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Geopolítica

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Noruega impone servicio militar a mujeres

Las mujeres sirven ya en las fuerzas armadas, pero lo hacen por voluntad propia. Suponen una décima parte del Ejército, según el ministerio de Defensa.

El Parlamento noruego aprobó de forma mayoritaria el viernes el servicio militar obligatorio para las mujeres, convirtiéndose en el primer país miembro de la OTAN y del continente europeo en hacerlo.

"Los derechos y deberes deberían ser iguales para todos", dijo la diputada laborista Laila Gustavsen, que apoya la ley. "Las fuerzas armadas necesitan acceder a los mejores recursos, sin importar el género y en la actualidad la mayoría de los hombres son reclutados".

Noruega está a la cabeza de la lucha por la igualdad de género, introduciendo medidas como la obligación de todas las empresas públicas de tener al menos un 40% de mujeres en puestos directivos. El miércoles el país celebró los cien años del voto femenino.

Las mujeres componen la mitad del Gobierno actual y se espera que la líder de la oposición, Erna Solberg, se convierta en la segunda mujer primera ministra tras las elecciones que tendrán lugar más adelante este año, según las encuestas que indican que el Partido Conservador y sus aliados alcanzarán la mayoría parlamentaria.

"Es histórico. Para mí es fantástico hacer historia para las fuerzas armadas y para las mujeres", dijo Gustavsen.

Noruega, miembro de la OTAN, ha reducido sus fuerzas armadas desde el final de la Guerra Fría y gasta sobre todo en tecnología para mantener un pequeño pero avanzado Ejército.

Las mujeres sirven ya en las fuerzas armadas, pero lo hacen por voluntad propia. Suponen una décima parte del Ejército, según el ministerio de Defensa.

El cambio no se dirige a forzar a las mujeres a entrar en las fuerzas armadas contra su voluntad, pero debería ayudar a mejorar el equilibrio de género.

Todos los jóvenes pueden ser alistados en teoría, pero desde el fin de la Guerra Fría las fuerzas armadas noruegas se han vuelto más selectivas a la hora de elegir a los reclutas-, ya que las necesidades han cambiado.

Aquellos que no quieren servir pueden esgrimir una razón, como estar estudiando en la universidad, para evitar la llamada a filas.

"En teoría, es posible (que las mujeres tengan que servir contra su voluntad), del mismo modo que les puede ocurrir a los hombres", dijo Gustavsen.

"Pero en la práctica las fuerzas armadas reclutan a la gente joven que está más motivada".

JSO

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