Periodismo cultural, entre el cielo y el infierno

Desde las dos primeras ponencias del Primer Encuentro Internacional de Periodismo Cultural en la UNAM, las del puertorriqueño Héctor Feliciano y el mexicano Nicolás Alvarado se presentaron las dos caras de la moneda que está en el aire para decidir el destino del periodismo cultural.

Digamos, primero, la visión más pesimista.

Para salir desolados

Si me hubieran invitado hace 10 o 15 años, dijo Nicolás Alvarado, hubiera dado un panorama general bastante triste, con un periodismo cultural cuya más alta aspiración sería obtener el Premio Nacional de Transcripción , ya que más que reportajes o buenas notas, se transcriben conferencias de prensa, boletines o declaraciones.

Ahora, 10 o 15 años después de esa fecha hipotética en que les hubiera dado ese panorama con el que hubiéramos salido de esta sala bastante tristes, les diré que vamos a salir desolados , agregó Alvarado, y comenzó a dar datos sobre la pérdida de suplementos culturales y la disminución u ocultamiento, casi hasta la desaparición, de las páginas diarias de cultura, de la falta de recursos para hacer buen periodismo.

Pero lo que más lamenta es la desaparición de la crítica, la crítica en general, la de cine, teatro, música, literatura, en especial en estas épocas en que como dijera Harold Bloom, en internet está todo el conocimiento, ahora sólo falta la sabiduría .

A veces, como salgo en la tele, la gente se me acerca a contarme que escribe, pensamientos, y que si yo creo que habrá algún editor interesado en publicarlos , cuenta, y dice que él, a su vez, hace dibujitos pero no cree que pudieran entrar en una galería.

Internet permite que esos pensamientos y dibujitos sean publicados, dice Alvarado, pero hace falta la crítica que los distinga de la literatura y las artes plásticas, que nos guíe.

A la crítica de cine, da como ejemplo, la estamos condenando a los blogs… a ser pensamientos sobre pelis .

Hace 10 o 15 años el periodismo cultural estaba condenado a la mediocridad… qué padre estar condenados a la mediocridad y no a la extinción como estamos ahora , concluyó.

El peligro de la pipolización

Yo soy optimista , asegura Héctor Feliciano tanto en su conferencia como en breve entrevista posterior.

Hay que tener mucho cuidado con los pronósticos fatalistas, advierte Feliciano. Hace unos años se decía que la gente prácticamente iba a dejar de escribir y leer, pero luego con los mails y el messenger, resultó que la gente empezó a escribir más que nunca.

Después, como leer en la computadora es cansado y te harta, se decía que sólo se harían textos cortos y superfluos, ahora con el auge de libro electrónico, que no cansa, que se puede llevar a la cama o al sillón favorito y no hay que estar atado a la computadora de escritorio, podemos prever que regresan los textos largos y de profundidad .

Pero no todo es color de rosa. Lo más peligroso para Feliciano es que todo el periodismo se quiere parecer al periodismo de la farándula, de los famosos, lo que se ha llamado la ‘pipolización’, es decir, que todo se haga como para que salga en la revista People .

El periodismo en general se ha ido farandulizando, empezando por el de la política, pero el cultural también… La pregunta es cómo resistir el embate de estas fuerzas tan simpáticas, porque la verdad es que son simpáticas .

Así, no serían las nuevas tecnologías las principales causantes de los problemas.

Hay quienes creen que Internet está acabando con el periodismo, que la gente ya prefiere leer blogs que periódicos, pero también es cierto que la llegada de Internet se da en un momento en que el periodismo ya estaba en problemas, dice. No es como que hubiera llegado en el siglo XIX, cuando los periódicos eran realmente la única forma de conocer el mundo .

De hecho, como es optimista, asegura que internet será una ventaja, los periódicos están en los libros electrónicos y éstos son cada vez más cómodos para leer, y van a ser mejores, más flexibles, se están haciendo muchos esfuerzos para lograrlo .

La solución, para él es una y sólo una: hacer buen periodismo, con buena reportería (en México diríamos reporteada )

Además, la gente, sí distingue entre un blog superficial, que también es buenísimo que exista y un buen trabajo periodístico

Pero, entonces, de dónde saldrán los recursos para hacer periodismo de calidad, la gente está acostumbrada a que el Internet es gratuito.

Habrá recursos, de la publicidad o suscriptores, periódicos como el New York Times van a ser cerrados (de paga) porque pueden permitírselo porque están seguros de su contenido .

¿Y el periodismo cultural puede ayudar a generar esos recursos? Porque muchas veces el pretexto para darle poco espacio es que no vende .

Por supuesto que puede atraer anunciantes. Y no nada más de los que generan cultura, las obras de teatro o cosas así, sino de ciertas marcas que quieren, de alguna manera, que sus productos se relacionen con la cultura, marcas que impulsan cierta forma de vestir o bebidas o yo que sé, muchas otras que saben que sus consumidores son cultos y quieren relacionarse con esa parte de ellos.

Buena reportería

En su conferencia, Feliciano procedió a demostrar un ejemplo de magnífica reportería , su propio trabajo persiguiendo las obras de arte que los nazis se robaron de la Francia ocupada.

Afortunadamente eran alemanes y no latinoamericanos, que somos menos ordenados, hicieron inventarios minuciosos de todo , dijo entre risas.

La investigación de Feliciano arrojó datos sobre una multitud de obras de arte que desaparecieron en un mercado que, igual que el de las drogas no está regulado.

Para que se den cuenta de cuánto se robaron los nazis, fueron alrededor de 100,000 obras, el acervo del Museo de arte de Nueva York es de 2,500 .

mlino@eleconomista.com.mx