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El mensaje a las mipymes debe cambiar: ITESM
Los programas de capacitación y otros apoyos no son atractivos para estas compañías, por la forma en cómo se presentan
Si el gobierno en verdad está interesado en fortalecer a las micros, pequeñas y medianas empresas (mipymes) deberá poner más atención a la forma en cómo busca atraerlas, para que aprovechen el conjunto de beneficios que ofrecen los programas públicos dirigidos a ellas, señaló Leticia Armenta Frayre, especialista en Economía del Tecnológico de Monterrey.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer una encuesta relacionada con la falta de productividad y competitividad de las mipymes (micros, pequeñas y medianas empresas). Entre los datos destaca que, en el 2015, 85.7% de estas unidades económicas desconocía los programas de promoción y apoyo del gobierno federal.
De acuerdo con la docente, las mipymes, sobre todo las microempresas, no perciben que los cursos que se imparten a través de los programas del Inadem (Instituto Nacional del Emprendedor) u otras instancias como incubadoras de negocios, tengan valor para ellos.
“Los de habilidades gerenciales son buenos, pero las personas no perciben ese valor y tiene que ver con el concepto. Cuando a los dueños les hablamos de habilidades gerenciales, y lo digo por experiencia en la consultoría, el término les suena demasiado grande, es tan abstracto que piensan que, si han sido capaces de sacar adelante a su compañía por años, no ve porqué necesitan aprender.”
La experta recomendó diseñar cursos de capacitación práctica, que permita a la empresa resolver los problemas de su día a día, de manera que pueda ver ese beneficio directo.
La forma en cómo llega el mensaje también se refleja en las cadenas de valor. Apenas 2% de las pequeñas compañías y 6% de las medianas participan en éstas. Entre las razones que dan los encuestados destaca la falta de información.
“Volvemos al tema, la información está accesible, pero el mensaje no les está llegando”.
Sin estudios, ni capacitación
La académica resaltó la capacitación y el bajo nivel de instrucción en estas empresas. Según la encuesta de INEGI, cinco de cada 10 trabajadores en las micros y medianas empresas tiene instrucción básica o carece de ella, además de que 87.4% de las mipymes no instruye a su personal porque considera que tienen los conocimientos y habilidades necesarios para su labor (48.5 por ciento).
“La falta de productividad tiene que ver con la ausencia de capacitación. El nivel de escolaridad de este tipo de empresas nos marca que hay límites, los propios dueños de estas compañías y las personas que en ellas trabajan se ven acotados por la falta de preparación.
Cuando se presenta un problema en el proceso de producción, 47.6% de las microcompañías no realizan ninguna acción para solucionarlo.
“Lo que nos dice la encuesta es que no hacen nada, porque no saben qué hacer. La instrucción es la que nos permite ampliar nuestros horizontes, tener ideas mucho más allá de lo que estamos viendo”, subraya Leticia Armenta.
La falta de uso de tecnología es otro aspecto que resalta en la instrucción y la visión del negocio. Siete de cada 10 microempresas no utiliza ni computadora ni internet en su negocio, porque considera que no es necesario para su actividad.
La profesora en Economía afirma que los resultados de la Encuesta Nacional sobre Productividad y Competitividad de las Mipymes (Enaproce) 2015, no son sorpresivos, sobre todo en lo que respecta al perfil y grado de instrucción.
“Estos negocios ha sido una válvula de escape, de empleo ante la insuficiencia en las empresas formales, además de los bajos salarios que hay en el país. Es mucho de la motivación de los pequeños empresarios para abrir estas compañías, y me parece que es claro en la encuesta.”
La experta subraya la importancia de la eficiente comunicación de los programas gubernamentales de apoyo a las mipymes.
“Aunque haya una gran promoción y se difundan los cursos, a la gente no le está llegando, no les representa algo valioso. No hay información profunda sobre de qué se trata, para qué me sirve, cómo va a mejorar mi día a día. Estos empresarios lo que quieren es que les vaya mejor en términos económicos, son gente práctica, y consideran que el conocimiento teórico les va a quitar el tiempo, en lugar de resolverles algo”, concluye.