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Opinión

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¿Qué puede esperar México de Musk, el empresario?

Elon Musk es sinónimo de vanguardia. A lo largo de su experiencia como emprendedor ha fundado PayPal, Tesla, SpaceX, Neuralink, The Boring Company y Starlink, aparte de la compra de Twitter. Hay quien lo compara con Steve Jobs, Henry Ford y Thomas Alva Edison. Hablar de Musk es hablar del hombre más rico del mundo con una fortuna de 200,000 millones de dólares. Musk es el ídolo y la inspiración de muchos líderes empresariales y emprendedores de todo el mundo.

Nació en Sudáfrica a principios de la década de 1970, de madre nutricionista y padre ingeniero. Se graduó de la Universidad de Pensilvania con una licenciatura en Ciencias en Economía y una licenciatura en Física. Después de graduarse, Musk pasó a un programa de doctorado en Stanford, pero tomó la decisión de abandonarlo solo dos días después.

La primera empresa que fundó fue Zip2, que proporcionaba software de guías de ciudades en línea a los periódicos. Tras el éxito de Zip2, Musk invirtió la mayor parte de sus ganancias en su próxima empresa de servicios financieros PayPal que después fue adquirida por eBay, para posteriormente invertir la mayor parte de sus nuevos millones en dos grandes empresas separadas: la primera fue Tesla Motors, una empresa de vehículos eléctricos y energía limpia que Musk fundó en julio de 2003. La segunda gran empresa de Musk a principios de la década de 2000 fue la compañía aeroespacial SpaceX. 

Pero las capacidades y la historia de éxito no están exentas de debates y controversias que trascienden la discusión empresarial y financiera. Y es que si bien las opiniones políticas de los empresarios tecnológicos normalmente no se discuten ni debaten, el caso de Elon Musk es uno especial y bien harían los políticos y gobernantes de estudiarlo ahora que ha decidido instalar una fábrica en nuestro país, y con ello, tener una opinión respecto a lo que sucede en México. 

Musk es un CEO como ningún otro: se pelea constantemente Twitter, es amigo cercano de las celebridades de mayor peso en el mundo, ha sido anfitrión de Saturday Night Live a la vez que asiste a la Gala del Met. Ha logrado construir un culto a su personalidad tan fuerte que ni siquiera acusaciones de su cuestionable moralidad y desprecio por la seguridad de los empleados puede influir en sus seguidores ni tampoco cancelarlo dentro de una cultura que se empeña por hacerlo. 

Lejos de cancelarlo, hoy Elon Musk está más activo que nunca en la difusión de sus ideas e ideología en múltiples plataformas: los medios, las redes y la política. Distintos reportes periodísticos han destacado una dificultad para apuntar con claridad a las posiciones de Musk que lo puedan definir como liberal o conservador, de izquierda o de derecha, progobierno o antigobierno. 

Musk ha dicho que considera que sus ideas están en el centro y que en realidad su visión política no ha cambiado, sino que el Partido Demócrata es el que se ha desviado drásticamente hacia la izquierda. Cree que los principales medios de comunicación están éticamente en bancarrota, que las redes sociales y la mayoría de las instituciones de élite están sesgadas y coludidas con el gobierno. Se opone a los aumentos de impuestos y la organización laboral, e insiste en que un virus “woke” amenaza a la humanidad con la extinción.

Musk se ha pronunciado con frecuencia en contra de los subsidios gubernamentales y ha expresado con frecuencia opiniones contra el uso del dinero de los más ricos para ayudar a los más pobres de la sociedad. En un tuit de octubre de 2021 sobre los planes de los demócratas de gravar a los multimillonarios para pagar sus planes de gastos sociales, Musk escribió: "Eventualmente, se quedan sin el dinero de otras personas y luego vienen por ti".

Aunque sostiene con frecuencia que prefiere mantenerse al margen de la política, se ha adentrado en la esfera política en temas controvertidos como la pandemia de covid-19, la guerra rusa en Ucrania y cuestiones de libertad de expresión. Se mudó a Texas desde California en 2020 durante el punto álgido de la pandemia, meses después de calificar de fascistas las restricciones de Covid-19 impuestas por el gobierno, y luego trasladó la sede de Tesla al estado después de discutir con California sobre las restricciones de coronavirus. 

Independientemente de dudas y contradicciones, no cabe duda de que Elon Musk es un ferviente defensor del libre mercado y profundamente escéptico de las intervenciones gubernamentales en los negocios. La experiencia de sus plantas de Tesla instaladas en Alemania y China demuestran las expectativas que tiene de los países socios y que ahora serán exigencias para el gobierno de México, sus integrantes, sus trabajadores y la sociedad. 

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