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Cofece revisa 150 licitaciones del IMSS de pruebas a bebés

La Autoridad Investigadora del órgano antimonopolios indaga la posible colusión de proveedores de servicios integrales de tests de tamiz neonatal entre 2016 y el 2022, pero podría ir más allá si halla indicios suficientes.

La autoridad antimonopolios mexicana quiere seguir desparasitando a los hospitales públicos. Al menos en lo que respecta a sus compras de bienes y subcontrataciones de servicios, donde se mantiene a la caza de proveedores que se ponen de acuerdo para inflar ilícitamente sus ganancias con cargo al presupuesto de salud.

Ahora tocó el turno de las compras de pruebas de tamiz metabólico neonatal, ámbito en el que la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) inició una indagatoria luego de hallar indicios de coordinación para manipular precios en las licitaciones, según informó el organismo la semana pasada.

José Manuel Haro Cepeda, quien como titular de la Autoridad Investigadora (AI) de la Cofece está a cargo de la investigación, reveló que su equipo ha puesto la lupa, de inicio, en un número importante de licitaciones del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Estamos analizando 150 licitaciones que tienen un valor de 500 millones de pesos y que se realizaron del 2016 al 2022”, dijo en entrevista.

Y explicó cómo funciona el mercado en revisión. De acuerdo con Haro Zepeda, existen dos modelos de negocio. En el primero la institución de salud compra tanto las máquinas que realizan las pruebas, como los reactivos para obtener los resultados. Finalmente, ejecuta los tests con su propio personal.

En el segundo, el instituto contrata a un privado para que realice todo el proceso. De modo que el contratista lleva la máquina y los materiales al hospital, capacita al personal público para que haga las pruebas o, en su defecto, puede llevar también a su propio personal.

En este modelo, el hospital no se preocupa por el manejo del inventario de reactivos —que tienen una caducidad— pues la labor corresponde al prestador del servicio.

La revisión de la AI está enfocada en este último modelo de adquisiciones, conocido como compra de servicios integrales. “Al final se cobra por cada prueba realizada”, explicó el titular de la AI.

La investigación de la AI abarca de entrada seis años (2016-2022), pero el período se puede extender si se encuentran indicios que sugieran prácticas colusorias continuadas.

“Nosotros nos podemos ir hasta 10 años atrás una vez que iniciamos una investigación, al menos. Pero si resulta que al recabar más información encontramos que estas conductas empezaron, por ejemplo, hace 20 años y continuaron, nos podemos ir hasta ese momento por el hecho de que es una conducta continuada” comentó Haro Zepeda.

De la misma manera, si hay información en ese sentido, la AI puede ampliar su revisión hacia otros eslabones de la cadena de valor del mercado investigado.

Desde 1998, en México se realiza la prueba de tamiz metabólico neonatal a los recién nacidos de forma obligatoria y solo en la institución objeto de la investigación, el IMSS, nacen medio millón de bebés al año (en el 2022, en el país ocurrieron 1.2 millones de nacimientos).

En el pasado la Cofece ha investigado y multado a proveedores de servicios integrales de salud al sector público. En agosto del 2020 impuso multas por 626 millones de pesos a 11 empresas y 14 personas físicas por coludirse en licitaciones de servicios integrales de estudios de laboratorio y banco de sangre convocadas por el IMSS e ISSSTE.

octavio.amador@eleconomista.mx

Editor de Empresas y Negocios en El Economista

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