Lectura 3:00 min
Guerrero halla vestigios de la cultura olmeca
Una figurilla humana tipo Mezcala, fragmentos de brasero procedente de alrededor el años 700 d.C., cerámica Olmeca y Preolmeca de los años 1000 y 1200 a.C., así como restos óseos, fueron hallados en una cueva del municipio de Cocula, al norte de Chilpancingo, en Guerrero.
Una figurilla humana tipo Mezcala, fragmentos de brasero procedente de alrededor el años 700 d.C., cerámica Olmeca y Preolmeca de los años 1000 y 1200 a.C., así como restos óseos, fueron hallados en una cueva del municipio de Cocula, al norte de Chilpancingo, en Guerrero.
El descubrimiento se suscitó durante las obras de mantenimiento de un camino, en un páramo llamado Oxtotenco, en las afueras de la comunidad de Atzcala, informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en un comunicado.
Por la diversidad de objetos encontrados, los especialistas deducen que el lugar tuvo distintas ocupaciones y fue un sitio de culto funerario, pues las cerámicas halladas corresponden a dos etapas diferentes de la civilización Olmeca, mientras que otras piezas revelan la presencia de grupos de tradición Mezcala, indicó.
El arqueólogo Miguel Pérez Negrete destacó el hallazgo de la figurilla tipo Mezcala, que se conserva completa, pues de estas esculturas esquemáticas y pequeñas hechas de piedra sólo se han encontrado una decena en los últimos 10 años.
La cultura Mezcala se asentó a lo largo del Río Balsas, hasta porciones limítrofes del actual estado de Guerrero, la cual se ha identificado principalmente por su estilo arquitectónico y figurillas antropomorfas.
De la pieza hallada recientemente, al igual que las demás, no se distingue el sexo, pero se diferencia por tener ojos redondos como puntos, en lugar de rasgados.
Pérez recordó que a principios de los 80 del siglo pasado se localizaron fragmentos de siete piezas en Xalitla; entre 2005 y 2007, cuatro en Mezcala y Atzcala, y finalmente la escultura completa que se descubrió en la cueva.
Junto a la figurilla se encontró cerámica Blanco Granular, caracterizada por ser muy arenosa, del 700 d.C., aproximadamente, también fragmentos de braseros que resultan evidencia de actividades rituales, pues eran usados antiguamente para quemar copal y realizar ceremonias.
Manifestó que con estos se reitera el papel sagrado de las cuevas entre las culturas prehispánicas. La cavidad donde se hicieron los descubrimientos es de 2.4 metros de profundidad y cinco de diámetro.
Sobre las evidencias preolmecas, el arqueólogo detalló que se tratan de fragmentos de cajetes bruñidos, negros y cerámicas rojas decoradas con patrones de puntos, en tanto que las olmecas son cajetes de color blanco bruñido con incisiones en los bordes y fondos.
Sobre los restos óseos humanos, refirió que están fragmentados y todavía no se sabe a qué época pertenecen, aunque posiblemente sean de tiempos olmecas, por la cerámica asociada a ellos.
En el rescate arqueológico participan, además de Pérez, los arqueólogos Jorge Alberto Hernández y Antonio Hermosillo Worley, con el apoyo de Guadalupe Dionisio y personas de la comunidad de Atzcala que se interesaron en la conservación de su patrimonio arqueológico.
nlb