Kenia, la constancia los hizo reyes del mundo

A Asbel Kiprop, Beijing le dio revancha. El Nido del Pájaro lo acogió el domingo, para darle un triunfo que esta vez sí fue totalmente suyo. Había ya estado ahí en el 2008, disputando los Juegos Olímpicos (JO) en una distancia que dominaba como muy pocos: los 1,500 metros. Pero esa vez, también un día de agosto, el fondista keniano había encontrado que muchas veces el esfuerzo no se ve recompensado.

En esa final olímpica, Kiprop veía cómo Rashid Ramzi le adelantaba en la carrera, sólo le miraba el número en la espalda, y lo observaba alejarse, cruzar la meta, colgarse el oro. Ese día, la ovación se fue con el originario de Bahrein, que meses después era despojado de su logro por dar positivo por CERA.

La plata que en Beijing había conseguido Asbel se convirtió en oro, pero no lo recibió sino hasta diciembre del 2011, en un almuerzo organizado por el Comité Olímpico keniano, sin ovación, sin himno... sin podio.

Por eso, cuando Kiprop cruzó la meta el domingo, logrando la última medalla la de oro del Mundial de Atletismo, el Nido del Pájaro parecía saldar la deuda que había dejado pendiente con el keniano.

Estoy tan orgulloso de mí por convertirme en miembro de este exclusivo club de los atletas que son tres veces campeones mundiales , confesaba el fondista.

Kiprop es sólo uno de los cientos de atletas que han demostrado la consolidación de Kenia en las disciplinas atléticas. Nuestros jóvenes una vez más han mostrado que son brillantes como los mejores del mundo , dijo en Twitter Uhuru Kenyatta, presidente keniano, tras la conclusión del Mundial de Atletismo, donde por primera vez la delegación de su país se quedó con el título de la competencia.

Acaso los africanos ya son los mejores atletas del mundo. Y es que Estados Unidos parece empezar a dejar el dominio en estas disciplinas. Al menos así lo demostraron los resultados en el mundial de la especialidad que acaba de concluir en Beijing, donde por primera ocasión desde 1983, cuando se disputó la primera edición del evento, los estadounidenses no lograron estar entre los primeros dos.

Esta vez, la corona fue para los kenianos, país que está en la mira del mundo debido a las dudas que hay sobre sus atletas por dopaje. Sin embargo, los africanos lograron una medalla de oro más que los estadounidenses, dejando claro que han buscado desarrollar sus capacidades físicas.

Kenia, que había tenido como mejor lugar en el medallero el tercer sitio, ha logrado ascender de forma importante, sorprendiendo por ejemplo en los 400 metros con vallas y refrendando sus capacidades en las pruebas de fondo, como los 1,500 metros y 3,000 metros con obstáculos.

En menos de 12 años, los kenianos se han convertido en los reyes. En el mundial de París 2003, apenas lograron quedar en el séptimo puesto con dos medallas de oro, una plata y un bronce.

Pero a partir de Osaka 2007, los africanos no han bajado del top cuatro, coronando su esfuerzo cuando el domingo, Sebastian Coe, nuevo presidente de la IAAF, cerró el evento, dándole así el título a Kenia, que por primera vez en la historia de la justa quedó con un total de 16 medallas, siete de ellas de oro, seis de plata y tres de bronce.

Estaban, entre esos oros, la de David Rudisha (800 metros masculino), de Vivian Cheruiyot (10,000 metros femenil) de Ezekiel Kemboi y Hyvin Jepkemoi (3,000 metros varonil y femenil).

Estaban también los títulos de Nicholas Bett en los 400 metros con obstáculos y la impactante historia de Julius Yego, un lanzador de jabalina que aprendió todo lo que sabe viendo videos de YouTube y practicando, logrando así el primer oro keniano en esta especialidad.

Y ahí, en Beijing, Asbel Kiprop representaba todo eso que se podría resumir con números, pero que es más que eso: la constancia de unos atletas que se han obligado a explotar sus capacidades físicas para convertirse en los mejores.