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“Diplomacia de rehenes” china levanta preocupación en el sector empresarial
La liberación de dos canadienses en el país asiático, luego del regreso triunfal de Mang Wanzhou, despierta sospechas.
Pekín. El regreso de la ejecutiva de Huawei Meng Wanzhou desde Canadá fue celebrado en China como un triunfo diplomático, pero dejó un sinsabor entre la comunidad empresarial internacional, preocupada por la amenaza de la "diplomacia de los rehenes".
Este temor se basa en una parte de la historia que la prensa estatal china ha silenciado: cuando las multitudes se preparaban para recibir a Meng en el aeropuerto de Shenzhen (sur), dos canadienses iban en dirección contraria después de pasar casi tres años detenidos.
El exdiplomático Michael Kovrig y el empresario Michael Spavor fueron detenidos en China en diciembre de 2018, poco después del arresto de Meng en Vancouver ante un pedido de Estados Unidos por un caso de fraude.
Aunque Pekín insiste en que se trataba de hechos sin conexión, la detención de los canadienses fue vista como una represalia. Esta impresión se vio reforzada por el hecho de que fueron liberados precisamente en el momento en que Meng partió de vuelta a China.
"Cada vez más parece que se están politizando los negocios", advirtió Steven Lynch, director gerente de la Cámara Británica de Comercio en China.
"La acogida festiva, nacionalista, a Meng fue decepcionante para muchos ejecutivos internacionales aquí", dijo un directivo canadiense instalado en Shanghái.
Firmas extranjeras en China siempre han tenido cuidado con los temas políticamente sensibles para no incomodar a las autoridades de la segunda economía mundial.
Pero el caso de Meng y los canadienses aumentó el miedo a que el personal de las empresas extranjeras sea detenido en función de las tensiones diplomáticas entre China y sus países de origen.
Muchas firmas reforzaron sus estrategias de riesgo y elaboraron planes de contingencia por posibles detenciones de funcionarios, según el gerente canadiense en Shanghái.
Presión
Los canadienses fueron acusados de cargos poco claros de espionaje y estuvieron casi incomunicados durante su detención en la prisión.
El caso golpeó las relaciones sino-canadienses y afectó la imagen de Pekín ante gobiernos y empresas de todo el mundo.
Las sospechas de una diplomacia de rehenes fueron en aumento el domingo cuando dos hermanos estadounidenses, a quienes se les impidió salir de China desde 2018 por supuestos "crímenes económicos" de su padre, regresaron de repente a su país.
Incluso diplomáticos occidentales de países como Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Reino Unido y Estados Unidos, son reacios de regresar a China sin garantías de plena inmunidad.