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El tabaquismo ha disminuido, pero el reto aún es mayúsculo: ¿Qué podemos hacer?
“Cuando tengamos una generación educada, una regulación apropiada y una autoridad que la haga cumplir, entonces estaremos hablando de una verdadera política antitabaco”, dice José Manuel Mier Odriozola, especialista en cáncer de pulmón, participante en el E-Cigarette Summit, realizado en Washington DC.
Recientemente se llevó a cabo el E-Cigarette Summit, en Washington DC, en este espacio primordialmente se buscaba facilitar el diálogo y un análisis reflexivo de la evidencia científica independiente sobre el problema del tabaquismo y el uso de alternativas al cigarro convencional. La idea también es generar datos que puedan respaldar las decisiones políticas y regulatorias en todo el mundo.
Como demuestran los datos, el tabaquismo ha disminuido. En el periodo del 2000 al 2022 la población adulta que consumía tabaco se redujo del 33% al 20%, según el informe más reciente de la agencia sanitaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS), pese al logro que esto significa, todavía hay mil 250 millones de fumadores y en la mayoría de los países los adolescentes de entre 13 y 15 años consumen tabaco o productos con nicotina, además, hay seis naciones donde los fumadores van en aumento: República del Congo, Egipto, Indonesia, Jordania, Omán y Moldova. También las tasas de consumo de tabaco entre mujeres ha aumentado, por ejemplo en Europa son más del doble del promedio mundial.
Para el doctor José Manuel Mier Odriozola, cirujano de tórax y especialista en cáncer de pulmón, esto es preocupante, porque aunque los cigarros electrónicos están produciendo una disminución en el tabaquismo en adultos, por otro lado estamos viendo a muchos adolescentes y niños que los están empezando a consumir, “Si esto continúa, evidentemente tendremos una nueva generación de adictos a nicotina en los próximos años”.
Cabe destacar que las preocupaciones en torno al consumo de nicotina se derivan principalmente de sus propiedades adictivas, el desarrollo de problemas cardiovasculares, su toxicidad para la reproducción y su impacto en el desarrollo cerebral, sobre todo en los jóvenes. El doctor Neal Benowitz, catedrático de la Universidad de California, en San Francisco, recordó también que la nicotina es adictiva pero no la causante de todas las enfermedades relacionadas al tabaquismo, eso se produce por la combustión del tabaco.
La dependencia de la nicotina se asocia predominantemente al consumo de cigarrillos tradicionales, con un 75% de fumadores adultos diarios que presentan dependencia, por eso la aceptación de la nicotina sin combustión en la sociedad podría traer beneficios significativos a una parte de la población, no así para los menores de edad.
Entonces, ¿si o no a las opciones de nicotina sin combustión?
Mier Odriozola también fundador y director del Instituto de Cirugía Torácica Mínimamente Invasiva (ICTMI) y asesor de salud para Philip Morris México para sus productos de riesgo reducido, explica que lo que están haciendo otros países son regulaciones muy estrictas para que estos productos (de nicotina sin combustión) no lleguen al alcance de los niños; pero por otro lado, también cuentan con autoridades sanitarias muy capacitadas en el tema para hacer cumplir la Ley. “No basta con una buena Ley, necesitamos también quien la haga cumplir”, eso al parecer está sucediendo en lugares como Reino Unido, la Unión Europea, Japón, Estados Unidos y Nueva Zelanda.
Dijo que el problema de México y Latinoamérica en general es que no tenemos ninguno de esos elementos, no hay una regulación y tampoco una autoridad capacitada en este momento para dar cumplimiento a “nada” porque no existe. “Ese es el gran problema en el que estamos, que están llegando productos alternativos a los cigarrillos convencionales sin regular, sin saber de dónde vienen, ni cómo están producidos ni quién los está vendiendo, ni quién los está consumiendo, pero la realidad nos supera, vemos claramente en las calles un alto consumo en adolescentes y niños y esa generación sin duda será dependiente de nicotina en los próximos años si no hacemos algo”.
Agrega en entrevista que a la par es fundamental estar hablando de educación en las escuelas, desde muy pequeños indicarles que ningún producto para fumar es bueno, que los productos electrónicos están diseñados para fumadores adultos que no han podido o no quieren dejar de fumar y que de ninguna manera debería ser un producto para consumo de ellos.
“Cuando tengamos una generación educada, una regulación apropiada y una autoridad que la haga cumplir, entonces estaremos hablando de una verdadera política antitabaco”. Recordó que prohibir jamás ha servido como método de disuasión, “mirar hacia otro lado jamás ha servido, los productos están en la calle, los consumidores los están utilizando, en México hay un estimado de más de 2 millones de personas que ya los utilizan”, en realidad también falta investigación científica y data que nos permita medir el problema en el país. Concluye que “o enfrentas la situación o el problema nos va a comer”.
Para el doctor Alejandro Macías Hernández, excomisionado de Salud en la pandemia de influenza A (H1N1) en México, es importante partir del hecho de que las prohibiciones a la larga no funcionan y que una regulación muy estricta lo que fomenta frecuentemente es el mercado negro, “eso ha pasado en otros países donde la regulación pierde la capacidad” como en Australia, donde el uso de estos productos se volvió estrictamente médico y ahora los usuarios obtienen sus recetas en Nueva Zelanda y en el mercado negro.
Dijo que lo ideal sería prohibir todas las adicciones, incluyendo alcohol, tabaco y otras drogas, pero “ya la historia ha demostrado que eso no se puede, por eso hay que buscar las alternativas de regulación, que respeten las libertades individuales y que sean realistas, si no al final, hay un mercado negro que se quedará con las rentas del Estado”.
Expresó que en una regulación más que ser idealista hay que ser realista y en el caso del tabaco, que hace mucho daño, pero que por fortuna en el mundo tiende a disminuir su consumo, lograr disminuirlo todavía más tiene que ser con políticas, educación, regulación y con evidencia científica. “Tenemos que aceptar que hay opciones, unas más dañinas que otras y debemos facilitar que la gente deje la alternativa que hace más daño, ahí es donde la regulación tiene que ser realista, aceptando que si sueltas demasiado también podrías promover el uso del vapeo en los adolescentes”. Buscar el equilibrio no es una posición sencilla, pero tenemos que aceptar la realidad y regular a partir de ello. “Si perdemos la capacidad de regulación del Estado, hay una población muy amplia en peligro. Lo peor que podemos hacer es escondernos y no regular, sobre todo para esos menores que se están adentrando al mundo de la nicotina y otras sustancias a través de productos totalmente desconocidos”.
La experiencia estadounidense
Recientemente la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) en Estados Unidos, actualizó su enfoque de regulación para productos de tabaco. El Dr. David Levy, profesor en Oncología del Centro Oncológico Integral Lombardl, de la Universidad de Georgetown, explica que la hoja de ruta sugerida por la FDA aconseja elaborar normas específicas para cada producto, tener en cuenta el impacto en grupos vulnerables como los fumadores de más edad, y garantizar la competencia del sector de los productos distintos a los cigarrillos y la flexibilidad normativa para fomentar la innovación.
El doctor Brian King director del Centro de Productos del Tabaco (CTP) de la FDA, explicó que es un plan estratégico de 5 años basado en los esfuerzos realizados en materia de ciencia, calidad sanitaria, participación de las partes interesadas y transparencia en su estrategia. Sus reglas se basan en cuatro pilares principales:
Normas y reglamentos: Se propuso prohibir el mentol y otros sabores característicos, salvo el tabaco en los cigarrillos tradicionales, y tiene previsto limitar el nivel de nicotina para reducir el poder adictivo de los cigarrillos y otros productos del tabaco.
Acciones de cumplimiento y aplicación: destacó la colaboración con el Departamento de Justicia y el Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras para presentar más de 1.300 cartas de advertencia a fabricantes y minoristas por infracciones de productos a través de investigaciones realizadas en línea.
Revisión previa a la comercialización: se han recibido solicitudes para 26 millones de productos, en su mayoría cigarrillos electrónicos, de los que el 94 % han sido completamente revisados y cargados en la base de datos de productos de tabaco.
Educación pública: existen varias campañas de prevención sobre los cigarrillos tradicionales, los cigarrillos electrónicos y la industria tabacalera.