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Capital Humano

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Reforma de explotación laboral: 4.8 millones trabajan más de 56 horas a la semana

La OCDE ha externado su preocupación por las jornadas laborales en México; mientras tanto, especialistas en mercado laboral coinciden en que el tiempo de trabajo es un desafío estructural en el país.

Foto EE: Archivo

La tipificación de las jornadas de trabajo superiores a la ley como delito de explotación laboral puso nuevamente el tema del tiempo de trabajo en la agenda de discusión y los datos indican que el panorama de México en esta materia no es alentador. De hecho, laborar muchas horas por encima de lo permitido es una característica de nuestro país.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en México cerca de 4.8 millones de empleados tienen una jornada laboral superior a las 56 horas por semana; es decir, trabajan más del límite legal, incluyendo en ello el tiempo extra permitido.

Esta cifra engloba a trabajadores subordinados, en otras palabras, con un empleador. Y representan el 12% de todos los asalariados del país. Adicionalmente, cerca de 5.1 millones de trabajadores tiene jornadas de entre 48 y 56 horas semanales.

La extensión de las jornadas laborales, “es una cuestión histórica de la estructura del mercado laboral mexicano. Y tiene que ver más con un aspecto de política laboral que dinámica del mercado de trabajo, es parecido a lo que ocurrió con el salario mínimo que permaneció estático por tres décadas”, opina Axel Eduardo González, coordinador de Datos de México, ¿Cómo Vamos? (MCV).

Y el tiempo de trabajo en México con relación a los niveles de productividad, dice el especialista, siguen generando una gran paradoja. “En economías como Canadá, Estados Unidos, Francia o Corea del Sur con jornadas menores, se observa una productividad mayor. Hallazgos recientes en la literatura económica muestran que las jornadas laborales prolongadas tienen impactos negativos en la productividad”.

En eso coincide Ana Bertha Gutiérrez, coordinadora de Comercio Exterior y Mercado Laboral del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). “Es algo que reduce la productividad, la cual tenemos estancada desde hace décadas. Aunque suena a veces contraintuitivo, las jornadas que permitan más ese balance entre trabajo y ocio, también lleva a mayor productividad laboral, pero es algo que en México no terminamos de entender o implementar”.  

En junio entró en vigor la reforma a la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas y para la Protección y Asistencia a las Víctimas de estos Delitos. Con esta modificación se tipificaron las jornadas de trabajo superiores a las establecidas en la Ley Federal del Trabajo (LFT) como delitos de explotación laboral.

Su discusión en el Congreso de la Unión tuvo pocos reflectores, pero luego de su publicación en el Diario Oficial de la Federación (DOF), la reforma acaparó la agenda pública por las implicaciones: penas de cárcel y sanciones económicas en casos de incumplimiento normativo.

Aunque la regulación está dirigida a las jornadas que exceden el tiempo extraordinario, las famosas horas extras, y exenta las jornadas especiales, la reforma generó mucho ruido entre el sector empresarial. Las firmas legales si bien intentaron calmar el ambiente, la recomendación común fue: revisar el cumplimiento del pago de horas extras y los límites en los horarios de trabajo.

Los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) no son los únicos que muestran un panorama complejo sobre el tiempo de trabajo en México. Las últimas cifras de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) posicionan a nuestro país como la economía donde las personas destinan más horas al trabajo, en promedio los mexicanos laboran 26.6% más que la media de las economías que integran la organización.

“En jornadas laborales es algo que se ha abordado mucho en los últimos años, es un tema que se tiene que atender, pero de la mano de otros elementos”, dice Ana Bertha Gutiérrez.

Desde la perspectiva de la especialista, la extensión de las horas laborales también debe abordarse desde una visión de riesgos ocupacionales. “Es importante verlo en ese sentido, hay estudios de la Organización Mundial de la Salud que advierten que las jornadas laborales largas son un riesgo para la salud”.  

Según un reporte de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), las disposiciones legales relacionadas con la jornada laboral y el pago de horas extras, es el segundo incumplimiento más recurrente identificado en inspecciones de condiciones generales de trabajo.

Los sectores con jornadas más extensas

De acuerdo con la ENOE, el sector de servicios es el que abarca a más personas con jornadas de trabajo superiores al límite legal. De la población que excede los límites de horas de trabajo, el 62% se concentra en estas actividades.

Por subsectores, el comercio, el transporte y los servicios profesionales, y de alojamiento, tienen las mayores proporciones de empleados con horarios laborales por arriba de lo establecido en la LFT.

Y este panorama, indica Axel Eduardo González, muestra que la prolongación del tiempo de trabajo también se relaciona con los niveles de informalidad del país y la necesidad de ingresos.

“En los servicios de alojamiento o restaurantes se exceden por regularidad las jornadas, y como las personas están en una estructura informal, generalmente laboran por comisiones o propinas, y las jornadas extensas se convierten en un incentivo, pero a costa de la precarización”, apunta el especialista de MCV.

El sector industrial es el segundo con mayor población trabajadora con horarios de trabajo exceden el límite legal. El 58% de estas personas, se emplea en la manufactura.

México tiene muchos pobres de tiempo

“México es uno de los países de la OCDE con más trabajadores pobres de tiempo, que es un concepto muy importante”, expresó Mario López Roldán, director del centro de la OCDE en México para América Latina, durante los foros de parlamento abierto para la reducción de la jornada laboral.

En ese espacio, López Roldán externó la preocupación del organismo por el tiempo de trabajo en nuestro país. “La OCDE está muy preocupada por el estado de los trabajadores en México. En diferentes direcciones se están cobrando más atención en este tema. Nos preocupa hablar de un sector fundido, con graves obstáculos para aumentar su capacidad de productividad”.

Con el límite legal actual en la legislación sobre horas laborales, la realidad mexicana es más cercana a economías como Malasia, Turquía, Tanzania, Namibia o Samoa.

Entre las economías que integran la organización, la regla general es de 40 horas por semana, incluso hay naciones como los Países Bajos y Dinamarca con un promedio menor. Es decir, a nivel global hay países que han seguido reduciendo sus horas de trabajo.

¿Qué pasó con la reducción de la jornada laboral?

El año pasado, México entró en una discusión relevante en torno a reconocer un día de descanso adicional para los trabajadores, lo que en términos prácticos se traduciría en una reducción de 48 a 40 horas en el límite legal por semana. Pero la conversación se fue apagando -y se apagó- a medida que el período ordinario de sesiones en el Congreso de la Unión terminó.

La última información oficial es que la Junta de Coordinación Política (Jucopo) de la Cámara de Diputados –donde se centró la discusión– instruyó a la Comisión de Trabajo y Previsión Social recabar propuestas del sector empresarial y sindical para construir un régimen de transición que permita implementar la reforma de jornada laboral con gradualidad y flexibilidad.

Fuentes cercanas a la comisión han confirmado a este medio que por ahora no se cuenta con propuestas concretas ni por parte de las cámaras empresariales ni los sindicatos, más allá de peticiones similares a las planteadas en los foros de parlamento abierto, por lo que el escenario para tener artículos transitorios que se incorporen al dictamen aún es lejano.

La gran conclusión de los foros de parlamento abierto es que México podía avanzar en la reforma, pero con un régimen que permita una implementación gradual y flexible. Sin embargo, la fórmula aún no se ha definido.

Periodista especializado en políticas laborales, indicadores de empleo, futuro del trabajo, desarrollo de carrera, recursos humanos y salud laboral. Actualmente es editor de Capital Humano.

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