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Buffett pone al mundo a revisar sus estrategias de inversión

En su última carta a los accionistas de su fondo de inversión Berkshire Hathaway, el experto anticipa la corrección que está por llegar a los mercados financieros.

En la Antigua Grecia, el oráculo de Delfos era el lugar de consulta con los dioses, donde iban los griegos a averiguar qué les deparaba el destino antes de tomar una decisión o de emprender un negocio. El poder de este oráculo era tan grande que llegó a ser el centro religioso del mundo helénico y, según los historiadores, sus predicciones animaron a los griegos a colonizar el sur de Italia y la isla de Sicilia.

Hoy, más de 17 siglos después, el oráculo se mudó a Omaha, una ciudad mediana del centro de Estados Unidos, desde donde se predice el futuro de las finanzas mundiales, y muy especialmente de las estadounidenses. El ?Oráculo de Omaha?, como se conoce al célebre gurú Warren Buffett, es seguido por millones de inversionistas, analistas y operadores de todo el mundo, que ya no necesitan viajar hasta Estados Unidos para conocer sus predicciones, como antes lo hacían los preocupados griegos en Delfos. Ahora, una vez al año, Buffett reúne a sus más fieles seguidores en su ciudad natal para celebrar una verdadera ?misa pagana? en la que da a conocer sus profecías para el mundo financiero.

Esta ceremonia es conocida como la Asamblea de accionistas de Berkshire Hathaway, el fondo de inversión fundado por Buffett y su socio Charles Munger en 1964, tras la compra de una compañía textil con el mismo nombre. Para el célebre gurú, Omaha también es el ?Woodstock de los capitalistas?, donde se puede conocer qué expectativas se tiene respecto del futuro en materia financiera. Lo que expuso en su última carta a los accionistas de Berkshire Hathaway del mes de mayo pasado, es para que todos los inversionistas se detengan un minuto y revisen sus estrategias financieras. Buffett advierte que la mayoría de las acciones estadounidenses están caras y no es el momento de salir a comprar. Como dice el proverbio chino, ?cuando el sabio apunta a la Luna, sólo el tonto se queda mirando el dedo?.

Este año Buffett vuelve a sorprender y a ubicarse a contracorriente de la opinión generalizada del mercado, en momentos en que las bolsas siguen batiendo récords (el índice S&P 500 de la bolsa de Nueva York superó los 1900 puntos unos días atrás). Esta vez, al ser consultado durante la asamblea anual de su fondo de inversión sobre por qué no estuvo de acuerdo en recomprar sus propias acciones en 2013 (era el deseo de muchos de sus accionistas para sostener el precio de la acción), su respuesta dio un panorama de cómo están las cosas en las bolsas estadounidenses. ?Demasiado caras para ser compradas en estos momentos?, fue su escueta respuesta, que se extiende al resto del mercado.

De la misma forma, cuando se dio el auge de las empresas puntocom a fines del siglo XX, muchos sostenían que Buffett se había equivocado completamente al anunciar que prefería mantenerse fuera del mercado de estas compañías tecnológicas porque ?no entendía cómo hacían para generar valor?. Y hasta se animaron a afirmar que el mago había perdido el olfato. Pero luego, tras la estrepitosa caída del mundo de la nueva economía, Buffett mostró una vez más que él había visto con justeza lo que estaba sucediendo y lo que seguía siendo rentable en el largo plazo.

Hoy, al igual que en 2000, su criterio respecto de la conveniencia o no de una inversión sigue siendo el mismo. Mirar el largo plazo e invertir en aquellos negocios que sean realmente seguros, con buenas perspectivas, con una posición dominante y buen historial de beneficios. En general, las compañías preferidas por el gurú financiero han sido siempre las ?blue chips? tales como Coca-Cola, Gillette, General Electric, American Express, Kraft, Nike o Wal-Mart, todas empresas bien establecidas en el mercado, aunque siempre con rentabilidades menores a otras acciones con mayor riesgo.

Desde el punto de vista matemático, el criterio de valuación preferido por Buffett ha sido siempre el de ?Price-book value ratio? o Precio/valor libros (P/BV). Este cociente se obtiene de la información brindada por los balances de cada compañía y el precio de cotización de sus acciones en los mercados. El valor libros es el cociente entre el Patrimonio Neto de la empresa y su Capital Social (cantidad de acciones en circulación).

De esta forma, la regla que en general ha seguido Buffett para definir si conviene o no comprar una acción ha sido que el Precio/valor libros de la compañía estudiada no superara un nivel de 1.2, es decir, que el valor bursátil de la empresa no fuera superior a 1.2 veces su valor libros. Y justamente, el P/BV actual de Berkshire es de 1.38, de ahí que el gurú rechace la recompra de sus acciones.

De acuerdo con una evaluación realizada por la agencia Bloomberg, en estos momentos el 91% de las acciones que cotizan en el S&P 500 están operando con un P/BV superior a 1.2. Cinco años atrás, cuando recién había estallado la crisis subprime, la mitad de las acciones se encontraban por debajo de este parámetro utilizado por Buffett. Y lo mismo puede decirse de los papeles que cotizan en la bolsa tecnológica Nasdaq: siguiendo la lógica de Buffett, hoy sólo dos acciones están baratas: Vodafone (telecomunicaciones) y Liberty Media (medios de comunicación).

Si se tiene en cuenta que la Reserva Federal sigue adelante con su política de reducción de sus estímulos monetarios, ante la próxima suba de tasas de interés (que ya empezó), es de esperar que los mercados bursátiles sufran una corrección. Probablemente, la carta de Buffett a sus accionistas ayude a acelerar este proceso.

Contenido de la Red Iberoamericana de Prensa Económica

*Artículo escrito por Martín Burbridge.

fondos@eleconomista.com.mx

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