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“Choques ideológicos, origen de los conflictos en el equipo de AMLO”
Académicos celebran que se conozcan las verdaderas causas por las que renuncia un funcionario.
Las razones que dio Carlos Urzúa para renunciar como titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público son una advertencia de que dentro del equipo económico del gobierno de Andrés Manuel López Obrador hay choques ideológicos que impiden una buena toma de decisiones en la política económica del país, consideraron académicos.
Francisco Fonseca, economista y abogado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), consideró que la renuncia de Urzúa debe analizarse desde el movimiento que llevó a López Obrador a la Presidencia, pues está conformado por gente de izquierda radical, personas que se salieron de otros partidos y gente que ha estado con él desde hace mucho tiempo.
“Es natural que dentro de esta mezcolanza haya diferendos. Como es un movimiento, no tiene una base ideológica y mucho menos una base económica, no hay un proyecto económico claro y eso es lo que nos debe de preocupar porque habrá quienes estén de acuerdo en emprender una política fiscal expansiva, pero habrá otros que crean que debe ser restrictiva”.
Para Fonseca, lo que sucede dentro del gabinete económico de AMLO es similar a una situación en donde dos personas están dentro de un automóvil: “una pisa el acelerador y la otra, el freno; una quiere girar a la derecha y la otra, a la izquierda. El problema es que el carro se puede estrellar, y esperemos que eso no suceda con la economía del país”.
Raymundo Tenorio, economista del Tecnológico de Monterrey, coincidió en que, al nacer de diferentes alianzas políticas, al interior de este nuevo gobierno surgió una gesta de contradicciones ideológicas y poco pragmáticas.
“Por un lado está el conflicto de interés que tanto critican, pero que lo tienen con Alfonso Romo; por el otro lado, no es posible que una persona que está al frente de una empresa no pueda reconocer la técnica del valor presente”, dijo en referencia a lo que Urzúa comentó sobre la intención de Manuel Bartlett, director de la CFE, de incumplir el contrato por el cual se construyó el gasoducto submarino Sistema Sur Texas-Tuxpan.
Tapen Sinha, economista y profesor del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), consideró congruente la decisión de Urzúa, pues en su carta de renuncia manifestó que no estaba de acuerdo con decisiones como la cancelación del aeropuerto en Texcoco o la construcción de la refinería de Dos Bocas, y sin embargo, el presidente está dispuesto a llevarlos a cabo.
Al respecto, Tenorio expresó: “Si hay algo que no puede soportarse desde la academia es la ofensa a la inteligencia (...) Urzúa no tiene por qué conciliar con personas que afecten su inteligencia y que difícilmente se dejen convencer por bases científicas”.
Se cambió lo políticamente correcto
Los académicos comentaron que la forma en que renunció Urzúa marcó un antes y un después en la manera en que los funcionarios públicos se desprenden de sus cargos, ya que en administraciones pasadas no era común que un secretario renunciara sin que el presidente lo acreditara o se dieran a conocer las verdaderas razones de su dimisión.
“Se supone que este gobierno es de transformación con respecto a lo que era políticamente correcto. En los gobiernos del PRI y del PAN, los funcionarios se retiraban por motivos de salud o bien porque eran destinados a ser representantes diplomáticos fuera del país. Entonces, era políticamente correcto esconder las razones por la que verdaderamente renunciaba un funcionario”, expuso Tenorio.
Fonseca celebró que se conozcan las verdaderas causas por las que renuncia un funcionario; criticó que no se hayan tomado acciones legales.
Descartó que negociación por gasoductos afecte aprobación del T-MEC
¿Cuál es la sorpresa?, dice López Obrador
Luego de que el exsecretario de Hacienda Carlos Urzúa afirmó que no estuvo de acuerdo con proyectos como la construcción de la refinería en Tabasco ni la cancelación del aeropuerto de Texcoco, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo no entender por qué se sorprenden quienes lo cuestionan por sus decisiones de gobierno.
“¿Qué, no sabían que íbamos a combatir la corrupción? ¿Desde cuándo lo estamos diciendo? ¿Qué no sabían que habría un plan de austeridad? Fui tres veces candidato a la Presidencia y las tres veces en libros está el combate a la corrupción y acabar con los privilegios. ¿Cuál es la sorpresa?
“¿La refinería?, tres veces (fui) candidato a la presidencia y tres veces he planteado que iba yo a impulsar la construcción de refinerías porque llevaba 40 años que no se hacía una nueva. ¿Dónde está lo extraño? El aeropuerto, ¿qué, no dije que era una obra faraónica y un pozo de corrupción? ¿Dónde está la novedad? ¿Qué, no dije que existían estos privilegios? Pero desde hace años.
“Entonces, ¿qué pensaba? ¿Que iba yo a llegar y como lo único que me importaba era el puesto iba yo a adaptarme y a dedicarme a hacer lo mismo? No, no lucho por cargos, no soy un ambicioso vulgar, lucho por ideales, lucho por principios, estoy por la transformación del país”, dijo.
Consideró normal que haya diferencias porque su gobierno emprende lo que denomina la Cuarta Transformación del país. Dijo que aun cuando pueda parecer demasiado optimista, de verdad está confiado en que habrá crecimiento económico.
Luego de que Carlos Urzúa advirtió que la negociación que abrió su gobierno con empresas concesionarias de siete gaseoductos podría afectar la aprobación del T-MEC, el presidente López Obrador descartó que ello pueda ocurrir.
Afirmó que los gobiernos extranjeros defienden a sus empresas cuando se comete un acto de injusticia en su contra, mas no cuando cometen un acto de corrupción. “No debemos preocuparnos, se va a llegar a un acuerdo”, expresó. (Con información de Jorge Monroy)