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Opinión

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La importancia de una buena salud financiera para alcanzar las metas

¿Qué significa tener salud financiera? Es realizar una buena gestión y mantener el control de las finanzas para alcanzar metas y hacer frente a imprevistos. Se lee fácil, pero para lograrlo se requiere de esfuerzo y disciplina. Por ello, el primer paso consiste en definir uno o varios objetivos. ¿Qué se quiere obtener y en qué tiempo? 

En principio, el ahorro es fundamental para tener una buena salud financiera. La Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF), que se realiza cada tres años por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) en conjunto con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), determina que en México casi siete de cada 10 personas adultas ahorra; no obstante, una parte de la población adulta lo hace a través de instrumentos informales, es decir, lo guarda principalmente en su casa.

Y justamente todo inicia en casa: normalmente de niño se escucha la frase típica de mamá “tienes que ahorrar, si algo te quieres comprar”. Algunos hacen suya la idea de que el ahorro es fundamental y no sólo para cumplir alguna meta, como comprarse un antojo, algo de ropa o tener antes que nadie tu gadget favorito, sino para poder afrontar alguna incidencia en el futuro, cuando los papás ya no se encuentran a un lado.

Entonces es cuando se comprende la importancia de aquella frase del ahorro que acompaña desde la niñez, adolescencia y edad adulta en la que se enseña la relevancia de ello, es un asunto primordial para poder alcanzar las metas planteadas. También existe otra frase que se escucha comúnmente: “Si tienes $100 pesos, gasta $50 y guarda el resto”. ¡Qué razón tenían las mamás!

Con el paso del tiempo se aprende a cuidar la salud, tanto física y emocional, pero ¿dónde queda la salud financiera? La mejor forma de mantenerla es crear un plan que permita controlar los gastos e ingresos, es decir, un presupuesto. Con él, se puede tener el control de las finanzas y planificar para evitar en el futuro algún contratiempo económico, por lo que se convierte en el mejor aliado de las finanzas personales.

¿Cómo llevar a cabo un presupuesto? Es algo sencillo, que requiere poco esfuerzo, pero sí práctica y, sobre todo, disciplina. La primera actividad es anotar (puede ser en el celular) los ingresos y gastos por mes; es decir, en ingresos los pagos de nómina, utilidades o apoyos económicos que se reciban. Para los egresos, se recomienda registrarlos de lo general a lo particular, iniciando con las necesidades primarias (renta, alimentación, salud), gastos imprescindibles (pago de servicios, tarjetas, préstamos, ocio y compras inteligentes) y, finalmente, destinar un porcentaje al ahorro.

Para separar los gastos corrientes y evitar gastarlo antes de tiempo, se puede utilizar la funcionalidad de apartados que algunos bancos tienen en sus aplicaciones móviles, esto permite separar el dinero destinado a gastos de servicios en otra “bolsa” diferente al saldo disponible y así evitar gastarlo.

Transcurrido el tiempo y una vez que se pueden comparar los gastos con los ingresos se puede determinar si se está gastando más de lo que se percibe, de ser así, se lleva a cabo un ajuste en los gastos para poder ahorrar y contar con esos recursos que puedan cubrir alguna contingencia o imprevisto. Este método permite evitar tentaciones, separar adecuadamente los ingresos y tener un mayor control sobre los gastos, destacando que ese extra o pequeño porcentaje se mantenga como un ahorro mes a mes.

El siguiente paso es que los ahorros dejen de vivir “debajo del colchón” y ponerlos a trabajar, sí, en una institución supervisada, regulada y autorizada por la CNBV. Para lograrlo se tiene que trazar un plan u objetivo; por ejemplo, para comprar los equipos electrodomésticos de la casa. La tarea inicial es comparar e investigar los diferentes productos de inversión que ofrece la banca, conociendo plazos, riesgos, rendimientos y el tiempo que los recursos se van a mantener en la institución.

Trabajar sin un plan como el anterior, así como no acercarse con un asesor de la banca en la materia, hace más difícil cumplir los objetivos de vida, que pueden ser autos, viajes, compras especiales, muebles o un bien inmueble. Es por esto que hay que tener en mente que el ahorro es fundamental para afrontar algún apuro económico o también para cumplir ese gusto que tanto se anhela.

Algunos aprenden de esta forma, pero existen diferentes herramientas e instituciones financieras que pueden ayudar a crear un presupuesto y poner a trabajar el dinero. Se puede hacer la prueba, tal vez este método ayude a alcanzar los objetivos. ¡Hay que animarse! Con un poco de esfuerzo, práctica y disciplina se pueden lograr cambios favorables en la salud financiera.

* Oscar Nolasco Martínez es Associate Client Servicing, BBVA Asset Management México.

oscar.nolasco@bbva.com

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