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Construyendo culturas inclusivas a través de un ambiente laboral seguro y positivo

Uno de los principales retos en México es que muchas organizaciones abordan la diversidad e inclusión desde una perspectiva superficial y de tendencia, sin comprender realmente a sus colaboradores

Foto_ Shutterstock

La inclusión comienza, en primer lugar, al valorar, reconocer y celebrar la diversidad que existe en las personas, independientemente de su condición social, su raza, su edad, la diversidad sexual y de género. Y se concreta al valorar e integrar las aportaciones, la participación y las perspectivas de todas las personas dentro de este gran aspecto diverso que reside en cada uno de los colaboradores de una organización, así lo consideró Renán González Nieto, CEO Regional Great Place To Work México, Caribe y Centroamérica en entrevista con El Economista.

Mencionó que uno de los principales retos en México es que muchas organizaciones abordan la diversidad e inclusión desde una perspectiva superficial y de tendencia, sin comprender realmente a sus colaboradores. Esto dificulta el establecimiento de culturas inclusivas, ya que carecen del conocimiento necesario sobre las necesidades específicas de sus empleados.

Metodología para la Inclusión

González dijo que la compañía cuenta con la metodología FOR ALL™ que fomenta la inclusión de todas las personas, buscando crear excelentes lugares de trabajo para todos.”Impulsamos la medición de las brechas entre diferentes segmentos demográficos de la organización, para crear espacios consistentemente positivos para todos los colaboradores.

A través de la data que se genera a partir de esas mediciones, las organizaciones pueden conocer cómo viven la experiencia laboral todas las personas desde la perspectiva de diferentes grupos demográficos. Brinda información valiosa de cómo se encuentra la cultura en términos de diversidad e inclusión y qué les falta a las organizaciones para llegar a consolidar la cultura que desean”.

Comentó que a través de laboratorios de culturas y retroalimentaciones puntuales, generan espacios para promover el desarrollo de estrategias internas y prácticas culturales que impacten de manera positiva en los 4 ejes de la diversidad e inclusión:

• Culturas de inclusión

• Diversidad

• Gestión multigeneracional

• Equidad de género e inclusión y discapacidad.

“Ofrecemos programas consultivos, estrategias y acciones formativas donde podamos trabajar en conjunto con líderes y colaboradores, desde las creencias existentes en la cultura, sensibilizaciones sobre temas de diversidad e inclusión, coaching y análisis de las causas raíz para mejorar la cultura de diversidad e inclusión en las organizaciones estableciendo planes de acción en términos de procesos, prácticas y liderazgo”, explicó Renán González.

Mejores Prácticas

El CEO Regional Great Place To Work México, Caribe y Centroamérica comentó que al fomentar un ambiente inclusivo para colaboradores LGBTQ+ y en general, se deben implementar las mejores prácticas, sin embargo, dijo que no existe una misma fórmula para todos.

“Tampoco implica grandes inversiones de recursos para las organizaciones. Las mejores prácticas son las que mejor se adaptan a las necesidades y características de la cultura de cada organización.

“Y son aquellas donde se cuida el cómo se implementa y el toque particular que cada organización le dé a esa práctica de acuerdo con su cultura. Tomando en cuenta esto, las mejores prácticas organizacionales en materia de diversidad e inclusión varían entre industrias y segmentos de empresas”.

Liderazgo

El papel de los líderes y gerentes en la creación y mantenimiento de un ambiente laboral seguro y acogedor para la diversidad sexual y de género, por ello,” la inclusión surge desde el núcleo de la organización, es decir, los líderes. Sin importar a cuántas personas gestione, el líder es quien forja la experiencia laboral de los colaboradores. Son ellos quienes mueven a sus equipos hacia el logro de metas y quienes crean el entorno necesario para maximizar el potencial humano de las personas”, dijo González.

Explicó que a través de competencias culturales como cuidar a las personas, escucharlas, reconocer y celebrar sus diferencias, y desarrollar el talento individual, que construyen la experiencia de confianza en el lugar de trabajo.

“ A su vez, toda esta experiencia generada por los líderes va a moldear la cultura de la organización y determinará el impacto en los resultados organizacionales de cultura y negocio”.

Malos entendidos

Para el CEO Regional Great Place To Work México, Caribe y Centroamérica, uno de los principales fenómenos que existen es considerar el tema de la diversidad e inclusión sólo como una tendencia, generando estrategias e incluso acciones externas para fines de marketing interno o externo.

“Esto hace que se minimice su relevancia al interior de la organización y que se genere un clima interno de incongruencia”.

Dijo que otro malentendido común sobre la diversidad es pensar que es lo mismo que la inclusión. Sin embargo, esto no es el caso. “Mientras que la diversidad se refiere a la presencia y reconocimiento de las diferencias dentro de una organización, la inclusión se trata de crear un entorno donde todas esas diferencias sean valoradas y respetadas, y la diversidad de las personas se sientan involucradas, empoderadas, tomadas en cuenta por la organización. Muchas organizaciones se quedan en el primer paso, y no cierran el círculo”, consideró González.

Pasos esenciales

En primer lugar, es importante que las organizaciones en México fortalezcan y afiancen su compromiso hacia la diversidad e inclusión desde la alta dirección. Solamente así se podrá cultivar hacia el resto de la organización.

“Hay que sensibilizar a las organizaciones para generar culturas genuinamente inclusivas que vayan más allá de reconocer la diversidad, y asegurar un ambiente diverso. Se trata de generar cultura e integrar a la diversidad e inclusión de manera estratégica a través de la filosofía, valores, procesos y prácticas organizacionales.Y todo esto, a través de la toma de decisiones basadas en la data y en la información”.

“Es importante mirar al interior de la organización para conocer qué es lo que ya están haciendo bien y comunicarlo a los colaboradores. Descubrir las buenas prácticas que incluso ya están haciendo los líderes en sus equipos de trabajo y replicarlas al resto de la organización”, concluyó González.

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Coordinadora de Operación Editorial de Suplementos y Ediciones Especiales de El Economista. Licenciada en Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México. Estudió una especialización en Periodismo Económico en la Universidad de Miami, auspiciada por la Fundación Reuters. Ganadora del premio por la "destacada cobertura en finanzas verdes", entregado por la BMV y el Consejo Consultivo de Finanzas Verdes. Ha sido analista de mercados, editora de finanzas y creadora de ranking de negocios, responsabilidad social y mercados, y ha trabajado en la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas, Reforma, Excélsior, Mundo Ejecutivo, Expansión, Fortuna, Infosel y Economática.

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