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Debate sobre reforma eléctrica abre puerta a continuar subastas para comprar energía más barata

 Eleazar Castro Pérez, consultor independiente en materia energética y supervisor de la ejecución de las subastas de energía del sexenio pasado, explicó ante líderes empresariales y expertos que en las subastas de largo plazo para la adquisición de energía, potencia y certificados de energía limpia (CEL) se ponderaron cientos de variables para maximizar el ahorro de los compradores, por eso el sistema fue tan competitivo y tuvo tal éxito.

Foto EE: Cortesía / Cámara de Diputados

Los titulares de los más grandes organismos empresariales y de gestión energética en México dialogaron el miércoles durante el segundo foro del día como parte del Parlamento Abierto rumbo a la reforma constitucional eléctrica y aunque no llegaron a una conclusión conjunta, sí destacaron que las 277 centrales de autoabasto y productores independientes de energía (PIE), de contratos legados de la ley anterior al 2013, van de salida, y que con ajustes se podrían reanudar subastas para comprar energía más barata para el sistema.  

Eleazar Castro Pérez, consultor independiente en materia energética y supervisor de la ejecución de las subastas de energía del sexenio pasado, explicó que en las subastas de largo plazo para la adquisición de energía, potencia y certificados de energía limpia (CEL) se ponderaron cientos de variables para maximizar el ahorro de los compradores, por eso el sistema fue tan competitivo y tuvo tal éxito, con los precios de la energía más barata en el mundo, a disposición en ese momento para la Comisión Federal de Electricidad (CFE).  

Además, el Instituto Politécnico Nacional (IPN) validó los resultados de la subasta, privilegiando la transparencia y frenando las posibilidades de corrupción, algo muy necesario en un país como México. 

Explicó que tenemos entonces energía segura para los siguientes 15 años, garantizada para los compradores, y un negocio firme, aunque sea a precios bajos, para los vendedores. Y aseguró que en la cuarta subasta, la que se canceló, el 40% iba a ser comprado por privados, ya no con el riesgo de la CFE.  

“Las subastas no son perfectas, pueden mejorar con evaluaciones sociales y ambientales adecuadas y previas, con ofertas de compra por regionales y no sólo nacionales, con estudios de interconexión antes de su ejecución y añadiendo a la subasta servicios conexos como almacenamiento de energía si queremos integrar muchas más renovables que es un reto muy grande”, dijo el especialista en la segunda sesión del Parlamento Abierto organizado en San Lázaro.  

A favor de las modificaciones constitucionales, Adrián Olvera Alvarado, director de la subsidiaria CFE Generación V, explicó que las sociedades de autoabastecimiento legadas del régimen de 1992, cometen fraude a la ley, y basta con consultar la página de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), en que hay sociedades de capital de un dólar donde el generador tiene el 99% y el resto sus cientos de socios. Actualmente son 243 centrales bajo este esquema, pero tienen 77,767 clientes.  

“Constituyen una afectación económica para CFE es de 10,000 millones de pesos por año porque gozan de un despacho privilegiado, se benefician del porteo tipo estampilla por generar sin emisiones de gases de efecto invernadero, aunque sólo 72 de estas centrales son renovables y no pueden sostener una operación continua, no participan con servicios conexos provocando inestabilidades en la red”, dijo.  

Así mismo, arremetió también contra los productores independientes de energía, ya que en 1992 se obligó a la CFE a comprar energía a estos productores para 25 años esquema en el que existen 34 centrales con 16,051 megawatts instalados; 28 son de ciclo combinado y sólo seis centrales son eólicas y generan 613 mgawatts, mientras que los ciclos combinados son a gas y ocho centrales también funcionan a diésel y “también contaminan”.  

Además, la CFE les paga los cargos fijos incluso si sus centrales no son despachadas, existen cláusulas en que pasan los riesgos a la CFE, como los casos fortuitos, además de que los sobre costos se trasladan a la Comisión Federal de Electricidad, con cargos fijos por capacidad, crecientes y en dólares.  

Al finalizar sus contratos, obtendrían en promedio entre tres y cuatro veces el importe inicial de sus inversiones y además conservarán sus centrales para convertirse en competidores de la CFE, dijo. Y el día de hoy, los productores independientes de energía son cuatro consorcios los que constituyen prácticamente el oligopolio de estos contratos legados y son: Iberdrola, Mitsui, Naturgy y Saavi.  

 “No hay ninguna competencia sino un arreglo entre empresas privadas extranjeras para apoderarse del mercado y desaparecer a la empresa pública que es la CFE y que es de todos los mexicanos”, aseveró respecto a estos dos esquemas el director general de la CFE, Manuel Bartlett.  

A su vez, José Abugaber Andonie, presidente de la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (Concamin), aseguró que puede haber mejorías en el esquema actual sin un cambio constitucional, ya que el abrir el sector eléctrico benefició ampliamente a la industria y sólo por poner un ejemplo el año pasado a  la industria automotriz la CFE le vendió la energía a 1.22 pesos por kilowatt hora en tanto los privados le vendieron a 42 centavos.  

Al argumentar contra la iniciativa presidencial de revocar los contratos existentes para renegociarlos con la CFE, recordó que únicamente el 12% de la generación nacional corresponde a los autoabastos y con tendencias a bajar porque los permisos se van venciendo.  

Además, la energía más barata que tiene la empresa estatal es la que generan sus productores independientes de energía y con esto la CFE tiene control de 70% de la electricidad y los productores independientes de energía representan el 18% de la capacidad de la empresa, mientras que 80% de su energía la venden a CFE  y el resto con todos los permisos al mercado, además de que al igual que los contratos de autoabasto no hay nuevos productores independientes de energía desde el 2013.  

Y finalmente, Ricardo Mota Palomino, director general del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace), aseguró que ha sido un error haber creado el sistema eléctrico nacional bajo la creencia errónea de que la generación de energía puede ser un negocio.  Así, mediante esquemas legados de la legislación de 1992 y los que se establecieron en 2013, hay nueve formas de intercambiar energía en el país: como productores independientes de energía de contratos legados vendiendo directamente a CFE; como legados de autoabasto con socios; mediante la venta de excedentes de estos dos esquemas al mercado; exportación de energía; unidades de propiedad conjunta; autoabastecimiento puro sin socios; el mercado mayorista de venta directa de más de 1 megawatt, y los certificados de energía limpia que quienes generan sin emisiones de carbono le venden a los participantes del sector que compran o venden energía fósil.  

Con estos esquemas, los privados llegaron ya a 60.6% de la generación eléctrica nacional, dijo. Y con ello, “los ingresos que recibe la CFE no son suficientes para cubrir sus costos, financiar el mantenimiento de las redes, mantener bajas las tarifas a los usuarios domésticos y pagar su deuda, por lo que, de continuar esta tendencia de privilegiar a los privados, vendrá un colapso con severas consecuencias para todo el país”, aseveró.

karol.garcia@eleconomista.mx

Karol García es reportera de Empresas y Negocios.

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