federal o su mando superior para encabezar y aplicar el operativo con el objetivo de que no hubiera desmanes.

Por su parte, la Cruz Roja Mexicana informó que atendió hasta la noche de ayer a 51 lesionados, de los cuales cuatro fueron hospitalizados y el resto fue auxiliado en el lugar de los hechos.

El funcionario de la SSPDF fue alcanzado por proyectiles que fueron lanzados por anarquistas, entre las avenidas Juárez y Reforma, punto central de la trifulca de los jóvenes inconformes.

La corporación policiaca, hasta el cierre de esta edición, no había realizado modificación a las cifras enunciadas.