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Bancos pagan sólo 35% del total de cargos no reconocidos
El tiempo que lleva atender una reclamación y los casos que no procederán, los argumentos.
Los cargos no reconocidos, créditos o movimientos bancarios a causa de posible robo de identidad provocaron que se reclamaran ante los bancos 653 millones 647,823 pesos y de éstos sólo se han reintegrado a los clientes 233 millones 425,089 pesos, 35% del total.
Por un lado, tiene que ver con el tiempo que lleva atender una reclamación y por otro, a casos que no procederán, lo que indica que el banco no podrá absorber el monto no reconocido por el cliente.
Durante el periodo enero-septiembre, según el último reporte del Buró de Entidades Financieras de la Condusef se recibieron 49,871 quejas por posibles robos de identidad, entre los cuales destacaron la apertura de cuenta no solicitada ni autorizada, crédito no reconocido en el historial crediticio, crédito otorgado sin ser solicitado ni autorizado, disposición de efectivo en ventanilla y/o sucursal, entre otros.
Por monto reclamado, las cantidades más altas se reportaron en Santander donde las 1,956 quejas reportadas por movimientos derivados de posible robo de identidad ascendieron a 264 millones 258,768 pesos, le sigue HSBC con 89 millones 983,633 pesos.
De las cantidades reclamadas, Santander ha reintegrado a sus clientes 96 millones 697,195 pesos, apenas 36% de lo que no reconocen, por su parte, Citibanamex ha abonado 16 millones 811,383 pesos, 18.6% de lo reclamado, según los reportes de la Condusef.
Dentro del reporte, el órgano regulador explica que las reclamaciones en éstos posibles robos de identidad y fraude no necesariamente son responsabilidad de las instituciones bancarias.
Existen casos donde las reclamaciones de los usuarios hacia los bancos no proceden porque la entidad financiera no encuentra elementos donde considere que sea su responsabilidad el daño o estafa que le hayan cometido a la persona.
Cuando los estafadores obtienen estos datos los utilizan para adquirir, contratar productos y servicios financieros con la finalidad de conseguir dinero a nombre de las víctimas.
La forma en que obtienen los datos de los usuarios de los bancos, tiene que ver con llamadas y mensajes que realizan haciéndose pasar por ejecutivos de alguna institución bancaria.