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Sistema Nacional de Cuidados: ¿Qué han hecho el gobierno federal y los locales para concretarlo?
A nivel local, esfuerzos como las Utopías de Iztapalapa y leyes en Jalisco y Nuevo León destacan en la construcción de un sistema de cuidados más inclusivo y efectivo.
La batalla por el reconocimiento del trabajo de cuidados comenzó en las cocinas, junto a las camas donde reposa una persona que necesita atención, en las tardes de revisión de tareas escolares o de pláticas postergadas, en la imposibilidad de buscar empleo o de ser contratada por ser madre y pobre, en el cansancio desestimado de quien cuida. Luego, pasó a las oficinas de los gobiernos.
En este período gubernamental se lograron importantes progresos en la creación de un Sistema Nacional de Cuidados gracias a la lucha de varias décadas de mujeres en diversos espacios.
Uno de los primeros logros fue la inclusión de este tema en el Programa Nacional para la Igualdad entre Mujeres y Hombres (Proigualdad) 2020-2024 del gobierno federal.
De seis objetivos prioritarios trazados en ese programa, el número dos es “generar las condiciones para reconocer, reducir y redistribuir los trabajos domésticos y de cuidados de las personas entre las familias, el Estado, la comunidad y el sector privado”.
A partir de entonces, el Inmujeres encabezó un diagnóstico para identificar los servicios de cuidado existentes, el costo de establecer el sistema y los beneficios económicos que conllevaría.
En julio de 2023, junto con El Colegio de México (El Colmex) y ONU-Mujeres, lanzó el Mapa de Cuidados de México (Macu). Mediante esa iniciativa se ubicaron más de 90,000 puntos de cuidado públicos y privados en todo el país.
La información es pública y las personas pueden buscar estancias infantiles, centros de día, escuelas y otros servicios de cuidados ingresando a la página del Macu.
Y junto con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) estima que la creación de un Sistema Nacional de Cuidados para infantes menores de 6 años de edad requiere una inversión del 1.6% del Producto Interno Bruto (PIB).
Pero también calcularon que el retorno sería de de 1.77% del PIB y la tasa de empleo femenino incrementaría al menos 4 por ciento. Aunque una evaluación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) indica que el incremento de empleabilidad femenina en México sería de hasta 12 por ciento.
Además, por primera vez se destinaron recursos económicos para la construcción de centros de cuidado infantil y centros de día para personas adultas mayores dentro del Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social (FAIS).
Sin embargo, sigue haciendo falta lo esencial: la existencia del propio Sistema Nacional de Cuidados. En el Senado están paradas varias iniciativas de reforma con el que quedará establecido.
Cuidados en la Ciudad de México
A nivel local, algunos gobiernos también han echado a andar iniciativas para establecer un sistema de cuidados.
Desde 2017, con la creación de la Constitución Política de la Ciudad de México, se reconoce el derecho al cuidado en la capital del país. La Carta Magna capitalina exige la creación de un sistema de cuidados, un mandato que hasta ahora no se ha cumplido.
Sin embargo, según el Estudio sobre sistemas de cuidados. Aportes para la Ciudad de México, hay avances en la creación de dicho sistema.
Estancias infantiles, cuidado de personas adultas y con discapacidad, así como apoyos y formación a personas cuidadoras, son algunas de las acciones que se han implementado, según el Centro de Estudios Legislativos para la Igualdad de Género (CELIG), del Congreso de la Ciudad de México.
Pero uno de los proyectos que ha llamado la atención es el de las Utopías de Iztapalapa. En estos centros sociales se ofrecen diversos talleres y actividades deportivas gratuitas para población de diferentes edades. Así como atención para madres trabajadoras.
En dos de las Utopías funciona la lavandería popular, donde se cobra 1 peso por una carga ropa de 9 kilos y, mientras esperan a que la lavadora automática tenga lista sus prendas, las mujeres pueden tomar un rato de descanso en los spas o en los temazcales.
Para los papás hay clases de cocina o para que aprendan a peinar a sus hijas o hijos. Es decir, reciben formación para cuidar y así no desterrar pretextos y prejuicios acerca de que esas actividades sólo lo saben hacer las mujeres.
Esas ideas sobre el trabajo de cuidados ha derivado en una sobrecarga para las mujeres. Ellas mujeres aportan el 73% del tiempo total que toma realizar el trabajo del hogar y de cuidados y los hombres, el 27%, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Como consecuencia de esa desaquilibrada responsabilidad, las mujeres tieen menos tiempo disponible para descansar, cuidarse a sí mismas o tener un empleo remunerado formal o en mejores condiciones.
Otros avances locales
En marzo pasado, el Congreso de Jalisco aprobó la Ley del Sistema Integral de Cuidados. La legislación reconoce a las personas cuidadoras que lo hacen de manera no remunerada y a quienes trabajan proveyendo ese servicio.
Ordena el establecimiento de una Junta Estatal, presidida por el Ejecutivo estatal e integrada por diferentes secretarías e instituciones locales. Este organismo se encargará de implementar y dirigir el sistema de cuidados.
Mientras que en Nuevo León, en enero pasado, la Secretaría de Igualdad e Inclusión instaló la Comisión del Sistema Estatal de Cuidados.
El objetivo de ese organismo es “garantizar el derecho a cuidar y ser cuidado” responsabilizando de ello al “Estado, el mercado, la comunidad y las familias”, según informó el gobierno neoleonés en un comunicado.
En esa misma entidad, pero en la capital, el gobierno local expidió el Reglamento del sistema municipal de cuidados de Monterrey, para “garantizar el acceso y el disfrute del derecho a los cuidados sobre la base de un modelo de corresponsabilidad social, solidario entre las familias, la comunidad, las organizaciones de la sociedad civil, el sector privado y el municipio”