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México debe reconocer que no hay evidencia científica que demuestre que el maíz modificado hace daño: GCMA


Tras el anuncio de la Representación Comercial de Estados Unidos (USTR) sobre la resolución del panel de solución de controversias, en el que México perdió frente a las restricciones a las importaciones de maíz transgénico estadounidense, es fundamental que México considere que no existen pruebas científicas concluyentes que respalden la nocividad del maíz genéticamente modificado.

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Luego de que la Representación Comercial de Estados Unidos (USTR) informara que México perdió el panel de solución de controversias relacionado con restricciones a las importaciones mexicanas de maíz transgénico estadounidense, es importante que México reconozca que no hay evidencia científica que demuestre que el maíz modificado hace daño.

En un análisis sobre el impacto que ello representa, el director general del Grupo de Consultores de Mercados Agrícolas (GCMA), Juan Carlos Anaya, destacó que en el plazo de 45 días que tiene nuestro país para dar su postura, debería “eliminar el decreto y reconocer que no hay evidencia científica que demuestre que el maíz OGM hace daño; permitir importaciones de maíz genéticamente modificado para consumo animal e industrial; restringir la siembra, es decir, mantener la política de prohibir la siembra de maíz transgénico en el territorio nacional; y negociar el consumo humano”.

Lo anterior, dado que se confirmó por parte de la titular de la USTR, Katherine Tai, que en los siete reclamos legales las medidas de México no se basan en ciencia y socavan el acceso al mercado que México acordó brindar en este Tratado.

Anaya, recordó que nuestro país es autosuficiente en maíz blanco que se destina principalmente al consumo humano; no obstante, México es el mayor importador de maíz del mundo, principalmente maíz amarillo, utilizado en la alimentación animal y en la industria.

De ahí que como propuesta, expuso, “México debe adoptar una postura basada en ciencia y en los intereses económicos del país, asegurando el abastecimiento de maíz para los sectores animal e industrial, sin comprometer su soberanía alimentaria ni su reputación internacional”.

Por su parte, el Consejo Nacional Agropecuario que preside Juan Cortina Gallardo, destacó que siempre han sido defensores de que las decisiones que afectan al sector agroalimentario se fundamenten en ciencia y tecnología. “Estas herramientas son esenciales para promover la sustentabilidad, mejorar la competitividad y enfrentar los desafíos globales, como el cambio climático y la seguridad alimentaria”.

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Pilar Martínez es reportera de Empresas y Negocios.

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