Un Loco que va de la paranoia al egocentrismo

Santiago, Chi. A Mauricio Soria le apodan El Loco por sus repentinos cambios de ánimo, porque es un obsesivo de la táctica y el estudio de los rivales, por sus arranques de euforia, ya sea por una victoria o por la derrota, y porque su modelo a seguir es Marcelo Bielsa, el demente original.

Un episodio que sigue marcando la trayectoria del entrenador de la selección de Bolivia se dio en el 2014, cuando dirigía a Blooming y ya había sido nombrado como seleccionador interino de su país, discutió con los aficionados de Real Potosí, club con el cual había salido campeón en el 2007, y tras empatar de visita a un gol no aguantó los reclamos de la tribuna y dijo: Un año y medio les he venido a regalar de mi vida, les he mejorado todo y no pueden ser tan malagradecidos. No voy a volver nunca más en mi vida a este pueblo de mierda .

La psiquiatría tiene cinco clasificaciones para el trastorno delirante o paranoia. La vida y obra de Mauricio Soria, el técnico con el que Bolivia ganó un partido de Copa América tras 18 años de no hacerlo, camina en el límite del delirio de persecución y grandeza.

Soria, un ex portero que jugó en siete equipos de Bolivia -incluyendo los más ganadores como Bolívar y The Strongest-, que además jugó en Ecuador y que tras su retiro se dedicó al automovilismo y a las artes marciales, no tiene modestia al expresar que salvo el golf, practico todos los demás deportes con bastante éxito, soy cinta negra en karate y dos veces campeón nacional de autos , dijo.

También es conocida su obsesión y recelo por cuidar los entrenamientos de sus equipos, en plena Copa América, previo al debut ante México, informó que no daría acceso a los medios de comunicación, y ninguna cámara de televisión podía filmar los ejercicios del equipo boliviano. El técnico argumentó que podían existir espías, agentes secretos que pudiera descifrar su estrategia y transmitirla a los rivales; luego de los reclamos de la prensa boliviana y tras sacar el empate ante la selección mexicana, la siguiente sesión fue mucho más relajada, al grado que tras los 15 minutos que dio permiso para grabar aspectos del entrenamiento, Soria dejó permanecer más tiempo a los camarógrafos.

La mesura no es un tema fácil para el entrenador, lo mismo ha criticado a sus antecesores en la selección boliviana, refiriéndose a que los ex entrenadores sólo accedían al puesto por el estatus de haber sido mundialistas en Estados Unidos 1994, o por ser parte de esa generación, hasta acusaciones de discriminación, como las declaraciones que hizo sobre la entrenadora de Sport Boys, Hilda Ordóñez, quien reclamaba decisiones tendenciosas en el arbitraje a favor del equipo de Mauricio Soria. ¿Qué haces acá?, anda a lavar los platos a tu casa , le dijo el técnico.

Con esa seguridad, Soria llegó al banquillo de Bolivia y revolucionó al peor equipo de Sudámerica, ranking 92 de la FIFA, y el más humilde en cuanto a plantel, 8.2 millones de dólares cotiza Transfermarkt a la selección boliviana.

No hay que seguir con la misma cantaleta de pedir que se vayan los dirigentes, que se vaya el entrenador, que se vayan todos, porque quienes vengan harán lo mismo. La verdad es que falta que alguien proponga un proyecto realizable, de acuerdo con nuestra realidad, y si hay uno, luego seguramente veremos que se podrá luchar por lograr una clasificación en ocho o 12 años , dijo antes de tomar el cargo.

Ese plan, que él mismo dijo ya había propuesto a la Federación de Futbol de Bolivia en el 2004, incluyó una inversión en estudiar a los rivales, un equipo técnico que evalúa y graba los partidos de la selección, reuniones del cuerpo técnico con sus colegas sudamericanos para retroalimentar sus conocimientos.

También se modernizó el sistema informático de la selección y se adquirió un software de la empresa Instat, que entrega informes detallados de los rivales. Además, se incorporó un sistema GPS que mide el rendimiento de los futbolistas.

Soria aún espera un centro de alto rendimiento para las selecciones nacionales de su país, dice que en todos los países del continente el futbol tiene -directa o indirectamente- ayuda del Estado, situación que no pasa en Bolivia.

Marcelo Martins, el delantero y figura de la selección, reconoció antes de viajar a Chile, durante los entrenamientos en Mendoza, Argentina, ya que las canchas bolivianas son malas , como las calificó Mauricio Soria, expresó que nota un cambio en la selección, él ha liderado el cambio. Trabaja en conseguir buenas canchas, y se preocupa de que tengamos buena alimentación. Todo eso no se veía antes , sentenció Martins.

Bolivia, la más humilde selección de la Copa, llegó de sorpresa a los cuartos de final, dejó en el camino a México y Ecuador, y tiene fe en un Loco, el mismo que transita entre la paranoia y el egocentrismo.