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Sin muchos dólares, el Slam Dunk decrece en su show
Las figuras no acuden a la competencia de las clavadas por el bajo premio económico.
Michael Jordan, Dominique Wilkins y Vince Carter dieron resplandor a uno de los concursos más esperados y recordados en la NBA. Pero el show en el aire, creatividad y poder en el ataque a la canasta está en declive y sólo parece que el dinero haría recuperar la atracción del Slam Dunk Contest, conocido en México como las clavadas.
Al menos ésa es la impresión de aquellos que juzgan que al Slam Dunk Contest le hacen falta nuevos elementos para hacerlo atractivo y vuelva a ser el preludio perfecto la noche previa al NBA All-Star Game.
No hace falta retroceder mucho en el tiempo. Tan sólo el año anterior, la justa no dejó conformes a jugadores y miembros de la prensa que vieron coronarse a Jeremy Evans con un alley-oop con dos balones.
Si bien la liga ha procurado aplicar modificaciones a lo largo de la prueba que este sábado cumplirá 19 años de llevarse a cabo y contará por primera ocasión con seis contendientes (Evans, James White, Terrence Ross, Gerald Green, Kenneth Faried, Eric Bledsoe), hacen falta ingredientes para que el concurso de clavadas recobre su grado de atracción para el público.
Muchos quisieran ver el sábado por la noche a figuras más consolidadas cono LeBron James, sin embargo, los 35,000 dólares que se le otorgan al ganador parecen poco para que las estrellas tomen parte de la competencia.
Los 35,000 dólares son un bonito día de pago para los jugadores jóvenes y los que aún buscan hacerse un nombre. No es importante para James, quien gana más de cinco veces esa cantidad en un solo partido de la NBA , explica Sean Deveney, en Sporting News.
Cuando Jordan ganó el Slam Dunk Contest en 1987 y 1988, se embolsó 1.5 millones dólares combinados, documenta Deveney. Especialistas proponen que la NBA eleve su retribución a 1 millón de dólares, de los cuales la mitad quede en el jugador y el resto sea para el altruismo.
El concurso de mates se ha agotado. No hay mucho más que sorprender ( ) , sostiene Deveney.