Lectura 4:00 min
Bobbie Gentry, la nueva ola de biopics musicales y las bóvedas de Mick Jones
Foto: AP
Démosle las gracias a Mercury Rev por ayudarnos a redescubrir la música de Bobbie Gentry. Su música estaba escondida en alguna colección de discos o en el sótano de alguna tienda y se pasaba como un secreto a voces entre los iniciados.
En fechas recientes, dos acontecimientos ocurrieron que le han devuelto los reflectores: a principios de este mes, la banda de Buffalo, Nueva York, lanzó una reinterpretación del álbum The Delta Sweete, bajo el título Bobbie Gentry’s the Delta Sweete Revisited.
El álbum cuenta con las voces de Hope Sandoval (Mazzy Star), Rachel Goswell (Slowdive), Norah Jones, Laetitita Sadler (Stereolab), Lucinda Williams y Beth Orton, donde cada una reinterpreta a su estilo las melodías de Gentry. Los arreglos se mantienen sumamente fieles a las composiciones originales, pero también aparecen texturas del shoegaze, jazz y el folk que estas artistas han cultivado en sus carreras.
A finales del año pasado, Capitol recopiló en The Girl from Chickasaw County su discografía completa en una caja de ocho discos que incluye todos sus álbumes de estudio, demos, presentaciones en vivo y rarezas en japonés, español e italiano.
Es música que nos transporta a otro mundo. Parece una fotografía en tonos sepia en un paraje rural, un lugar creado por la imaginación de Gentry. Si usted, querido lector y escucha, quiere sumergirse en un mundo diferente, tal vez pueda encontrar aquí una nueva melodía. Después varias escuchas, uno descubre que la música de Gentry ha formado parte de las influencias de estas artistas y tal vez inconscientemente de las nuestras también.
Nueva ola de biopics musicales
Se acerca una nueva ola de biopics musicales. Ese malogrado género que siempre recurre a los lugares comunes del artista atormentado y con sentimientos de incomprensión como un adolescente cliché.
La nueva ola de cintas musicales está integrada por Rocketman, inspirada en los inicios musicales de Elton John y Bernie Taupin, con quien compuso una racha de éxitos durante los años setenta.
Por otro lado, Netflix estrenará la “verdadera historia” de Mötley Crue, basada en el libro The Dirt. Ambas cintas prometen ser historias sobre las vicisitudes de un hambriento artista en ascenso y los peligros del exceso. No olvide buscar la escena de destrucción de alguna decoración de hotel para mostrar que al vocalista o baterista nadie lo entiende y está aislado de la realidad por su propia fama.
Es probable que estas nuevas cintas sólo sean un pretexto para reempaquetarnos otra compilación de grandes éxitos de los artistas y si son afortunados tal vez un lugar en la ceremonia de los Óscar del 2020. Si todo falla, siempre nos quedará el refugio de regresar a Walk Hard: The Dewey Cox Story o Spinal Tap, para reírnos nuevamente de los lugares comunes de las cintas musicales.
Las bóvedas de Mick Jones
En el sótano del Museo Jumex se abrieron las bóvedas de los recuerdos de Mick Jones —el guitarrista de The Clash, no el de Foreigner—. En este pequeño cuarto hay libros, música, fanzines de punk, libros, películas de todos colores y sabores.
A lo largo de más de cincuenta años, Jones ha sido el responsable de atesorar una parte del legado de la única banda que importó y de paso encapsuló en un celofán un pedacito de los años dorados del punk (1977-1980).
La artista Laureana Toledo se aventura a las entrañas de estas bóvedas para construir la exposición, ...pero a veces rima. Uno podría pasar días enteros leyendo minuciosamente las ediciones de Sniffin’ Glue, New Musical Express y el Melody Maker o tomar algunos consejos de la mítica guía para los invasores de terrenos baldíos, de la Squatters’ Guide de 1975.
Adentrarse en las bóvedas de Mick Jones es un deleite para los fanáticos de The Clash y los adeptos del punk. El encanto yace en ir con la curiosidad por delante y la mente abierta para descubrir nuevos mundos.