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Una orden de pago firmada por Hernán Cortés regresa a México

Este miércoles se concretó la repatriación del documento perteneciente al Fondo Hospital de Jesús que fue firmado en 1527 por el conquistador y que pretendía subastarse en Boston, Massachusetts. La Embajada de Estados Unidos en México lo entregó al Archivo General de la Nación.

Ken Salazar, embajador de Estados Unidos en México, entregó al AGN el manuscrito compuesto por 4 fojas, signado por Hernán Cortés. Foto EE: Eric Lugo

El 25 de mayo de 2022 el Archivo General de la Nación recibió información sobre un documento firmado por Hernán Cortés, que iba a ser vendido en una casa de subastas en la ciudad de Boston, Massachusetts. El documento se ofrecía como “Hernando Cortés, documento firmado y pago increíblemente raro por azúcar rosado”. Este miércoles 19 de julio, finalmente, el documento fue entregado al Archivo General de la Nación (AGN),  su nuevo hogar en México.

El caso comenzó con una denuncia de investigadores respecto de diez documentos que se subastaron del 2010 al 2016. Al realizar las investigaciones, las autoridades de ambos países se percataron de que no eran los únicos faltantes. Posteriormente esto se convirtió en un caso que involucra 26 documentos del Fondo Hospital de Jesús.

De acuerdo con Carlos Enrique Ruiz Abreu, director general del AGN, la devolución de este documento es una victoria para la justicia mexicana y para la preservación del patrimonio cultural, “el proceso fue largo y desafiante, pero gracias a la perseverancia y compromiso hoy podemos celebrar”. Sin embargo, también pone el ojo en un tema de preocupación; “el tráfico ilícito del patrimonio documental es un flagelo que aqueja a los archivos de todo el mundo y acciones de colaboración internacional e interinstitucional son las que permiten las buenas noticias, a la vez permiten dar a conocer la problemática para que la población tome conciencia”.

En la ceremonia de entrega, Kenneth Lee Salazar, embajador de Estados Unidos en México, aseguró que el presidente estadounidense Joe Biden respalda la decisión de seguir haciendo este trabajo, “celebramos el resultado, pero sabemos que tenemos que hacer mucho más, la colaboración entre los dos países la llevamos de una manera transformativa, en todos los temas que nos enlacen como dos naciones socias y vecinas. Aseguremos el patrimonio de ambas naciones”.

Un documento de valor histórico para México

La investigación archivística y documental, permitió identificar referencias y antecedentes que fueran determinantes para comprobar que el documento efectivamente pertenecía al AGN. El dictamen de autenticidad requirió, entre otras cosas, de la evaluación física y la toma de muestra; el análisis paleográfico permitió determinar que es un libramiento de pago emitido por Hernán Cortés a su mayordomo Nicolás de Palacio Rubio, en donde le pide realizar un pago de 12 pesos de oro al maestro Francisco para la compra de azúcar rosado.

El documento, compuesto por 4 fojas, exhibe un tipo de letra procesal con tendencia cortesana y el análisis de las firmas aseguraron su autenticidad, el trazo de las rúbricas permitió corroborar que los personajes que firman efectivamente existieron y tuvieron participación en este proceso histórico.

El manuscrito muestra tonalidades de color marrón y café oscuro como efecto de la corrosión, el soporte presenta mínimo daño de roturas, marcas de dobleces, una mancha de adhesivo y abrasión como efectos de deterioro; por otro lado, la tinta presenta inicio de corrosión y ligeras tintas migradas, también muestra procesos de intervención mediante refuerzos con papel y adhesivo, en general su estado de conservación es bueno. 

Ana Lilia Quintero Barajas, jefa de investigación del acervo documental asegura a El Economista que para entender el documento es importante pensarlo  como un reflejo del proceso de conquista que no terminó con la caída de México–Tenochtitlan, sino del interés tanto de Hernán Cortés, como de la Corona española, por descubrir nuevas rutas para llegar o tomar posesión de las islas Molucas y su avance hacia Asia, pues representaba beneficios incalculables. 

“El documento es uno de los tantos preparativos de Cortés para la expedición del Mar del Sur en el que da instrucciones para la compra de insumos. Algunos de los productos que se llevaban en las expediciones eran aceite, vinagre, velas, piedras, azufres y entre ellas, el azúcar rosado, que se pensaba que traía beneficios para la salud, como purgantes suaves”, precisó Quintero.

Un procedimiento legal diferente 

Marlene López Torres, subdirectora para la protección y restauración del patrimonio documental, asegura que este caso es muy significativo, debido a que, para repatriar el documento, se optó por un procedimiento legal diferente a lo ordinario. “En esta ocasión no se siguió un protocolo, lo que se hizo fue estudiar casos anteriores en los que se habían hecho denuncias por la sustracción de documentos y venta en Estados Unidos”.

“Una de las áreas de oportunidad que se identificaron es que con el procedimiento ordinario no se había podido detener la subasta de documentos e incluso las casas de subasta indicaban que nadie los había contactado para detenerla. Por ello ahora en lugar de tratar de acreditar ante autoridades mexicanas la sustracción del documento se hizo frente a las autoridades norteamericanas”, refiere.

Por su parte, Kenneth Smith, del FBI, explica que para ellos también fue un caso distinto e interesante. “Recibimos una llamada en nuestra línea pública desde México hablando de este documento que se encontraba en un sitio web para subasta. Con la Unidad de Crímenes de Arte se explicó la situación y de inmediato se comenzó a juntar la información”.

Para lograr la devolución del documento, una agente del FBI en Boston fue directamente a la casa de subastas, habló con los propietarios de la casa y aseguró el manuscrito. Después comenzó el largo proceso jurídico para la repatriación de manera legal. “Para nosotros fue muy útil y efectivo que la agente en Boston se pusiera a trabajar de inmediato y detuviera la venta, que no esperara hasta que se cumpliera la asistencia jurídica, pues como sabemos, eso puede tardar meses o años. Para nosotros es un ejemplo que queremos seguir en el futuro”, dijo a El Economista.

El agregado jurídico del FBI en México, Ángel Catalán, asegura que el robo de artículos de valor histórico, constituye un problema global con costos que rebasan los billones de dólares anualmente. Para recuperar estos artículos tan valiosos y enjuiciar a los responsables de dichos crímenes, el FBI tiene un equipo de 23 agentes. “Desde el 2005, cuando se fundó este departamento, se han recuperado más de 15,000 piezas de patrimonio alrededor del mundo, con un valor económico que sobrepasa los 900 millones de dólares”.

Por su parte, el consultor jurídico de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Alejandro Celorio Alcántara, comparte que el éxito de este caso también estuvo en la argumentación jurídica, porque es una cuestión de mejor derecho. “Uno puede decir que esa pieza es de México, pero el tenedor en otro país también lo puede decir”. Después de este ejercicio de detección y pronta acción demuestran que además de esgrimir el mejor derecho, se requiere de voluntad política y excelentes relaciones bilaterales como las que se tienen con Estados Unidos. En esta administración federal, recordó, se han recuperado más de 11,500 piezas arqueológicas y documentos históricos que pertenecen al patrimonio cultural de la nación mexicana.

¿Qué pasará con el documento?

Las autoridades mexicanas seguirán investigando el documento pues aunque se hicieron las gestiones para la repatriación, siguen las investigaciones para dar con la persona responsable de su sustracción, por lo cual estará en resguardo y sujeto a una investigación penal en territorio nacional. 

Pero más allá de encontrar a un culpable, que pinta muy difícil por el tiempo a revisar, lo que se pretende es analizar los modus operandi y generar una sistemática para ver cómo son los flujos en la sustracción de documentos, para deslindar responsabilidades. 

Por otro lado, para evitar daños o alteración, se digitalizará el documento y se agregará a la plataforma memórica del AGN, en un par de semanas, para que el público en general pueda consultarlo.

nelly.toche@eleconomista.mx

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