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Emprendimiento social para romper la brecha de género en México
De los 77 países en donde se están llevando a cabo iniciativas lideradas por mujeres, México se posiciona en el lugar 41, revela el Female Entrepreneurship Index 2015 (último reporte).
A pesar de que se han dado pasos importantes para romper la brecha de género en el país, aún hay mucho por hacer. Datos del Índice Global de la Brecha de Género, revelan que México tiene una brecha del 75.4%, ocupando el lugar 25 del ranking en 2020, comparado con 2018, en el que ocupaba la posición 50, con 72%, aunque no ocupa los mejores lugares, la diferencia es menor entre hombres y mujeres en comparación con otros países.
Una forma para avanzar más en ello es a través del emprendimiento social, con empresas lideradas por el talento femenino. De los 77 países en donde se están llevando a cabo iniciativas lideradas por mujeres, México se posiciona en el lugar 41, revela el Female Entrepreneurship Index 2015 (último reporte).
“En el sector de emprendimiento, hace falta mucho trabajo para cerrar la brecha de género, por ejemplo, según los resultados que obtuvimos en Disruptivo.tv en el CENSO de Empresas Sociales publicado en 2020, solo 19% de las empresas fueron fundadas únicamente por mujeres, 33% únicamente por hombres y 48% tiene un grupo fundador mixto. Mientras que por el lado del financiamiento 35.8% de las empresas que han recibido fondeo fueron fundadas por hombres, 15.2% fueron fundadas por mujeres y el 49% tienen fundadores mixtos," señala Juan del Cerro, Founder y CEO de Disruptivo TV y Socialab.
“Urge que sigamos creando mecanismos para fomentar la participación de las mujeres en el emprendimiento, además de que trabajemos en reducir las brechas para que quienes deseen hacerlo, no se encuentren con retos innecesarios que los hombres normalmente no enfrentan", agrega.
Las mujeres emprenden en todos los sectores, incluyendo aquellos más precarios, donde existe una gran proporción de mujeres que lideran emprendimientos como en el ámbito rural, textil o artesanal.
De acuerdo con datos de Acción Contra el Hambre, el sector rural (por ejemplificar) se encuentra liderado mayormente por mujeres y es aquí donde destaca la participación y los esfuerzos que se han hecho de la mano del emprendimiento social que atiende a compañías enfocadas en resolver problemas sociales con modelos escalables, sustentables y rentables, y que desde sus fundamentos tiene el propósito de atender a los más vulnerables, incluyendo las mujeres.
Casos de éxito
El emprendimiento social destaca por ayudar a resolver problemas que se viven en México como la delincuencia, la corrupción, el hambre, acceso a la salud, acceso a la educación, vivienda, desigualdad, desempleo, trabajo informal o violencia, entre otros más que atacan directamente a las mujeres.
En México, son diversas instituciones que no sólo se han consolidado como líderes en la industria del emprendimiento social como Socialab México y Disruptivo TV, lideradas por Juan Del Cerro, quien desde hace varios años se ha dedicado al apoyo de emprendimientos sociales en etapas tempranas; además de otras como la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresas, la Asociación de Emprendedores de México (ASEM) o Mujeres de Cambio, una iniciativa que en 2020 impulsó a más de 50,000 mujeres a convertirse en emprendedoras sociales, y en el 2021 se ha propuesto un compromiso mayor.
Algunos ejemplos de empresas sociales que han logrado exitosamente atender directamente algunos de los retos de la brecha de género, son:
- La Cana. Quienes trabajan con mujeres privadas de la libertad, con la finalidad de mejorar su calidad de vida y lograr su reinserción en la sociedad. Que de acuerdo con sus cifras, el 87% de las internas aumentó sus ingresos a partir del inicio de su trabajo en esta compañía.
- Someone somewhere. Productos artesanales creados en un 98% por mujeres de cinco de los estados más pobres de México: Puebla, Oaxaca, Chiapas, Hidalgo y Estado de México, y quienes tienen como propósito contribuir al empoderamiento de la mujer a través de su reconocimiento como sujeto productivo e independiente.
- MURLOTA. Mujeres Rurales de Lomas de Tepemecatl, en El Ajusco, Ciudad de México. Su principal finalidad es el acopio, distribución y venta de los productos, subproductos y recursos necesarios en beneficio económico del grupo de mujeres.
Aún y a pesar de los esfuerzos que se han hecho, la brecha de género es evidente, incluso en el emprendimiento social.
De acuerdo con el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres 2020), sólo 43% de las mujeres mexicanas mayores de 15 años pertenece a la población económicamente activa, mientras que la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo de 2019 señala que una de cada 5 personas empleadoras, una es mujer (2,1 millones de hombres y 526,000 mujeres empleadores). Además, del total de la población de mujeres económicamente activas, 45.2% se encuentra en el sector informal, según el Inegi.
La brecha de género en el emprendimiento es un fenómeno complejo pues se deriva de la desigualdad entre mujeres y hombres en áreas culturales, históricas, sociales y económicas por mencionar algunas.
El simple hecho de emprender sigue siendo difícil para las mujeres por diversas barreras socioeconómicas y culturales. Muchas son las iniciativas que existen para favorecer el cierre de esta brecha, sin embargo, las estadísticas hablan de las barreras que aún persisten, como la percepción al riesgo, el acceso al financiamiento y los estereotipos de género. En México, aunque 41.2% de las mujeres se consideran capaces de iniciar un negocio propio, solo el 11% lo hace, de acuerdo con la Asem.