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China en América Latina

El gran apetito chino por la compra de bienes y servicios es probablemente el impulsor del crecimiento de muchas economías de nuestra región, principalmente en América del Sur.

Desde hace ya casi 10 años, las economías latinoamericanas han puesto sus ojos en el gran mercado chino como posible salida al descenso en los niveles de compra de estadounidenses y europeos. El gran apetito chino por la compra de bienes y servicios es probablemente el impulsor del crecimiento de muchas economías de nuestra región, principalmente en América del Sur. En el 2011, 35% de todas las exportaciones latinoamericanas a China era de productos agrícolas, 25% era de productos mineros y sus derivados.

Pero los chinos no sólo se han conformado en comprar materias primas y bienes con bajo valor agregado. Han decidido participar de una forma más activa a través de la Inversión Extranjera Directa (IED). En el 2011, 23% de toda la inversión extranjera china tenía como destino a países como Perú, Ecuador, Venezuela, Brasil y Argentina.

Independientemente de las razones ideológicas que llevan a estos países a recibir con agrado la inversión china, es indudable que el fortalecimiento de las relaciones comerciales se ve favorecido y se espera un impacto positivo sobre el crecimiento económico. Analizando cada caso, Perú es el mejor librado con esta asociación con China, pues el país asiático se ha convertido en su primer socio comercial y los niveles de crecimiento esperados para este año en Perú van de 5.5 a 6% del PIB.

En sentido contrario, China exporta a los países sudamericanos en general manufacturas industriales, automóviles particulares y de carga, tecnología agrícola, telecomunicaciones, entre otros bienes y servicios. Con Brasil destaca la cooperación en ciencias biológicas y biotecnología, y con Perú destaca la exportación de maquinaria y equipo para la minería.

China representa un buen aliado para las economías latinoamericanas en estos momentos de incertidumbre económica mundial. El cierre del gobierno de Estados Unidos y la consiguiente disminución de su gasto público harán que economías como México y los países centroamericanos disminuyan su dinámica de crecimiento.

Es entonces cuando podemos ver a China no como el gran competidor y enemigo comercial, sino como el posible aliado en contra de la dependencia económica con Estados Unidos. América Latina ya está en la agenda de China desde hace años y eso incluye a todos los países de nuestra región, pero en México aún no nos damos cuenta.

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*El doctor Eduardo Carbajal es director de la sede?en Perú del Tecnológico de Monterrey. Correo electrónico: ecarbajal@itesm.la

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