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La inmunonutrición nos enseña a prevenir enfermedades
La inmunonutrición analiza la relación e interacción de los nutrientes macro y micro en nuestro sistema inmunológico, este tiene dos funciones principales, y dos piezas angulares: evitar que nos estemos enfermando y que no tengamos procesos infecto-contagiosos.
Inmunodeficiencia asociada a la pérdida de nutrientes es un área de la medicina que a partir de la pandemia a cobrado relevancia, la llamada inmunonutrición tiene que ver con las carencias alimentarias y nutricionales que nos llevan a tener problemas inmunológicos, o por el contrario, si nuestra forma de alimentarnos es la correcta, poder gozar de una buena salud y protección.
El doctor Ernesto Cárdenas Gómez, especialista en neuronutrición y micronutrición funcional por el Instituto Latinoamericano de Sobrepeso y Obesidad, y actualmente director médico de Nutritiva Mente, explica a El Economista que el sistema inmunológico dentro de su formación de células y como mediadores, nos ayuda a evitar infecciones, pero también evitar la parte inflamatoria. De aquí es donde se parte para analizar estos cambios y se empieza a poner atención a un factor que es la obesidad y la forma de alimentarnos.
La obesidad por sus depósitos de ácidos grasos, con los cambios metabólicos que la misma enfermedad infiere, nos va a condicionar a que nuestro sistema inmunológico o de defensas no sean las más adecuadas y que no pueda defenderse ni protegerse de la mejor manera. “En la pandemia por ejemplo, vimos la asociación de la obesidad con las complicaciones y en la tasa de procesos donde se podía agravar la enfermedad, incluso las secuelas”.
Con todo este panorama la inmunonutrición analiza la relación e interacción de los nutrientes macro y micro en nuestro sistema inmunológico, este tiene dos funciones principales, y dos piezas angulares: Evitar que nos estemos enfermando y que no tengamos procesos infecto-contagiosos.
Hablemos de alimentos
El especialista comparte que la gran virtud de esta rama de la medicina es que puede ser preventiva si logramos una comprensión de lo que comemos, por ello nos da algunos datos para ir generando conciencia.
Dentro de los nutrimentos que tenemos para la estabilización y buen funcionamiento del sistema inmunológico empezamos con ácidos grasos (Omega 3, DHA y EPA). Para la parte inmunológica tienen un mayor impacto los Omegas EPA porque ayudan a estabilizar y a la formación adecuada de células de defensa,los pasos inmunológicos para mantener un equilibrio tanto en formación de células, como en acción de las mismas.
Otro elemento se encuentra en la vitamina D. Esta tiene una función específica para la formación de células blancas, que son las principales células de defensa. Desafortunadamente en la población mexicana hay mucha carencia de esta vitamina, porque nuestra alimentación en general está formada por alimentos fritos y grasos, en contraste, los pacientes asiáticos que incluyen más pescados, semillas y cítricos, están más protegidos. “En realidad se trata de una hormona con un impacto directo en la respuesta inmunológica a diversos factores, virus, bacterias, parásitos, o alergias, que no son más que carencia de este nutrimento”.
Explica que a veces llegamos a suplementar la vitamina D, pero esta tiene también un mecanismo específico en el que va a actuar y tiene que ver con la exposición solar, “podemos suplementarnos pero si tenemos una exposición prácticamente nula, la asimilación de esta vitamina no va a ser adecuada y será modificada”.
Cárdenas Gómez, también habla de la vitamina C, que se encuentra en los cítricos (naranja, limón) y que al igual que todos los demás elementos micro y macro, tiene una pieza angular en la formación para la contención y en el equilibrio adecuado para la parte inmunológica de nuestro cuerpo evitando eventos oxidativos e inflamatorios, además de la creación de células de defensa. El especialista asegura que “para mantener niveles adecuados de todos los recursos anteriores, la suplementación será importante para llegar a los estándares necesarios”.
Otro elemento si hablamos de minerales que van a resultar con un impacto sobre nuestra salud inmunológica es el Zinc, es un mineral que actúa sobre la parte medular que nos llevará a la formación de células para hacer una contención adecuada ante procesos alérgicos y bacterianos. Una pieza más son los antioxidantes, como la uva, pescados, frutos rojos. “Esto ayudará a la contención y mejoramiento de los eventos alérgicos”, y destaca que evitan la inflamación; “cuando un segmento de nuestro cuerpo está inflamado nos lleva a padecer enfermedades infecto contagiosas y también de aquí derivan todas las crónico-degenerativas. Mientras menos inflamado esté nuestro cuerpo, mejor”.
La importancia de la biota
“Hoy sabemos que la microbiota es como un segundo cerebro y cuando tenemos elementos que a nivel intestinal nos protegen (probióticos), el sistema inmunológico va a gozar de salud, cuando hay un desequilibrio en esta biota llamada disbiosis, los hacemos completamente vulnerables porque muchos de los microrganismos entran por vía respiratoria o a través de los alimentos”.
Explica que si nuestro sistema inmunológico a nivel gastrointestinal no está preparado ni tiene los elementos suficientes hablando de estos microrganismos de factor protector nos hacemos vulnerables, cuando estamos en equilibrio con los probióticos tendremos mecanismos de respuesta y defensa. “Lo hemos visto, acudimos a comer a un mismo lugar y solo una o dos personas enferman, esto habla de una buena biota para hacer contención o no”.
Prevenir, no curar
El especialista concluye que tener en cuenta todos estos elementos tiene una gran virtud, porque hablamos de prevención. “Es mucho más barato prevenir que curar, además de todas las implicaciones y repercusiones. Hay estudios que nos hablan de que, si llevamos todos una buena alimentación, ejercicio de forma regular, si nos hidratamos de una forma correcta y nos suplementamos para tener una actividad metabólica adecuada, podemos tener muchos los factores en contra, pero la posibilidad de enfermar se disminuye de una manera radical”.
Los cuidados metabólicos y suplementarnos para poder vivir bien, va a ser parte importante para mantener una salud biológica, psicológica y emocional, es la parte integral para que podamos vivir bien y no dejemos todo en manos del sistema de salud que se dedica a curar.
“Hoy el paciente no se atiende hasta que se siente mal, con los mecanismos de prevención el gasto per cápita en salud tendría una disminución notable y nuestra calidad de vida aumentaría (…) Para mejorar las condiciones en salud podemos empezar desde el núcleo familiar, un hábito toma 21 días y si nos apegamos podemos lograr un hábito de vida, con una dieta equilibrada, hidratación, actividad física regular, además de medicina preventiva para revisar nuestras condiciones de salud y posteriormente suplementarnos, nos va a garantizar que el riesgo de padecer enfermedades disminuya”.