¿Cómo cambian los patrones de gasto ante reducciones en el ingreso?

Si la historia se repite, y sucede lo inesperado siempre, cuán incapaz debe ser el hombre de aprender de la experiencia.

George Bernard Shaw, escritor irlandés

Si preguntamos a un amplio grupo de personas qué pasaría con su gasto en caso de que sufrieran un cambio brusco en su nivel de ingreso disponible como resultado de factores como la pérdida del empleo, una reducción de la frecuencia o volumen de alguno de los ingresos habituales o un gasto coyuntural no planeado, como el derivado de una enfermedad o un accidente , muy probablemente la mayoría respondería que simplemente ajustarían su nivel de gasto a esa nueva condición coyuntural o permanente de sus ingresos.

Sin embargo, la realidad es que muchas personas que han (o hemos) enfrentado situaciones como las descritas tienden a presentar desfases, rezagos o falta de profundidad en sus decisiones de reducción de gasto.

Esto provoca desequilibrios y un alargamiento de las condiciones económicas negativas que se enfrentan, siendo esta conducta validada por investigaciones realizadas en diferentes partes del mundo.

En el estudio The Consumption Response to Income Changes , de Jappelli y Pistaferri, se encontró evidencia de que los consumidores no revisan de manera inmediata y completa su consumo como respuesta a un choque permanente de sus ingresos.

En muchos casos, la reducción del ingreso es compensada a través de mecanismos como la ampliación del acceso al crédito o la utilización ? cuando existen de ahorros previos disponibles.

Sin embargo, cualquiera de estas dos alternativas no es ideal en términos financieros.

Aun disponiéndose de ahorros, en muchos casos se carece de certeza respecto de la duración y profundidad del impacto en el ingreso disponible, por lo que lo racional sería ejercer de inmediato un proceso de revisión de restricción del gasto que disminuyera el efecto en la salud financiera.

Son múltiples los factores que generan esta afectación, que crean un retardo en los ajustes a los patrones de gasto y consecuentemente una afectación negativa financiera.

Sesgos que le pueden cegar ?de la realidad financiera

Un primer factor que afecta a los patrones de gasto se refiere al hecho de que, ante choques coyunturales a los ingresos, frecuentemente las personas tienden a asumir una actitud de incredulidad, cuando no de negación.

Ello lleva a postergar las decisiones importantes y a asumir las consecuencias de la coyuntura económica negativa que se enfrenta.

En otros casos, las personas tienden a evitar cambios bruscos en los patrones de gasto que, aun cuando pudieran ser absolutamente necesarios, impliquen en su percepción un cambio drástico en la noción que tienen de su propio estilo de vida.

El investigador Matthew D. Shapiro explica en su reporte How Economic Shocks Affect Spending , publicado en este año, que incluso cuando se presenta una reducción del ingreso y la familia decide recortar el gasto, no lo realiza en la extensión debida; en una investigación realizada en Estados Unidos se encontró que por cada dólar perdido coyunturalmente de ingreso, la reducción en los gastos era cercana a 42 centavos; lo que implicaría todavía una afectación superior a 50% de la reducción del ingreso, lo que puede traducirse en el uso de deuda de corto plazo (la más cara) o en la postergación de otros gastos u obligaciones financieras fijas con las consecuentes penalizaciones asociadas.

En condiciones de incertidumbre laboral o financiera, pero también en escenarios no previsibles que afectan los ingresos de las familias, la velocidad de respuesta que las familias muestren para ajustar agresivamente sus patrones de gasto y consumo puede significar la diferencia entre un periodo negativo de corta duración y la afectación permanente y de largo plazo a la estabilidad y salud financiera de la familia.

El autor es politólogo, mercadólogo, especialista en Economía Conductual y director general de Mexicana de Becas, Fondo de Ahorro Educativo.

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