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No rasgarse las vestiduras y discutir vigencia de los fideicomisos: GRECU

El Decreto presidencial es una oportunidad para pensar cuáles se deben convertir en dependencias y cuáles deben desaparecer, explica el especialista en economía cultural Eduardo Cruz Vázquez.

El Decreto por el que se ordena la extinción o terminación de los fideicomisos públicos, mandatos públicos y análogos, ejercido por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, a través de su publicación en el Diario Oficial de la Federación el pasado 2 de abril, desató una discusión en la comunidad cultural y el público en general por el temor a la desaparición de algunos fideicomisos o mandatos dependientes de la Secretaría de Cultura, en particular, del Mandato del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca).

Sin embargo, dicho Decreto, detallado en siete artículos, señala en su Artículo 1 primer párrafo lo siguiente:

“Se instruye a las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal, a la Oficina de la Presidencia de la República, así como a los Tribunales Agrarios, para que a la entrada en vigor del presente Decreto y en términos de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria y su Reglamento, lleven a cabo los procesos para extinguir o dar por terminados todos los fideicomisos públicos sin estructura orgánica, mandatos o análogos de carácter federal en los que funjan como unidades responsables o mandantes”.

Por lo tanto, el Decreto mismo ordena la extinción de aquellas entidades “sin estructura orgánica”, es decir, que excluye a aquellas entidades que cuentan con un organigrama: con personal contratado y figuras de mando, organizativas o de manejo de las finanzas para su operación, lo cual exenta al propio Fonca de su extinción por efecto del Decreto, dado que el Fonca cuenta con un organigrama operativo cuya secretaria ejecutiva es actualmente Adriana Konzevik Cabib; el cual, además, recibe una asignación anual de parte del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF). Lo mismo sucede con el Museo de Arte Popular, que tiene un mandato o fideicomiso, pero cuenta con estructura orgánica, y queda exento del Decreto.

En el caso de otros fondos a los que se ha considerado en riesgo, como el Fideicomiso Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (Fidecine) y el Fideicomiso Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad (Foprocine), el Decreto no tendrá efecto, al menos, en los fondos de financiamiento de los programas de apoyo en ambos rubros del séptimo arte, dado que los apoyos económicos son estímulos fiscales.

De la Secretaría de Cultura dependen 14 fideicomisos, mandatos o análogos, varios de ellos con distintas estructuras, algunas con organigramas, otras con apoyadas por estímulos fiscales y unas más carentes de lo anterior (todos se listan al final de este texto para conocimiento del lector).

“No hay que confundir los fideicomisos, los mandatos, con lo que son los programas que están financiados por estímulos fiscales. Eso está muy claro. Los que responden a las políticas fiscales no tienen nada que ver con instrumentos jurídicos. No hay materia de discusión en eso. Por ejemplo, no hay que rasgarse las vestiduras porque los fondos de financiamiento del cine son facilidades fiscales que otorgan a quienes requieren financiar proyectos productivos. En lo que hay que centrarnos es en evaluar qué fideicomiso o mandato de los que tiene en su jurisdicción actualmente la Secretaría de Cultura son los que tiene sentido que permanezcan, bajo qué condiciones, y cuáles no tiene sentido que permanezcan”, señala en entrevista el periodista, gestor y experto en economía cultural Eduardo Cruz Vázquez, coordinador del Grupo de Reflexión sobre Economía y Cultura (GRECU).

En el caso del Fonca, apunta, aprovechando el Decreto, la discusión tendría que concentrarse en su conversión a una dependencia más de la Secretaría de Cultura con un presupuesto asignado para poder distribuir los recursos a los beneficiados. De ser así, remarca, lo que desaparecería sería su nombre como Fondo, no así su función, y, como tal, deberá recibir recursos del PEF.

“En el caso de Cultura, antes de rasgarse las vestiduras, hay que revisar cuál es su pertinencia (la de los fideicomisos o mandatos) y si están cumpliendo las funciones para las que fueron creados. Ese es el análisis que está ausente. Es penoso que la Secretaría de Cultura dejara pasar la oportunidad para salir al quite y decir lo que va a pasar. Eso habla de una improvisación a lo largo del tiempo. Hay una discusión en la que, por un lado existe una parte técnica, jurídica, importante, que no queda al alcance de todos; por otro lado, hay un exceso de culto casi religioso a estos instrumentos como si fueran la panacea, como si realmente fueran instrumentos jurídicos y financieros con labores excepcionales”, señala.

Recuerda que la iniciativa de cancelación de los fideicomisos públicos no es nueva e improvisada, sino que fue una propuesta de campaña del ahora presidente de la República.

“Una cosa es lo que dice el decreto y otra lo que en realidad está pasando con estos instrumentos, si están o no cumpliendo con el objetivo por el que fueron creados. En el caso de Cultura, tienen un punto y aparte porque, los fideicomisos, como el caso de los mandatos, en ningún momento han constituido un punto oscuro del manejo de fondos públicos”.

Por ejemplo, en el caso del Fideicomiso para la Cineteca Nacional, el 4 de abril de 2017 fue considerado como Entidad Paraestatal por la Cláusula Primera del Quinto Convenio Modificatorio al Contrato de Fideicomiso Público; solamente se conservó la denominación como “Fideicomiso para la Cineteca Nacional”, pero se rige por la Ley Federal de Cinematografía, entre otras normativas aplicables y, como una paraestatal, tiene asignaciones anuales por parte del PEF.

En el caso de otras figuras, como la del Fideicomiso para Apoyar la Construcción del Centro Nacional de las Artes (Cenart), opina Eduardo Cruz, “tendrían que desaparecer porque ya cumplieron su función, pero hay otros que tendrían que seguir operando porque es la manera en la que les asignan el presupuesto”. Detalla que el Cenart tiene su propia estructura orgánica y también recibe recursos federales, por lo que su fideicomiso no tiene razón de ser.

Otro que queda exento del Decreto es el Fideicomiso para el Uso y Aprovechamiento del Auditorio Nacional, dado que es tripartita: con participación del gobierno federal, del gobierno de la Ciudad de México y de la iniciativa privada, por lo tanto, afirma, los fideicomisos privados no pueden ser intervenidos por la figura presidencial. Algo parecido sucede con el Antiguo Colegio de San Ildefonso, que tiene participación tripartita: UNAM, gobierno de la Ciudad de México y la Secretaría de Cultura federal.

El especialista en economía cultural reitera: “sí hay que hacer el matiz y tener mucho cuidado en no armar escándalo donde no lo hay. Sí hay que aprovechar, finalmente, la salida de este Decreto a partir de un ofrecimiento de campaña, para discutir cuáles de esos fideicomisos y mandatos tienen sentido permanecer y ser convertidos de dependencias de la Secretaría de Cultura y cuáles sí deben desaparecer porque ya terminaron su función. Es importante abonar una discusión seria, documentada y entender por qué en el caso de cultura ya no tendría sentido incorporar algunos al organigrama de la Secretaría de Cultura”.

Por último, opina que “lo penoso es que nos desvivamos por decirle a la opinión pública lo que el gobierno tendría que decir. Es decir, en el momento en que el presidente anunció el Decreto, todos los secretarios de Estados parecería que fueron tomados por sorpresa, incluyendo a la propia Alejandra Frausto (secretaria de Cultura federal). En lugar de salir a decir cómo es la situación, permiten que se generen estos vacíos que tratamos de llenar, pero en los que nos falta la versión de ellos. Ahora, si los tomó por sorpresa, habla de poca precaución de su parte, porque el presidente lo vino cantando desde las campañas”.

 

A continuación se listan los nombres de los 14 fideicomisos, mandatos y análogos que no son entidades los cuales están actualmente bajo la jurisdicción de la Secretaría de Cultura:

  • Fideicomiso para apoyar la Construcción del Centro Nacional de las Artes
  • Fideicomiso para la Adaptación de los Museos Diego Rivera y Frida Kahlo
  • Fideicomiso para la Conservación de la Casa del Risco y Pinacoteca Isidro Fabela
  • Fideicomiso para el Fomento y la Conservación del Patrimonio Cultural Antropológico, Arqueológico e Histórico de México
  • Fondo para los Trabajadores por Prima de Antigüedad de Educal
  • Fideicomiso Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad (Foprocine)
  • Fideicomiso Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (Fidecine)
  • Fideicomiso Museo de Arte Popular Mexicano
  • Fideicomiso Irrevocable de Administración Museo Regional de Guadalupe Zacatecas
  • Fideicomiso Irrevocable de Administración Centro Cultural Santo Domingo Oaxaca
  • Fideicomiso Privado Irrevocable de Administración Santo Domingo de Guzmán, Chiapas
  • Mandato Antiguo Colegio de San Ildefonso
  • Mandato del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca)
  • Fideicomiso para la Cultura de la Comisión México-Estados Unidos para el Intercambio Educativo y Cultural F/22514 (Fonca)

ricardo.quiroga@eleconomista.mx

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