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Geopolítica

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Salida de Zelaya fue un engaño: Micheletti

El presidente del gobierno de facto afirmó que se presentó un conflicto con las autoridades mexicanas, las cuales pretendieron sacar al depuesto mandatario, Manuel Zelaya, engañando a las autoridades hondureñas.

Tegucigalpa.- La salida del presidente derrocado Manuel Zelaya de Honduras fue condicionada a que lo haga como asilado político por parte del gobierno de facto, que calificó como engañoso un fallido acuerdo para trasladarlo a México.

El gobernante de facto de Honduras Roberto Micheletti sostuvo en un discurso ante la fuerzas armadas que ``se nos trató de engañar, con mentiras quisieron sorprender una vez más a Honduras''.

Se refirió así al fallido intento de trasladar a Zelaya desde su confinamiento en la embajada de Brasil en Tegucigalpa hacia México, una situación en medio de la cual Micheletti dijo que ``hubo un conflicto''.

El ministro de Información René Zepeda declaró a la AP que ``si esos países desean sacar a Zelaya de Honduras, lo harán como corresponde a la ley: asilándolo en su territorio, pero sin ningún título rimbombante. Y así, nuestro gobierno aceptará que se lo lleven de inmediato sin problemas de ninguna naturaleza''.

La cancillería interina instó a Brasil a ``definir el estatus jurídico con el que se encuentra Zelaya en su sede diplomática en Tegucigalpa. Aunque las autoridades brasileñas dijeron desde un principio que el derrocado mandatario estaría allí como ``huésped'' y esa condición la mantiene hace más de dos meses.

Advirtió también en un comunicado que ``recibirá y revisará con prontitud cualquier solicitud de salvoconducto que se presente con los requisitos legales por un país no fronterizo que desee ofrecer asilo a Zelaya''.

Desvían avión mexicano

Un avión oficial mexicano había sido enviado para recoger a Zelaya, para lo cual la embajada de ese país había efectuado gestiones ante las actuales autoridades hondureñas, confirmó la canciller Patricia Espinosa.

La jefa de la diplomacia mexicana dijo que a último momento, las autoridades en Honduras pidieron que el avión saliera del espacio aéreo de ese país, por lo que se vio obligado a aterrizar en El Salvador.

Espinosa declaró a periodistas que conversó con Zelaya, tras lo que ``todo parece indicar que las posibilidades de que ese traslado se dé no están vigentes'', pero aclaró que ``México, fiel a su tradición humanitaria, estará dispuesto a acudir en auxilio de aquellas personas que se encuentran en una situación difícil y esta no será la excepción''.

El canciller brasileño Celso Amorim expresó el jueves su frustración por la imposibilidad de que Zelaya saliera hacia México.

El ministro de Gobernación de facto, Oscar Matute, expresó que ``la petición de la embajada de México da el calificativo de presidente de Honduras a Zelaya, lo que no se ajusta a la verdad''.

Espinosa dijo que es ``facultad exclusiva'' del país que recibe a una persona determinar su estatus migratorio, pero aclaró que aún no había sido tomado una definición en las pláticas con el gobernante depuesto.

Zelaya fue derrocado el 28 de junio cuando militares lo sacaron del país con el aval del Congreso y la Corte Suprema. Después de eso, regresó subrepticiamente a Tegucigalpa y desde el 21 de septiembre se alojó en la embajada de Brasil, en donde aún permanece. El Congreso rechazó el 2 de diciembre su restitución debido a que enfrenta acusaciones judiciales.

El canciller de facto Carlos López declaró que ``la embajada mexicana nos presentó una petición que lamentablemente no calificó por no contener la calidad por la cual se le permitiría salir del país al ex presidente Zelaya''.

Espinosa dijo que el asilo político no es la única calidad migratoria con la que una persona como Zelaya podría estar en el país, pues existen otras como las de visitante distinguido, inmigrante o simplemente visitante.

Zelaya rechazó la posibilidad de asilarse en ningún país y acusó al gobierno de Micheletti de sacar ``un documento de la manga como condición para mi salida a México que considero denigrante e indigna... y me sometía a renuncia a mi investidura de presidente''.

Según Zelaya, deseaba viajar a México y después a la República Dominicana, donde se reuniría con el presidente electo hondureño Porfirio Lobo a fin de ``buscar una salida pacífica a la situación democrática del país''.

Posteriormente participaría en La Habana en una reunión de la Alternativa Bolivariana de las Américas.

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