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El Empresario

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Solucionar problemas no depende de habilidad, sino de mentalidad

Con las técnicas adecuadas y la actitud correcta, se pueden solucionar los conflictos por más complicados que parezcan.

Con las técnicas adecuadas y la actitud correcta, se pueden solucionar los conflictos por más complicados que parezcan.

Los problemas son molestos, estresantes, generalmente inesperados e inevitables, pero muchas veces son necesarios, ya que pueden ayudar a mejorar una situación, la cuestión es saber cómo resolverlos.

Cuando un conflicto se presenta, lo principal es no dejar que se apodere de la persona, sino pensar en estrategias que ayuden a resolverlo de la mejor manera, pero ¿cómo se hace?

Ken Watanabe, autor de “¡Resuélvelo!, un método simple para solucionar problemas”, explica que resolver conflictos no es cuestión de tener habilidad, sino de mentalidad que impulsa a sacar lo mejor de cada persona para moldear el mundo de manera positiva.

“En lugar de aceptar el statu quo, los auténticos solucionadores de problemas tratan constantemente de modelar de forma proactiva su entorno”, escribe.

Para Watanabe la clave es no dejar que los problemas tomen el control de la situación, no rendirse de inmediato, olvidar el miedo y no culpar a los demás por los fallos.

Asimismo, se centran en lo que se puede cambiar y no en lo que ya sucedió, por lo que elaboran planes de acción específicos y los ejecutan sin demora. Una vez que lo lograron, continúan controlando sus progresos.

Ver infografía.

“La capacidad para resolver problemas no es un talento que unas personas tengan y otras no. Es una costumbre. Desarrollando las técnicas acertadas y adoptando la actitud correcta, todos podemos llegar a ser personas que solucionen conflictos”, menciona.

El secreto para ser un solucionador, añade, es implementar un método eficaz que consta de cuatro pasos y que muy pocos conocen. Se trata de comprender la situación actual, identificar la causa fundamental, elaborar un plan de acción eficaz, ejecutar la técnica hasta que todo esté resuelto y hacer las modificaciones necesarias.

“Antes de poder solucionar cualquier cosa, es preciso que comprendas que hay un problema. Una vez que lo hayas hecho, no es suficiente identificar su causa. Tienes que pensar cuidadosamente en cómo podrías solucionarlo y, luego, en las medidas reales que se requieren para hacerlo. Resolver problemas es una combinación de pensar y actuar. Hacer solo lo uno o lo otro no te llevará a ninguna parte”.

Diagnosticar la situación

Cuando se ha detectado el problema, una herramienta útil para buscar la solución es hacer una lista de las posibles causas del conflicto. Posteriormente, se debe plantear la hipótesis de por qué surgió la situación.

“Al determinar tu hipótesis y pensar en el razonamiento, podrás comprobar si es acertada. A partir de ahí, puedes pasar a tomar una decisión sensata que lleve a una solución productiva”, precisa.

La investigación es lo que ayudará a resolver este punto, donde es importante recordar que no se trata de recoger información sólo porque sí o analizarla por diversión. Se hace para tomar mejores decisiones y tener más conocimiento de las consecuencias de cada acción.

Cuando los datos son analizados, hay que identificar los tres primeros hallazgos,

que son los que deben corregirse.

 

Formular la solución

Una vez comprobada la hipótesis, se debe contar con una amplia variedad de

soluciones, esto permitirá destacar las herramientas que deben utilizarse.

Lo ideal es clasificarlas en fácil y difícil realización, y aquellas que sean más eficaces. Las menos efectivas, con un impacto bajo y de realización difícil, deben estar en los últimos lugares de la lista.

Cuando se definan las medidas más pertinentes, hay que ponerlas en marcha y su efecto será mejor si se hacen con ayuda de otros, ya que permitirá tener un panorama diferente y agilizar el proceso para resolver el conflicto. No hay que olvidar que cada persona tiene puntos fuertes y que se pueden obtener mejores resultado colaborando con otros que tienen aptitudes de las que cada uno carece.

Lo más importante, resalta Watanabe, es no perder el control de la vida, tomar las riendas, moldear el mundo que se desea y aprender de los retos que inevitablemente se presentan.

“En lugar de sentiros abrumados por los retos a los que nos enfrentamos todos los días, podemos aprender a disfrutar de ellos y vencerlos”, concluye.

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Coeditora El Empresario. Periodista especializada en temas de emprendimiento, management, cultura laboral, capitalismo consciente, liderazgo, economía circular y sustentabilidad.

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