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Capital Humano

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Ampliarán JCF para mayor inclusión de personas con antecedentes penales

Este esquema de capacitación ha alcanzado ya a más de 1.8 millones de jóvenes; el 57.5% es mujer y el 42.5% es hombre. Chiapas, Veracruz, Tabasco, el Estado de México y Guerrero concentran el 47.6 de las y los aprendices.

Foto EE: Archivo

A un poco más de dos años de su creación, el programa Jóvenes Construyendo el Futuro entrará a una nueva etapa en la que la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) buscará aumentar la empleabilidad de las y los becarios egresados. Otro paso importante en esta fase será incrementar la incorporación de una de las poblaciones más estigmatizadas y que muchas veces tiene menos oportunidad de ser contratada: aquella que estuvo en prisión.

Dayra Vergara, Coordinadora Nacional del programa, dio a conocer que la STPS ampliará la vinculación de jóvenes que se encuentran en libertad condicionada. La funcionaria lo informó en un diálogo con organizaciones de la sociedad civil, el encuentro fue convocado por la Alianza Jóvenes con Trabajo Digno en el marco del Día Internacional de la Juventud.

La libertad condicionada es un beneficio establecido en la Ley Nacional de Ejecución Penal. Pueden acceder a ella las personas sentenciadas que cumplan con diversos requisitos, y cuando el Poder Judicial considera que “no existe un riesgo objetivo y razonable” para que sigan su proceso fuera de prisión bajo supervisión.

En una primera fase, la dependencia implementó el programa en el penal de Santa Martha Acatitla, en la Ciudad de México. Ahora, están trabajando con el Poder Judicial de los diferentes estados del país, bajo el nuevo Sistema de Justicia Penal, para llegar a más jóvenes en estas circunstancias, según la funcionaria.

Chihuahua será la siguiente entidad en donde se pondrá en marcha esta estrategia. “Iremos poco a poco” a otros estados, dijo Dayra Vergara. Para poder ejecutarla también están haciendo un trabajo de información y sensibilización con el sector privado “para que puedan recibir a estos jóvenes que se merecen otra oportunidad y puedan ayudar a transformarles la vida”.

Mediante el programa, se han capacitado a más de 411,000 jóvenes que viven en municipios con alta incidencia delictiva, indicó la funcionaria. “Asistimos de manera presencial, a través de oficinas móviles, colonia por colonia en un esfuerzo articulado con las secretarías de Seguridad Ciudadana y de Gobernación”, pues además de ayudarles a encontrar empleo, se trata de “la construcción de paz y reconstrucción de tejido social. Estamos yendo por los jóvenes e incorporándolos al programa”.

Demandas y respuestas

En 2019, el gobierno federal lanzó este programa dirigido a una población poco tomada en cuenta en las políticas públicas, especialmente en el ámbito laboral. Pero entre ese grupo, la estrategia se enfocó en las personas menos visibilizadas, a menos que fuera para estigmatizarlas: quienes tienen entre 18 y 29 años y que no estudian y no trabajan en una actividad remunerada.

El objetivo es su capacitación a través de actividades económica y productivas que desarrollen centros de trabajo de todos los niveles y tamaños, del sector público, privado y social, explicó Dayra Vergara. Por 12 meses reciben capacitación laboral en uno de estos lugares y una beca mensual de 4,310 pesos, además de seguro médico.

Casi 1.8 millones de jóvenes han ingresado a este programa desde 2019, el 57.5% es mujer y el 42.5% hombre. De enero a julio de 2021 se han capacitado a más de 597,000. Chiapas, Veracruz, Tabasco, el Estado de México y Guerrero concentran el 47.6 de las y los aprendices.

“Es el primer programa de ese tamaño, de esa magnitud” en el país, reconoció Tere Lanzagorta directora de YouthBuild México. “Eso nos ha llevado, incluso, a invisibilizar toda la problemática de los y las jóvenes”, sobre todo de quienes pertenecen a los grupos históricamente discriminados.

El programa debe continuar, pero mejorar, agregó. Debe tener mecanismos para alcanzar a jóvenes con mayores desventajas, focalizarlo quienes no han pudieron terminar la educación media superior, que son más de 11 millones de personas.

Dayra Vergara indicó que Jóvenes Construyendo el Futuro está presente en el 99.2% de los municipios con población indígena, donde ha apoyado a más 233,000 aprendices.

Informó que el 10% de quienes se han inscrito cuenta sólo con estudios de primaria y el 27%, de secundaria. El 43% tiene la educación media superior, el 4%, una carrera técnica y el 16%, carrera universitaria.

“Eso quiere decir que no sólo los de secundaria y media superior necesitaban el programa, también los de educación universitaria”, porque las empresas no les daban esa primera oportunidad. “Estamos rompiendo las barreras del reclutamiento”.

Trabajo y transmisión de conocimientos

Otra mejora que propone la Alianza Jóvenes con Trabajo digno es “garantizar capacitaciones en habilidades blandas. Todos los días lo escuchamos de empleadores”, y el programa proporciona esta formación o lo hace de manera muy breve, aseguró. Tere Lanzagorta.

Dayra Vergara adelantó que la STPS está definiendo los últimos detalles a un programa de capacitación en ese sentido. Pronto lanzará una aplicación mediante la cual podrán acceder a esa formación, dijo.

Por otro lado, la certificación, no sólo la beca es importante, señaló la directora de YouthBuild México. Sería un sueño que terminaran con una certificación de lo que aprendieron, apuntó.

Sobre esto la funcionaria explicó que el programa integra a empresas y centros de trabajo de todos los tamaños. Para alcanzar a jóvenes con mayores desventajas significa “confiar en las unidades económicas que mantienen activas a las comunidades”.

Es complicado que, por ejemplo, un taller de mujeres en una comunidad indígena que recibe a jóvenes para capacitarles quizá en los tejidos tradicionales, puedan emitir una certificación. En esos casos además de la formación para que generen ingresos, se trata de “la transmisión de conocimientos uno a uno. Eso es un pilar” del programa.

Finalmente, Tere Lanzagorta indicó que es necesario “cerrar la pinza”. El programa no garantiza la incorporación al trabajo, por ello se requiere mayor articulación con el Sistema Nacional de Empleo (SNE).

A más de dos años de la creación de ese programa de capacitación, ahora “estamos concentrando nuestros esfuerzos en otra unidad de la Subsecretaría de Empleo y Productividad Laboral”, explicó Dayra Vergara. Una de las herramientas que impulsarán para reforzar las metas para la empleabilidad de los egresados serán las ferias de empleo organizadas por la dependencia, entre otros eventos de vinvulación.

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