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Considerar las capacidades de cada región del país, indispensable para la transición energética
El crecimiento de la demanda eléctrica y el impulso de energías renovables son desafíos que deben ser abordados a través de alianzas estratégicas entre la industria y el gobierno, de acuerdo con expertos.
La transición energética en México no puede aplicarse de manera uniforme en todo el país, ya que cada región tiene sus propias capacidades y recursos que deben tomarse en cuenta, donde es primordial la colaboración entre gobiernos locales y sector privado, detalló Shirley Wagner, socia y consultora en Sostenibilidad Global, durante su participación en la cumbre de las 1,000 empresas más importantes de México.
El trabajo de la asociación se centra en realizar estudios de factibilidad que analicen las capacidades energéticas de cada región en conjunto con la Comisión Federal de Electricidad (CFE), “porque no es posible pensar solamente en un reforzamiento o una generación local sin que haya refuerzos en las redes de transmisión y distribución, entonces tiene que ser un esfuerzo conjunto”, agregó en entrevista con El Economista.
Al momento, Sostenibilidad Global ha formado alianzas con los gobiernos de cinco estados: Aguascalientes, Tamaulipas, Chihuahua, Estado de México y Nuevo León, con el objetivo de desarrollar proyectos energéticos a partir de un diagnóstico integral; estas entidades destacan por ser importantes inversiones en el sector industrial y, por lo tanto, enfrentan la necesidad de reforzar su infraestructura energética.
En ese sentido, la planeación es vital para el éxito de los proyectos de transición energética y debe ser integral, tomando en cuenta la generación de electricidad, el acceso al agua, la zonificación, los permisos, los costos de operación y mantenimiento a largo plazo, para garantizar que haya capacidad de generación tanto para la población como para industrias y que dichos proyectos sean bancarizables.
El financiamiento es un factor crucial para los proyectos de transición energética, cuando están “bien planificados y estructurados, son más atractivos para la banca de desarrollo y comercial, tanto a nivel nacional como internacional”. Uno de los retos más importantes es lograr que los gobiernos locales ofrezcan incentivos a las empresas para atraer inversiones que impulsen estos planes de generación.
La colaboración con las entidades apenas está en sus primeras etapas, y se espera que el trabajo se extienda durante varios años debido a la complejidad de los estudios y la inversión necesaria.
Oportunidades para México
“Estamos en un momento clave, con grandes oportunidades de crecimiento, generación de empleos y transferencia de energía, pero es necesario que todos los actores trabajen de manera coordinada”, refiriéndose a iniciativa privada y gobiernos.
Un ejemplo de potencial regional en energías renovables es el Istmo de Tehuantepec, que tiene una gran capacidad de generación de energía eólica, misma que debe aprovecharse en el corredor industrial que se plantea detonar, no llevándose la energía a otro lado, amplió Hans Kohlsdorf, representante de Energy to Market.
México tiene una posición privilegiada en inversión por su proximidad con el mercado de consumo más grande del mundo, que es Estados Unidos, por lo que se deben gestionar los grandes requerimientos de inversiones para poder detonar la región, “el gobierno está haciendo un esfuerzo digno en darle igualdad de oportunidades al Istmo con otras regiones del país”, afirmó.