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Capital Humano

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Balance entre trabajo y vida personal, una agenda pendiente en México

La alta carga de horas laborales, la amplia brecha de género en el trabajo del hogar y la mala calidad del tiempo libre impactan el nivel de bienestar de la fuerza laboral nacional.

 

Foto: Shutterstock

Lograr equilibrar la vida personal y las responsabilidades laborales es un desafío para la gran mayoría de los trabajadores en el mundo. Las y los mexicanos no se quedan atrás y son de los que registran un mayor rezago en este terreno a nivel global.

Y si el balance entre vida y trabajo representaba un gran reto para la fuerza laboral de México antes de la crisis por el nuevo coronavirus, la pandemia ha evidenciado fuertes deficiencias que dificultan el avance en esta materia. La alta carga de horas de trabajo, la brecha de género en la tareas de cuidado en el hogar y la calidad del tiempo libre son parte de los pendientes sobre la mesa.

En nuestro país se conmemora hoy, 1 de junio, el “Día Nacional del Balance Trabajo-Familia”, fecha que busca crear conciencia sobre la necesidad de “mayor equidad y democratización en las tareas. Se trata de garantizar el derecho tanto a hombres como mujeres a un trabajo remunerado sin tener que renunciar por ello a una vida familiar”, se expresa en el dictamen avalado por el Congreso de la Unión en marzo del 2019 y promulgado por el presidente Andrés Manuel López Obrador el 3 de mayo del año pasado.

De acuerdo con el Índice para una vida mejor, elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México tiene uno de los niveles más bajos en el “Balance vida-trabajo” de entre 40 países analizados. Con una calificación de 1.1, en un rango de 0 a 10, ocupa la posición 39 en el ranking, superado sólo por Colombia, que tiene una nota de 0.9 puntos.

Uno de los aspectos clave para lograr este equilibrio es el número de horas que trabaja una persona. Los mexicanos laboran, en promedio, 2,148 horas al año, es decir, 41 horas a la semana, la mayor carga entre las naciones que conforman el organismo, cuyo promedio es de 1,734 horas anuales, 33 horas por semana.

Sin embargo, 28.7% de la fuerza laboral mexicana trabaja más de 50 horas a la semana, destaca Roberto Martínez Yllescas, Director del Centro de la OCDE en México para América Latina, cuatro veces más que el promedio, lo que habla del desafío que enfrentan las personas trabajadoras para tener una mejor calidad de vida.

“Un aspecto importante del equilibro laboral-personal es el número de horas que una persona trabaja. La evidencia sugiere que un horario de trabajo largo puede resultar perjudicial para la salud personal, poner en peligro la seguridad y aumentar el estrés”, se expresa en el Índice para una mejor vida.

¿Y el trabajo no remunerado?

Otro gran reto en la materia tiene que ver con el trabajo no remunerado, principalmente las tareas domésticas y de cuidado, expone Martínez Yllescas. Esto porque no hay una distribución equitativa entre hombres y mujeres de estas responsabilidades, lo que impacta directamente en la disponibilidad de tiempo para ocio y cuidado personal.

De acuerdo con los datos de trabajo no remunerado de los hogares del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), las mujeres dedican tres veces más tiempo que los hombres a estas tareas. Mientras ellas invierten 41 horas a la semana al cuidado del hogar y de otros, ellos sólo le dedican 13 horas.

Este factor es uno de los que ha prendido señales de alerta en el confinamiento a causa del pandemia del Covid-19, señala el representante de la OCDE en México. “Es ahora cuando se ve en el diseño de los hogares mexicanos esa tensión entre el tiempo dedicado al trabajo no remunerado”, expresa, lo que da la oportunidad para renegociar y repartir equitativamente las tareas de cuidado de la casa y de los dependientes.

“Esta pandemia nos va a devolver una realidad, cuando la retomemos, muy distinta a la que teníamos en el mes de febrero de 2020. Ahí tendremos que recolectar evidencia nueva y fresca, y darnos tiempo para ver qué tanto ha cambiado el equilibrio relativo entre el tiempo dedicado al ocio y el cuidado personal y las actividades que proveen los ingresos”, concluye.

Periodista. Actualmente es el editor de El Economista online. Entre 2019 y 2023 coordinó Capital Humano en sus versiones en línea e impresa. Tiene una especialización en periodismo de finanzas y negocios, y en periodismo de datos.

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