Buscar
Opinión

Lectura 5:00 min

Diferencias entre OMR y OMV

El panorama de las telecomunicaciones inalámbricas ha cambiado durante las pasadas tres décadas. Cuando las primeras redes celulares comenzaron a ofrecer servicio en Japón a finales de la década de los setenta y en Estados Unidos a comienzos de los ochenta, la formula era sencilla, la empresa que colocaba la infraestructura era la que ofrecía el servicio. Esta fórmula casi sagrada fue alterada en la década de los noventa cuando en los países escandinavos se observaron los inicios de un modelo de negocio basado en la compra de capacidad para que terceros pudiesen ofrecer servicio aun careciendo de red propia.

Eran otros tiempos, era otra la historia, no había medallas sólo hambre de gloria. Luego de los fracasos iniciales que este modelo de compra de capacidad experimentó, finalmente apareció en el Reino Unido una empresa que pudo hacerlo realidad: Virgin Mobile. Desde entonces los llamados operadores móviles virtuales (OMV) comenzaron a proliferar por el mundo, diferenciándose de los hasta entonces tradicionales operadores móviles de red (OMR).

El paso de los años hizo que el modelo de los OMV evolucionara, apareciendo distintos tipos de entidades que compraban capacidad para ofrecer servicio celular. Parte del cambio se dio como producto de los cambios en el entorno de telecomunicaciones del mercado, con mayores niveles de adopción de servicio móvil y una migración hacia redes totalmente IP que forzaba a los OMV a migrar del modelo inicial de competir en precio. Así se fueron observando algunos lanzamientos más especializados buscando un nicho en el Internet de las Cosas, otros surgieron como plan de lealtad de cadenas minoristas y otros decidieron construir casi toda su infraestructura para ser denominado OMV completos donde lo único que carecían era el acceso de radio.

No obstante, algunos elementos nunca cambiaron. Los OMV siguieron siendo considerados operadores de nicho interesados en obtener como clientes a un perfil especifico de consumidor. Este nivel de especialización es el que lo lleva, teóricamente, a tener un mejor control en gastos publicitarios y de logística pues se presupone que conojce muy bien las necesidades de su cliente potencial y en su servicio celular le ofrece alternativas para solventarlas que los OMR tradicionales no tienen.

La naturaleza de especialización de los OMV los diferencia en su comportamiento de los operadores celulares tradicionales. Los OMR adquieren espectro y colocan infraestructura para ofrecer servicio a la mayoría de la población de un país, lo que los fuerza a buscar clientes en todas las localidades donde su red está ofreciendo servicio. Tienen como incentivo recuperar la inversión al ganar la mayor cantidad de clientes posible.

Contrastando con esta realidad los OMV solo les interesa vender su servicio y promocionarse en aquellas localidades donde residen la mayoría de su mercado objetivo. Indistintamente de que si uno de sus usuarios decide viajar por el país y siempre estará conectado al OMR que alberga a su operador virtual, seguramente le sea imposible encontrar publicidad o puntos de recarga de su operador. ¿Cuál es el resultado? Algo bastante simple, una fragmentación en los niveles de competencia del mercado.

Unos ejemplos sirven para explicar mejor lo anterior, México, aparte de los tres operadores nacionales posee más de 40 OMV. Colombia por su parte posee alrededor de 13 OMV y cuatro OMR que ofrecen servicio a nivel nacional. La presencia de los OMV no implica que en México estén compitiendo a nivel nacional 43 operadores o en Colombia 17. Los operadores nacionales solo competirán con los OMV en las áreas en que estos invierten para ganar clientes. Usualmente, estas localidades se encuentran en zonas urbanas que son las que albergan un mayor poder adquisitivo y densidad poblacional.

Precisamente son las zonas rurales y remotas donde los gobiernos desean que se incremente la competencia. A nivel latinoamericano son muy pocos los esfuerzos que por medio de OMV se lleva conectividad a estas zonas. Por ejemplo, en México la existencia de la red compartida esta impulsando el surgimiento de OMV con alcance limitado en algunas localidades que no eran consideradas como lucrativas por los OMR tradicionales. Otro caso se observa en Argentina donde la Cámara de Cooperativas de ese país, CATEL, quieren impulsar el crecimiento celular por medio de su OMV en zonas históricamente ignoradas por los grandes operadores de telecomunicaciones del país.

La realidad es que ningún cliente en Colombia tiene la posibilidad de comparar las ofertas de 17 proveedores celulares, como en México nadie tiene 42 empresas dándole paquetes distintos para que pueda escoger el que prefiere. Lo ideal es que esto fuese cierto, pero es un deseo que va en contra del modelo de negocio de los OMV, ser operadores de nicho para solventar una necesidad que los OMR tradicionales no han logrado subsanar.

Temas relacionados

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí

Noticias Recomendadas