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Ecosistema de agronegocios resiliente en tiempos del Covid-19
La resiliencia pudiera coadyuvar a la reactivación de mercados asegurando la provisión de alimentos en el presente y futuro inmediatos, preservando la integridad y salud de los actores participantes en la misma red.
La caída de la actividad económica mundial, en particular en Estados Unidos, China y Europa, tiene un impacto negativo en América Latina y el Caribe a través del comercio en sus dimensiones de volumen y precio, en especial de materias primas.
Diversos países de la región están expuestos a la contracción de la economía de Estados Unidos y la reducción de remesas de los migrantes.
La CEPAL (2020) refiere que ante el reciente panorama económico se espera un desplome de precios de exportación 8.8%, con la consecuente disminución del valor de las exportaciones 15% y una contracción de su volumen del 6% que obedece a la contracción de la demanda mundial.
Ante dicho escenario resulta preponderante el fortalecimiento de las redes de valor agropecuarias desde un enfoque resiliente, es decir favoreciendo la capacidad de adaptación de las redes ante el Covid-19 y la posibilidad de otras disrupciones ejemplo: la nueva gripe porcina (virus G4) o el virus de la gripe A (H1N2).
La resiliencia pudiera coadyuvar a la reactivación de mercados asegurando la provisión de alimentos en el presente y futuro inmediatos, preservando la integridad y salud de los actores participantes en la misma red, entre ellos instituciones gubernamentales, agroempresas, proveedores de insumos, técnicos extensionistas y consultores, en el entendido que, la producción de bienes o servicios no puede ser realizada por un único actor o agronegocio, y por tanto, son requeridos proveedores de insumos varios.
La óptica anterior, permite considerar al ecosistema de agronegocios como un modelo de interconexión y dependencia entre los actores y las redes de valor agropecuarias que la integran, con el propósito de contribuir al posicionamiento competitivo de los agronegocios participantes, asegurando su permanencia en el tiempo, ante disrupciones como el Covid-19 y con base en el establecimiento de vínculos de tipo financiero (créditos y/o seguros), tecnológico (asesoría, consultoría y capacitación), comercial (transporte, logística y proveeduría).
Lo importante es tener en cuenta el alcance del ecosistema de agronegocios en el diseño y la puesta en marcha de proyectos e iniciativas de desarrollo para favorecer la integración, dinamización y derrama económica local, mediante la reconstrucción y fortalecimiento de redes de valor agropecuarias presentes en los diversos territorios rurales de México. Lo anterior como medida para disminuir los efectos económicos nocivos del Covid-19.
Algunos de los elementos a considerar en el diseño de proyectos e iniciativas que retomen a las redes de valor agropecuarias son los siguientes:
• Diseñar paquetes de estímulos financieros acorde al perfil del beneficiario y sus necesidades de financiamiento, aspecto en el que los Fideicomisos Instituidos en relación con la Agricultura (FIRA) contribuye ampliamente.
• Adoptar diferentes esquemas de comercio electrónico y desarrollo de infraestructura de tecnologías de la información y la comunicación, que permitan operar los agronegocios desde el confinamiento, durante y después del Covid-19.
• Rediseñar las actuales condiciones de pago (tiempo de espera) a proveedores en el marco de la agricultura por contrato de productos hortícolas, especialmente.
• Desarrollar e integrar circuitos cortos de comercialización como alternativa para disminuir pérdidas postcosecha y minimizar el impacto negativo de otros factores.
• Fortalecer la asociatividad (organización) como herramienta para asegurar la producción primaria, agregación de valor y la comercialización.
En la medida que los proyectos e iniciativas de desarrollo se encuentren debidamente focalizados y respondan a las necesidades de los actores participantes, se estará en posibilidad de favorecer la resiliencia del ecosistema de agronegocios.
*José Alberto Zarazúa Escobar. Especialista de la Subdirección Técnica y de Redes de Valor de FIRA. La opinión aquí expresada es del autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA.