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Capital Humano

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La habilidad de pausar, las culturas de alto desempeño no son sinónimo de agotamiento

El rendimiento cognitivo y la toma de decisiones se reducen significativamente cuando los empleados no tienen suficiente tiempo para recuperarse.

Foto: Shutterstock

¿Para tener resultados extraordinarios los equipos o personas con alto rendimiento requieren trabajar todo el tiempo?, ¿el descanso se deja de lado porque no existe margen para parar?, ¿descansar no es viable ni compatible con el alto desempeño?

Así como los atletas de alto desempeño, los colaboradores o equipos de alto rendimiento, requieren períodos de descanso para recuperarse de ese esfuerzo extraordinario que realizan. Aunque no necesariamente lo hacen.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) reporta que 32% de los empleados en sectores de alta demanda experimenta síntomas de agotamiento severo, lo que no solo afecta su salud mental, sino que también compromete su desempeño a largo plazo.

Y es que, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Harvard realizado en 2023, el rendimiento cognitivo y la toma de decisiones se reducen significativamente cuando los empleados no tienen suficiente tiempo para recuperarse.

Además, la investigación refiere que el sueño insuficiente puede disminuir la capacidad de concentración en 50% y aumentar la probabilidad de errores en 20 por ciento. Estos factores, a su vez, pueden contrarrestar el impacto positivo de las horas extras dedicadas al trabajo.

¿Cómo se define a los equipos de alto rendimiento?

Para Jessica Soulé, fundadora de Talento & Legado consultora especializada en el desarrollo integral de directivos, líderes y equipos, el alto rendimiento tiene que ver con el valor que se aporta.

“Para mi definir el alto rendimiento está basado en el valor que el equipo aporta al negocio, a las personas, al propio equipo”, dice la especialista. En ese sentido, considera que hay tres elementos que conforman a este tipo de grupos de trabajo.

El primero tienen que ver con la potencia, claridad, liderazgo, productividad, cómo nos volvemos un equipo más potente.

El segundo es la plenitud, es decir, la realización, ¿cómo hacer que los equipos se autorrealicen? Elementos como sentirse cuidados, valorados, con propósito, autónomos.

“Yo digo siempre que pasamos más tiempo en nuestro rol laboral. Y es súper importante que, si ya estamos ahí y le vamos a echar todos los kilos, pues nos sintamos realizados”, considera.

El tercer elemento de un equipo de alto rendimiento es el bienestar integral. “Creo que la salud mental es importante, muy importante, pero también está la salud física, la salud emocional, la salud espiritual, o sea, como las relaciones, mis finanzas, mi estilo de vida. Y todo influye también en el rendimiento”, establece.

“Si yo no estoy bien en algún área de mi vida, llámale salud mental, física o emocional, pues eso va a impactar de alguna forma o cómo me relaciono o mi rendimiento o mi realización”.

Por su parte, Melhina Magaña, CEO de la consultora Daucon, refiere que una persona de alto rendimiento tiene alta productividad, con una productividad mayor al promedio. “¿Qué significa?, que en el tiempo que esa persona tiene logra más, excede la expectativa y busca resultados extraordinarios”.

Una persona de alto desempeño o rendimiento es 400 veces más productiva que una persona promedio, comenta.

“El alto desempeño sí requiere sacrificio, disciplina, orientación al resultado. Una capacidad brutal de reconocer qué hacer bien y qué necesitas mejorar. Estas personas de alto rendimiento, pues como verás, tienen muchas características, hay signos de grandeza, hay apropiación del resultado, del objetivo, pero sobre todo hay disciplina”, dice.

No obstante, a decir de Melhina Magaña, este tipo de trabajadores, al igual que los atletas, deben saber cuándo descansar, cuándo trabajar duro y saben cuándo va la recuperación.

Los picos de rendimiento y el descanso

Para Jessica Soulé en el alto rendimiento hay picos de trabajo por los proyectos, donde se deben dar resultados. Sin embargo, si las organizaciones pretenden que ese nivel sea sostenido a largo plazo, también debe existir un proceso de descanso, en donde los equipos se recuperen en todos los niveles: emocional, creativo, físico, mental.

“Si todo son picos altos de trabajo y de horarios, lo único que voy a conseguir en el equipo es burnout o agotamiento”, advierte.

Tal como dice Tal Ben-Shahar, el gurú de la psicología positiva, refiere la especialista en equipos de alto rendimiento, los líderes, y en general los equipos, deben tener esa habilidad de pausar.

“Si se tiene esos picos altos por un proyecto, después viene una pausa, para descansar, recuperarse, para después volver a entrar a un ciclo de alto rendimiento. Pero si no hacemos estas pausas de descanso después de un proyecto, en algún momento vendrá un quiebre”, refiere la fundadora de Talento & Legado.

La especialista asegura que la organización no debe esperar a que ya todo el equipo esté “quemado”, sino tener una especie de semáforo que permita prevenir el agotamiento, detectar señales para actuar en consecuencia.

Para Melhina Magaña los límites del descanso y hablar sobre lo que se necesita para tener un alto rendimiento no sólo corresponde a los líderes, también es importante que las personas tomen ese asunto en sus manos.

Explica que, culturalmente, se espera que el líder se encargue de todo; sin embargo, si realmente se quiere comenzar a hablar de alto rendimiento y experimentarlo en toda la extensión de la palabra, cada persona tendría que tomar la responsabilidad de su bienestar, y, por lo tanto, de su descanso.

Y justo en medio de esta euforia olímpica que estamos viviendo, un ejemplo de atleta que tomó en sus manos su descanso y priorizó su salud mental, es Simón Biles. “Ella supo cuándo parar, aun con la presión social y escrutinio público, al final ese tiempo fuera resultó en un regreso donde se le ve más renovada, más fuerte, más poderosa que nunca. Esta historia es increíble de alguien haciéndose responsable de su salud mental”, comentó.

Lograr el equilibrio, el reto

Melhina Magaña considera que el bienestar comienza cada mañana. “¿Cómo inicia tu día?, ¿a qué hora te levantas?, ¿estás haciendo ejercicio?, ¿cuántas horas duermes’, ¿qué necesitas para estar mejor?”.

Además de la desintoxicación digital y los estímulos, incluso el descanso social. Se debe evaluar qué tipo de descanso se necesita, refiere la especialista en equipos de alto rendimiento.

“Entonces, ya entendiendo cuál es el descanso que a mí me hace la diferencia y teniendo mi propia receta de éxito, yo ya puedo salir al mundo mañana a tener unos hábitos de alto rendimiento que se puedan sostener sin quemarme”.

Y justo eso es lo que más le queremos decir a las personas, afirma: “¿cuál va a ser tu propia receta de bienestar que te permita hacer esto que quieres hacer por muchos años? Todos somos nuestro propio atleta en nuestras propias olimpiadas, una y otra vez.

En ese tenor, la especialista asegura que el sostenerse en el alto desempeño, “requiere de hábitos que permitan tener la mejor versión de las personas, de saber en qué se quieren convertir”.

Por su parte, Jessica Soulé opina que las empresas deben transformar el concepto de equipos o culturas de alto rendimiento. “En lugar de estar solo centrados en el valor, también deben ver a las personas. Es un cambio de mentalidad, y eso requiere transformaciones de fondo en las organizaciones que traerán acciones que cuiden, primero que nada, a las personas”, refiere.

Periodista especializada en temas financieros y económicos; hoy también escribe sobre empleo, carrera, políticas laborales, salud mental en el trabajo, desarrollo profesional, marca personal.

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