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Incremento en salario mínimo debe ser pronto
Se sentirá en el bolsillo pero no será por decreto, pues provocaría inflación, informalidad e incluso desempleo.
El salario mínimo en México debe incrementarse pronto en una cantidad que se sienta en el bolsillo y en ello hay ya un claro consenso entre el gobierno y la Iniciativa Privada (IP), pero las negociaciones para acordar tiempos y montos precisos están en pausa porque así lo demandó el sector empresarial, quien pidió más tiempo para analizar el impacto económico del aumento, aseguró Alfonso Navarrete Prida, titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS).
Lo anterior responde al escenario de volatilidad financiera global que ha dejado secuelas en México en variables como el valor del peso que se ha erosionado 30% en el año , pero también al hecho de que una decisión económica de esa naturaleza no puede darse por decreto gubernamental, a riesgo de generar efectos indeseados como la contaminación de las expectativas inflacionarias, mayor informalidad laboral o hasta desempleo, explicó el funcionario federal a El Economista.
A finales de mayo el secretario del Trabajo anunció que el esperado anuncio sobre el incremento a los salarios mínimos se daría a mediados de este mes, pero la expectativa se enfrió tan pronto como la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) rechazó en pocas horas que existiera el acuerdo.
La STPS aclaró días después que el anuncio no se daría en junio ante la volatilidad del entorno económico mundial , desatada por la incertidumbre sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea, ante la proximidad del referendo para decidir el hecho, el pasado 23 de junio (en éste, una justa mayoría de británicos finalmente se decantó por dejar el bloque europeo).
Uno de los sectores (el empresarial) dice que no es el momento de subir el salario y que tenemos que terminar de estudiar si ante la alta volatilidad que hemos sufrido en la última semana tomar una medida de éstas no afectaría el entorno. Pidieron más tiempo para hacer un estudio y que ese estudio permitiera tomar una decisión , comentó.
Navarrete Prida destacó la importancia de realizar el anuncio de la mano de los factores de la producción del país, ello como una medición clara del compromiso de los sindicatos de que el aumento de los salarios no impactará en el resto de la cadena de la contratación colectiva el efecto faro y de la promesa de los empresarios de que no van a ajustar precios por haber aumentado el mínimo, ya que ningún otro factor se moverá en la contratación colectiva .
Reconoció así la necesidad de aguardar por la posición del sector privado, pero afirmó que la intención del gobierno es que el incremento se tiene que dar lo más pronto posible para que esto (el aumento) se plasme, porque tenemos un momento de oportunidad que es posible tomar y tenemos un acuerdo en principio .
Independientemente de la volatilidad financiera referida, el funcionario federal enfatizó que en el país se vive un momento ideal para la mejora del salario, pues se ha seguido la ruta trazada por el gobierno para lograrlo. Aclaró que, contrario a lo que se piensa, fue el gobierno del presidente Enrique Peña quien desde el Plan Nacional de Desarrollo de su administración propuso la elevación del salario mínimo en México, aunque después la bandera fuera tomada por la administración del Gobierno de la Ciudad de México, que encabeza Miguel Ángel Mancera.
El primer paso era la unificación de las zonas salariales; el segundo, la desvinculación del salario como una unidad de medida, y el tercero, hacerlo en una época de crecimiento económico, porque ello va asociado con la productividad. Tenemos las condiciones, porque está creciendo la economía, tenemos mayor formalización de empleo y un aumento en la productividad, ya estamos desvinculando de los factores inflacionarios y ya cerramos zonas económicas , puntualizó.
¿Quién va a pagar?el aumento?
La semana pasada Salomón Chertorivski, secretario de Desarrollo del Gobierno de la Ciudad de México y quien funge como el principal vocero de la administración capitalina en la discusión salarial, demandó a la STPS no aplazar más el anuncio del incremento remunerativo, a lo que Navarrete Prida contestó insistiendo en las razones por las que el incremento no pude hacerse por decreto unilateral, pero fue más allá.
La pregunta que no me han podido contestar y le haría a Salomón Chertorivski es: ¿quién va a pagar ese aumento? Porque el gobierno no lo va a pagar, lo va a pagar la tienda de abarrotes, el de la tintorería, el de la plomería. Ese patrón solamente puede hacer tres cosas: que repercuta ese aumento en el precio de lo que hace, y eso se llama inflación; la segunda es que ya no pueda pagar a cinco empleados y diga: quito dos, lo que, multiplicado por cientos de miles, se llama desempleo, y la tercera, que diga: pues, mejor dejo dos fuera de prestaciones, y eso se llama informalidad , espetó.
Cuidar empleo, eje de nueva justicia
Atrás, la lógica de la disputa
México vive un cambio de paradigma en materia de relaciones laborales, donde se tiene que pasar de concebir a los sectores de la producción como factores de enfrentamiento a sectores que deben procurar la protección de una unidad económica y que los beneficios sean compartidos, lo cual no riñe con pretensión gubernamental de tener sindicatos fuertes, afirmó Alfonso Navarrete Prida, titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS).
En esa lógica es que se inscribe la reforma al sistema de justicia laboral del país presentada por el gobierno federal, misma que plantea la desaparición de las juntas de Conciliación y Arbitraje en favor de un sistema de justicia impartido por el poder judicial, dijo el funcionario a ?El Economista.
Las preguntas han cambiado y las respuestas por lo tanto son distintas, teniendo los mismos objetivos. Ahora la pregunta es de qué le sirve a un sindicato, cuando se le reconoce su derecho a existir, su derecho de huelga, todos los derechos colectivos; tener la razón y ganarla dos años después de que inició un conflicto, si después de este tiempo la fuente de trabajo ya no existe , inquirió.
Navarrete Prida reconoció que el rompimiento del esquema de las juntas organismos tripartitos con representación gubernamental, patronal y sindical generará resistencias, pues representan uno de los viejos pilares del sistema que alguna vez fue funcional para mantener el sistema político, pero confió en que servirá para completar la transición hacia una nueva era del mundo laboral.
Necesitamos un tripartismo moderno, inclusivo, de alto nivel de diálogo social que vayan por la productividad, que vaya cuidando a la fuente de trabajo , enfatizó.
Finalmente, indicó que la intención del gobierno federal es promover sindicatos fuertes, lo cual inicia con el propósito de incrementar la formalidad laboral, porque cuando un trabajador se vuelve formal, surge el derecho de que sus intereses puedan ser representados colectivamente .