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Hoy, un brasileño tiene para comer e ir al futbol, antes no

El diplomático defiende las inversiones del país para el Mundial 2014, respalda los motivos de las protestas pero no la violencia. Dice que el impacto será económico, también buscan que sea un bien social.

Marcos Raposo Lopes es hincha de Fluminense, dice que el mejor delantero de Brasil se llama Fred, el nueve de la Selección. El Embajador de aquella nación en México relaja el diálogo formal cuando habla de futbol, Neymar es un fenómeno mediático , dice, al tiempo que su asistente Helio Silva Filho, encargado de los asuntos económicos y financieros del despacho, carcajean. Bueno, también es un gran jugador ...

En Brasil, el futbol es un asunto de Estado, más ahora, cuando tienen en un año el Mundial como organizadores. Las noticias que han llegado de más de 80 ciudades de aquel país es que han salido a las calles para reclamar el alza del transporte y aunque el gobierno ha decidido dar marcha atrás a la medida, el pueblo se sigue manifestando. Ya hay un muerto.

Marcos Raposo sentencia: Hemos mejorado, Brasil no es un país pobre, todavía es un país injusto . Algunos en las calles de Río de Janeiro, Brasilia y Sao Paulo se han manifestado también en contra del gasto excesivo por la organización del Mundial 2014 y los Juegos Olímpicos del 2016, pero el diplomático dice que de la inversión del estado, 85% será para el beneficio de la población con infraestructura que será permanente, como transporte, aeropuertos y carreteras.

En una frase, Marcos Raposo resume: Brasil está lejos de estar bien, pero se ha mejorado el reparto de los recursos, sacó a 35 millones de personas de la miseria .

Ésta es una charla de El Economista con el Embajador de Brasil sobre los gastos del Mundial, las protestas sociales en el país, los beneficios de tener el evento deportivo de futbol más importante del mundo el próximo año y el deportivo en tres, cuando reciban los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

Las noticias que habían llegado de Brasil en los últimos años eran siempre hablando de desarrollo, de ser un modelo a seguir y en Confederaciones aparecen las protestas, ¿entonces no estaban tan bien?

Las manifestaciones empezaron por el aumento al precio del transporte, eso fue el principal factor del inicio de las movilizaciones, pero también hay mucha gente que está en contra de las inversiones del Mundial. Justo en este último punto creo que es algo natural, no siempre estarán todos en favor y yo creo que para el país es una cosa fantástica.

Brasil tiene una historia de manifestaciones importantes, en plena dictadura militar (1964-1985) fue un movimiento de calles el que dio un empujón final para dejar ese sistema y pasar a un proceso democrático.

La palabra inflación es algo que a un brasileño le afecta y en los últimos meses volvió a tocarse ese concepto, nada remotamente parecido con lo que fue. Nos quejamos en Brasil que la inflación puede llegar a 6%, que es más o menos una semana de inflación de 1994, una semana… La inflación promedio fue 40% al mes en aquella época. El ciudadano brasileño que vivió eso le pone mal la situación. Eso asusta a Brasil y lleva a las personas a la calle para decir basta, cuidado.

Brasil era probablemente el país con peor distribución de la riqueza del mundo y mejoró muchísimo. Seguimos siendo uno de los peores, lejos de estar fantásticos; no es un país pobre, es un país injusto.

La organización de mega eventos deportivos desde lo que ocurrió con Grecia, con Atenas 2004 (impulsó la crisis económica), resulta un foco de atención para la economía de las naciones que quieran postularse...

Yo creo que pone al país en la mira del mundo, la propaganda que se hace es muy importante y con ello se cubre la inversión. Ahora bien, lo que pretendemos no se acerca siquiera a la inversión de China en los Juegos Olímpicos.

El Estado no invirtió sólo por el Mundial o Juegos Olímpicos, sino porque son necesidades sociales, como las carreteras y la pacificación de la favelas.

¿En qué le puede beneficiar a Brasil el Mundial y los Juegos de Río?

Puede beneficiar en muchas cosas, en cuestión social, infraestructura, propaganda y nada mejor que aparecer en el mundo con este tipo de eventos.

-El costo de inversiones públicas fue de 16,000 millones de dólares (sólo por el Mundial), de eso como 15% es para estadios, lo demás es para infraestructura que necesita el país. Los aeropuertos, vías urbanas, telecomunicaciones, seguridad, de turismo, eso va a quedar -interrumpe Helio Silva Filho, encargado de los asuntos económicos y financieros de la embajada para explicar más el evento-. La Copa se paga en unos cuatro o cinco años-, finaliza.

El Mundial hará crecer 0.4% el PIB al año, en función de los próximos cinco años…

Vale la pena el Mundial por cualquier lado que se le mire.

¿El Mundial y los JO permitirán a Brasil estar entre las naciones más poderosas? ¿Es un buen impulso?

No estamos compitiendo, nunca se pensó estar entre las cuatro economías más grandes del mundo, estamos luchando con Reino Unido, pero también no creo que eso importe mucho.

El crecimiento de Brasil no es una prioridad, la prioridad es que los brasileños puedan vivir mejor, comer mejor, vestir mejor y esto está en la mejor distribución.

Por ejemplo, Río de Janeiro parecía Vietnam; hoy en día, las cosas han mejorado, no es la ciudad más pacífica del mundo, pero cambió muchísimo, ya con perspectivas a los eventos que venían.

¿Qué impacto tiene Neymar entre los brasileños, no es muy joven para cargarse las ilusiones de un país?

Pelé ganó su primer Mundial con 18 años en 1958, confiamos en un joven. Neymar es un gran fenómeno mediático, tienes que tener un héroe y es el mejor jugador que tenemos.

¿Cómo puede explicar la economía del futbol brasileño la realidad del país?

Gracias a que mejoró la renta del brasileño, éste va más al futbol y al ir más al futbol, llena más los estadios y los equipos pueden pagar mejor. La renta de los clubes se incrementó, porque cobran más caro, porque la gente va más al estadio y eso sube.

Hoy en día, un brasileño tiene para comer y puede ir a un partido de futbol, lo que antes no ocurría. La economía crece y la publicidad en las camisetas es más cara, más plata y mantienes plantillas más caras. El pueblo brasileño puede ver mejores partidos de futbol sin tener que mirarlos en la televisión, el nivel del futbol en Brasil mejoró.

rgs

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