Medalla de Oro a María Lagunes, creadora de su propio universo

De la obra artística inagotable de María Lagunes (Veracruz, México, 1922) hay mucho legado en la vía pública, en las galerías y colecciones privadas de Estados Unidos, Canadá, México, Italia, Francia, Alemania.

Es una artista universal, una mujer que se abrió paso pese a las barreras del género en el arte durante el siglo XX. Inagotable, prolífica, trotamundos, curiosa, siempre en constante evolución.

Este lunes, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, la escultora, dibujante y pintora de 102 años recibió la Medalla de Oro Bellas Artes como reconocimiento especial por su trabajo artístico insoslayable, como una de las artistas que, por sus propios ímpetus, rompieron todo techo de cristal que no alcanzó a limitar su crecimiento creativo.

Para reconocerla, estuvieron presentes Lucina Jiménez, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL); Homero Fernández, director del Complejo Cultural Los Pinos; Silvia Alejandre Prado, secretaria de Cultura de Veracruz, estado natal de la homenajeada, y sus hijas Silvia y Maya Segarra Lagunes.

Desde Roma con admiración

Asimismo, como es una tradición en la ceremonia de reconocimiento de las Medallas Bellas Artes, hubo un encargado de introducir a la premiada, que en este caso fue el arquitecto italiano Francesco Cellini, actual vicepresidente de la antiquísima Academia Nacional de San Lucas, en Roma, por la que transitaron grandes del arte italiano, como Gian Lorenzo Bernini o Baldassare Croce, e institución con la que Lagunes ha sostenido una fuerte relación profesional.

Cellini leyó una semblanza de la vida y obra de Lagunes. Destacó, por ejemplo, que desde principios de los años 60, la artista homenajeada “comenzó a definir su propio camino creativo, muy distinto de la escuela muralista y del abstraccionismo de la Ruptura. En él se esconde la vena naturalista y a veces antropomórfica, una búsqueda paciente y lúcida de la subestructura espacial de las formas y, como escribió Berta Taracena: ‘su obra es el resultado insólito y mágico de nuevas formas, donde grupos y conglomerados, bestias y plantas se contradicen en presencias fisiológicas’”.

Asimismo, explicó la manera en la que, durante esos años 60, el escultor y arquitecto francés André Bloc, una de las figuras trascendentales en la vida y obra de la artista mexicana, asimiló a Lagunes como su pupila y para la que fue fundamental una vez que ésta viajó a Francia para instruirse en arquitectura, espacio público y escultura. Más tarde, esa misma década, Lagunes tuvo estancias artísticas en Italia, Inglaterra, Bélgica y España.

Cellini destacó de la escultora que, con su regreso a México, desde 1969 y hasta 2004, fue catedrática de la Facultad de Arquitectura de la UNAM y fue ella la responsable de impulsar el curso de “Dibujo de formas escultóricas” en esta misma facultad, es decir, que su visión artística y autoridad fueron capaces de reunir los criterios de dos disciplinas para enriquecimiento mutuo.

En plena madurez, añadió el académico italiano, la producción de María Lagunes abandonó en parte las formas naturalistas y orgánicas para concentrarse en las obras abstractas y geométricas, con ensamblajes de formas plenamente arquitectónicas.

“Sus obras son resultado de una permanente evolución interior en busca de nuevas formas y también, hay que subrayarlo, de una constante experimentación de nuevos materiales. Lagunes inventa esculturas textiles, explora estrategias ready-made, investiga la calidad táctil de las superficies: pátinas, acrilato, ónix, y perfecciona una gama cromática muy personal y distintiva”, dijo Cellini y añadió:

“Lo cierto es que la actividad creativa de María Lagunes ha sido incesante y es mucho más amplia de la que se ha exhibido en exposiciones o, según se observa, en las numerosas colecciones públicas y privadas de México, Europa, Estados Unidos, Canadá y Sudamérica”.

Mujer de “espíritu alquimista”

Finalmente, después de entregarle la Medalla de Oro Bellas Artes, Lucina Jiménez, directora del INBAL, destacó de Lagunes que “su espíritu de alquimista le permitió crear un universo simbólico y estético, de la madera al metal, al concreto y el ónix. Nadie como ella ha desarrollado tal exploración matérica y esa manera tan propia de combinar escultura con espacio urbano y naturaleza”.

Para María Lagunes, añadió la funcionaria, “no hay material del que no emerja un fragmento de su infinito cosmos. Y es que la obra de María Lagunes también encierra una musicalidad profunda. No se limitó a una sola disciplina sino que ha transitado por muy diversos lenguajes y formas artísticas: textil, grabado, escultura, óleo, fotografía del retrato y mucho más. Su formación interdisciplinaria le da esa frescura y contundencia poco frecuente y más bien irrepetible”.

Finalmente, destacó: “Mujer plena y emblemática del siglo XX, vínculo espléndido con este siglo XXI que la reconoce por su permanencia y por su capacidad de reinventarse siempre. Fue capaz de romper de manera incuestionable ese techo de cristal, fue capaz de romper ese mito de que las mujeres no debían trabajar materiales rudos en un mundo dominado por la presencia masculina. Gracias, maestra, por demostrar que ningún campo del ser humano debe cerrarse en razón de género o adscripción identitaria”, concluyó la funcionaria.

Premios de la homenajeada

• Primer premio para la realización del monumento urbano a la escritora mexicana Rosario Castellanos, Bosque de Chapultepec – 1976
• Medalla de Oro y Mención Honorífica – II Biennale Internazionale della Pietra – 1980
• Primer Premio a Artista Extranjero del Salón Internacional Palais de Beaux Arts, Nancy, Francia - 1982
• Diploma D’Onore y Targa Aurea di Scultura – XXI Rassegna Internazionale de Pittura, Scultura e Grafica – 1984
• Nombrada Miembro correspondiente de la Academia de Artes de México – 2020
• Medalla de Oro Bellas Artes 2024, México – 2024

Obras fundamentales de María Lagunes

• Monumento a Rosario Castellanos en el Bosque de Chapultepec (1975)
• Señal, en Torre Lomas (1984)
• Mutaciones (1997)
• Retrato del poeta León Felipe (1969)

ricardo.quiroga@eleconomista.mx