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Economía

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2010, el año del millón

Vale la pena comenzar con los cerca de 3,000 millones de pesos destinados a los partidos políticos para el ejercicio 2011, ¿uno podría imaginarse lo que laboralmente se puede lograr con esos recursos si de verdad se destinaran a producir y no a tirarse a la basura?

Vale la pena comenzar con los cerca de 3,000 millones de pesos destinados a los partidos políticos para el ejercicio 2011, ¿uno podría imaginarse lo que laboralmente se puede lograr con esos recursos si de verdad se destinaran a producir y no a tirarse a la basura?

Bueno, pues al parecer, sin entender cómo ni cuándo, después de más de dos décadas se logró el tan anhelado año del millón, hasta noviembre más de 900,000 empleos creados .

Es increíble ver como apenas ligeras condiciones de recuperación y se aclara que comparado con el nivel económico que México alcanzó en el 2007 aún no estamos ni cerca de llegar a esos estándares, han permitido generar el sueño de más de tres presidentes del país en un año de insipiencia económica.

Por un lado el Instituto Mexicano del Seguro Social reporta el incremento en empleos registrados, entendiendo que ésta es la cifra oficial y por el otro el Instituto Nacional de Estadística y Geografía presenta tasas de desempleo en altos niveles.

Hay que recordar que a esta última cifra de desempleo se debe agregar el informalismo y los empleos eventuales, entonces 5% resulta como siempre inverosímil.

Insistiendo, no se trata de crear empleos sólo porque esa es la encomienda federal y la necesidad de la población, hace falta generar espacios laborales de calidad (con todo lo que esta palabra lleva consigo), con buena remuneración, estable y ad hoc a las condiciones de preparación que presente la persona a ocupar el cargo.

De este tipo son el millón que los mexicanos han esperado por más de tres o cuatro sexenios y en el fondo es lo que la sociedad mexicana merece.

Sin lugar a dudas este sexenio se ha convertido en el de las cifras: los muertos, los detenidos, las balaceras, los desempleados, los empleados, los crecimientos y así podemos seguir, sin embargo, tal cual se puede entender de los reportes federales, las cifras siempre son el resultado de la miopía de la macroeconomía, pues aun con 1 millón de empleos, más de 10 millones de mexicanos siguen sin vivir de manera digna.

Considerando el ritmo de crecimiento de la generación de empleos comparado con la tasa de crecimiento de la pobreza, de la informalidad, de las incorporaciones a la Población Económicamente Activa y la reposición de puestos laborales perdidos durante el 2008 y el 2009 a consecuencia del resfriado mexicano, cabría aclarar que de recuperación laboral no hemos logrado absolutamente nada.

*El MF Ricardo Gutiérrez es profesor Investigador del Tecnológico de Monterrey Campus Toluca. ricardo.gtz@itesm.mx

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