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Talento mexicano de exportación para organismos internacionales
Carstens será un consejero de primer orden para México con mirada global, tras su llegada al Banco de Pagos Internacionales.
Como los grandes cirujanos, sus manos experimentadas hicieron en los casos más críticos en México cirugía extrema. La renegociación de la deuda externa, el contagio de la crisis financiera del 2008 y la reestructuración de obligaciones de corporativos por sus derivados en dólares forman parte de la currícula que les abrió las puertas en los organismos internacionales donde aplican sus destrezas.
Alicia Bárcena, José Ángel Gurría y Alejandro Werner accedieron a compartir su experiencia con los lectores de El Economista sobre el servicio público sin fronteras.
Los tres fueron consultados sobre la señal que se envía cada vez que un organismo internacional abre las puertas en los más altos cargos a un funcionario mexicano.
Admiten que es un reconocimiento del cambio en el peso de las economías emergentes en la gobernanza mundial.
Desde el pasado 1 de diciembre, el banquero de los banqueros centrales del mundo es el también mexicano Agustín Carstens. Economistas coinciden en que será una gran ventaja contar con Carstens en esa nueva trinchera, pues será un consejero con mirada global para los economistas que vengan a administrar el país.
A ninguno de los mexicanos en organismos internacionales se les pierde de manera radical, aseguran. Pues cada uno se vuelve un asesor de primer orden para su país de origen, por la ventaja competitiva que les da conocer desde dentro todos los procesos y procedimientos.
Crisis sexenales, experiencia para funcionarios: Werner
Terminar con las crisis sexenales recurrentes y las vulnerabilidades financieras que afectan las condiciones de vida de la población por generaciones son logros que han servido de plataforma a los funcionarios públicos mexicanos, para tener un reconocimiento particular y respeto en el exterior, admite el director del Departamento del Hemisferio Occidental en el Fondo Monetario Internacional (FMI), Alejandro Werner.
La alta recurrencia de crisis en economías emergentes suele provocar que las autoridades aprendan más rápido a desarrollar respuestas en poco tiempo, reconoce.
Pero cada funcionario construye su reputación con su trabajo, acota desde sus oficinas en Washington DC.
“Los países desarrollados ya tuvieron sus propias crisis, y seguro adquirieron experiencias que no habrían desarrollado en otro momento (...) Pero es cierto que estar en un país que ha avanzado en la agenda económica internacional, que ha administrado su deuda con Cláusulas de Acción Colectiva, una herramienta originada en México; y que ha aprovechado programas de respaldo como la Línea de Crédito Flexible (LCF), donde México es uno de los tres únicos emergentes que han tenido acceso a ella, claramente le da a uno la plataforma; el reconocimiento en la trayectoria que tiene el país”.
Entrevistado por El Economista, destaca que los cargos que hoy ocupan José Ángel Gurría en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y Agustín Carstens en el Banco de Pagos Internacionales (BIS) son una prueba del cambio en el peso de la gobernanza mundial.
“Esos puestos de alta dirección en los organismos internacionales habían estado reservados para economías avanzadas. Así que la llegada de José Ángel Gurría a la OCDE y Agustín Carstens al BIS son un reconocimiento al país y la evidencia de un cambio en la gobernanza mundial”.
DEDICAN SU VIDA AL SERVICIO PÚBLICO
El funcionario del FMI, que fue subsecretario de Hacienda cuando Agustín Carstens era secretario, enfatizó que en una perspectiva de largo plazo es muy importante que México gane representatividad en los organismos internacionales.
Agustín Carstens ha dedicado su vida al servicio público, aseveró. Lo mismo que en su momento hizo Guillermo Ortiz Martínez, el gobernador que antecedió a Carstens.
El directivo del FMI comentó que debe celebrarse que alguien como Agustín Carstens llegue a estos cargos, porque seguramente influirá para el registro de mejores indicadores económicos en el mundo, lo que sin duda alguna será un apoyo también para México.
¿Y DESPUÉS DE DIRIGIR ORGANISMOS INTERNACIONALES?
El funcionario mexicano descartó que después de estar a la cabeza de un organismo internacional sea la cúspide de una carrera para el servicio público.
“Creo que siempre se puede seguir teniendo impactos importantes en otras plataformas. Es más complejo encontrar instituciones donde tener más influencia que donde se encuentran hoy en día. Pero son individuos que independientemente de la posición que ocupen, y de la influencia desmedida que tienen, siempre seguirán dispuestos a hacer servicio público para su país”.
Alejandro Werner adquirió su experiencia como funcionario público en México, donde hizo carrera en el banco central y en la Secretaría de Hacienda.
Sus destrezas adquiridas en México han sido bases para el diseño de programas de apoyo financiero cuando los países pierden acceso a los mercados de capital; cuando vigilan la situación económica y financiera de las economías de la región y al generar asesorías especificas en el ámbito financiero.
“La experiencia que adquirí en México ha sido muy útil cuando entro en diálogo con otros países y, dependiendo del momento por el que atraviesan y la preocupación que tienen, se elaboran sugerencias para atajarlas, resolverlas o prevenirlas”, añadió.
Recuerda que, en su paso por Hacienda, se generaron planes de consolidación fiscal, se establecieron fondos para el desarrollo de infraestructura pública con asociaciones privadas y se desarrollaron estrategias sectoriales para un mejor aprovechamiento de capitales.
“Los que venimos de fuera a organismos internacionales ayudamos con nuestra experiencia al diseño de políticas económicas que permiten a un país mejorar su portafolio de habilidades. Es claro que, en el caso de México, nos ha dado dimensiones útiles para aprovechar y replicar en otros países”, finaliza.
Alejandro Werner es el primer mexicano en el cargo de director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, un puesto que ocupa desde el 2012.
Gurría, un aliado y consejero desde la OCDE
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) estará lista y dispuesta a trabajar con el gobierno que resulte de las elecciones del 2018, como sucedió en la administración de Enrique Peña Nieto.
“Sí, absolutamente trabajaremos con el nuevo gobierno, porque nos parece que es una oportunidad única y nos han dicho los países miembros que al iniciar la administración nuestros análisis pueden ayudar como uno de los varios elementos para impulsar el nuevo gobierno”.
Entrevistado por El Economista vía telefónica, José Ángel Gurría, secretario general de la OCDE, admite que no han tenido tiempo de trabajar con Movimiento por la Regeneración Nacional (Morena), pues resulta el más joven de los partidos políticos mexicanos.
Pero recuerda que con Andrés Manuel López Obrador, actual líder nacional de Morena y aspirante único de ese partido a la candidatura presidencial del 2018, sí, cuando fue candidato también a la primera magistratura por el PRD.
Entonces como ahora, la Organización puso a disposición de los partidos el diagnóstico profundo sobre la economía y las recomendaciones más claras y precisas para acelerar el crecimiento, esto en el reporte anual Going for Growth. En ese momento hubo buena disposición para escuchar a la entidad.
Cuando preguntamos si hay alguna ventaja para México de tener en la OCDE a un mexicano, dice que sin duda, hay una de carácter comparativo para el diseño de recomendaciones y análisis de políticas públicas.
Lo ha probado con creces: la OCDE fue determinante cuando Enrique Peña Nieto asumió la Presidencia, para impulsar las 11 reformas estructurales que en dos años se aprobarían.
ROMPER PARADIGMAS
Gurría Treviño enfatiza que, en su gestión al frente de la OCDE, el organismo ha dejado de ser el club de los países ricos, para convertirse en el club de las mejores prácticas. Desde esta nueva perspectiva es que mantiene diálogos vivos y constantes con los responsables de las políticas públicas de los países miembros.
Argumenta que un alto porcentaje de su tiempo asiste a reuniones del Grupo de los 20, del Fondo Monetario Internacional (FMI) y que últimamente ha estado visitando a los campeones del crecimiento económico incluyente.
“En cada tema voy y estoy en contacto directo con los ministros de los países miembros y no miembros, me llevo la información y después la aplico en los países que trabajan con la OCDE”.
más de 35 años de experiencia
José Ángel Gurría es un servidor público con más de 35 años de experiencia en la administración mexicana. La destreza adquirida en su país natal durante administraciones del PRI, y el apoyo que le otorgó el primer gobierno del PAN para lanzar la primera candidatura de una economía emergente para dirigir a la OCDE, favorecieron sin duda su llegada al organismo.
El secretario Gurría admite que en su desempeño diario al frente de la entidad trae el bagaje de su paso por la administración pública de México.
Recuerda que en 1968, a los 17 años, entró a trabajar en la Comisión Federal de Electricidad, como mensajero y chofer, pero también como traductor, pues en aquellos años, pocos adolescentes hablaban inglés y menos tenían nociones de francés e italiano, que son apenas cuatro de los seis idiomas que habla.
En el contexto de la llegada de Agustín Carstens a la Gerencia General del BIS, dijo que lo importante es que se abran los espacios para integrar a funcionarios capaces sin distingo de los bloques de economías avanzadas o emergentes que puedan arroparles.
México, el guía en los cambios vertiginosos: Bárcena
Una economía que crece lentamente, con el riesgo de la inflación como telón de fondo, en un contexto financiero y comercial de incertidumbre. Ese es el vertiginoso momento en que México se encuentra y fortalece su posición de consejero mundial, con el ingreso de Agustín Carstens al Banco de Pagos Internacionales (BIS, por su sigla en inglés), advierte la mexicana Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
La funcionaria enfatiza que el contexto económico presenta desafíos distintos, muy complejos para diseñar el rumbo de las tasas de interés, que deben propiciar un mejor entorno para abatir la inflación, esto sin desalentar el ritmo del crecimiento económico que se comienza a presentar.
Desde Santiago de Chile, sede de la Comisión, explica a El Economista el mensaje que se envía al mundo cuando un organismo de la talla del BIS recluta a un mexicano como banquero de los banqueros centrales.
“Es la primera vez en la historia del Banco de Pagos Internacionales que designan a un gerente general de una nación emergente. Es el primer banquero central no europeo que presidirá el BIS y es un reconocimiento a él y a la trayectoria del país en materia macroeconómica, y a su probada capacidad de respuesta a los choques externos”.
La máxima responsable del brazo de la Organización de las Naciones Unidas para el desarrollo económico de América Latina y el Caribe dice que para estar en un cargo internacional, se tiene que entender la dinámica de la apertura financiera, comercial, fiscal y monetaria mundial.
“Es contar con alguien que entiende la dinámica internacional, responde a los eventos críticos y desarrolla estrategias para amortiguar el impacto de mediano y largo plazo en esta materia”, afirmó.
Descarta hacer recomendaciones sobre el arribo de Carstens al BIS, pero accede a hacer un rastreo de los retos globales que habrá de encarar desde sus posiciones internacionales: la trayectoria de la economía china, el comercio global y su impacto en el crecimiento, y los esfuerzos para lograr un crecimiento incluyente.
MÉXICO ESTRATÉGICO
Dice que ser una funcionaria mexicana en un organismo internacional otorga el reconocimiento de que un emergente ha conseguido desarrollo y avances, como en el caso de Agustín Carstens, que logró la estabilización económica en medio de los procesos complejos que se han presentado.
“México logró la estabilización y el banco central fue relevante, estratégico diría yo, en evidenciar su preocupación cuando comenzó el crecimiento de su deuda, lo que de algún modo ayudó al manejo estable de las políticas económicas”, dijo.
La Cepal ha sido el único organismo internacional que reconoció desde el inicio de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que su cancelación impondrá un fuerte golpe a la economía mexicana, con un impacto de más de un año, que irremediablemente arrojará una recesión.
La líder de Cepal es la tercera mexicana que ocupa el cargo desde el nacimiento del organismo, y la primera mujer al frente. La antecedieron en este cargo Gustavo Martínez Cabañas y Carlos Quintana.
Su experiencia en México como funcionaria pública fue de poco más de dos décadas en cargos relacionados al desarrollo sostenible, medio ambiente y la economía.