Lectura 3:00 min
Shakhtar, su estadio destruido y tan lejos de casa
La crisis social que vive Ucrania le ha obligado a jugar a 1,000 kilómetros de distancia, viajar constantemente, cambiar su rutina, su residencia y dejar a su afición.
Han pasado 10 meses desde que Shakhtar jugó su último partido como local en la lujosa Arena Donbass, en Donetsk, inmueble que costó 425 millones de dólares. El conflicto entre Ucrania y Rusia acabó con la tranquilidad del oriente ucraniano y de paso mandó al exilio al campeón de aquel país, a más de 1,000 kilómetros de su ciudad de origen, lejos de su casa y sus seguidores; de los mineros que también le dan nombre al club.
Para los futbolistas, los días transcurren entre los viajes de Kiev, sede de los entrenamientos, a Lviv, donde juegan como locales. Cambiaron su rutina, su residencia y, en algunos casos, dejaron familia en la zona de conflicto.
Sentimos como si estuviéramos jugando todos los partidos como visitantes. Cada tres días estamos en un avión, pero desafortunadamente el regreso a la Arena Donbass no será posible en los próximos meses. Primero tienes que solucionar el conflicto , expresó Darijo Srna a la BBC.
El capitán ha sido clave para mantener a la plantilla, luego que durante la pretemporada seis jugadores intentaron abandonar el club, aunque finalmente sólo el argentino Facundo Ferreyra tomó un nuevo destino.
Pero no todos pudieron dejar en el pasado la guerra. Ivan Ordets es un defensa de 22 años que nació muy cerca de Donetsk. Es la primera vez en mi vida que he estado alejado de casa tanto tiempo , indicó el futbolista que dejó en la ciudad a su padre, familiares y amigos.
Donetsk es una ciudad industrial donde 48% de la población es rusa. Su club de futbol es el más rico y ganador de la última década en Ucrania. El recibimiento de Shakhtar en la capital, aunque no ha sido hostil, se aleja de las noches donde el Donbass albergaba hasta 40,000 aficionados por encuentro.
El inmueble fue el primero en Europa Oriental en obtener la categoría élite de la UEFA. En los últimos cinco años mantuvo un promedio de asistencia de 35,000 espectadores por partido y aunque el índice se mantiene en los partidos de la Champions League, en los partidos de liga bajó 76%, hasta 8,391 aficionados por juego.
El alquiler de la Arena de Lviv le cuesta al club 8,000 dólares por juego y los daños a su inmueble por los bombardeos se calculan hasta en 100 millones de dólares.
Actualmente, Shakhtar marcha a siete unidades del líder Dinamo de Kiev. Sin embargo, luego de que en los últimos cinco años ha ganado la Liga Premier de Ucrania, su reino está amenazado y su productividad de local es de 73%, cuando antes de la mudanza apenas perdió uno de 30 partidos en el Donbass.
No existe fecha de retorno a casa. El conflicto bélico ya produjo más de 143,000 desplazados, según las autoridades rusas, y 6,000 muertos en la zona de Crimea. El futbol, principal entretenimiento en Donetsk, se vive a más de 1,000 kilómetros de distancia, dejando al multicampeón ucraniano sin casa y lejos de quien lo quiere.