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La pitahaya de productores mayas en Quintana Roo, con calidad de exportación
El desarrollo de intermediarios ha perjudicado a los productores del fruto que reciben una cantidad menor respecto de lo que se llevan los intermediarios en el mercado nacional e internacional
En el Sureste de México se encuentra un nicho agroecológico muy importante en diversidad de especies del género Hylocereus, algunas de estas especies han sido cultivadas y seleccionadas por productores locales desde hace más de 50 años derivando a las variedades cultivadas de pitahaya que actualmente se comercializan en los mercados locales de la península de Yucatán.
El cultivo de pitahaya en la Península de Yucatán, presenta algunos factores adversos en su actividad tales como: mayor clima tropical, tecnificación deficiente y un menor conocimiento del propio cultivo por parte de los productores, sin embargo, a pesar de esa adversidad presenta la suficiente fortaleza para su desarrollo, teniendo la gran oportunidad de prosperar y mejorar el nivel de ingresos de los productores, así como, de incorporar una mayor superficie de producción de pitahaya en Quintana Roo.
Actualmente en el estado y de acuerdo a información del SIAP-SADER, se tiene registrada una superficie establecida de 1,267 hectáreas de pitahaya, mismas que están distribuidas en pequeñas superficies que van desde la media hectárea hasta las 20 hectáreas, con un promedio por productor de 2 hectáreas, esta condición, más el bajo nivel de manejo agronómico con rendimiento promedio de 4.5 toneladas por hectárea, ha favorecido a la proliferación de la intermediación de comercializadores locales, lo cual afecta en un menor precio pagado al productor en comparación del precio final de la fruta al consumidor final.
En campo durante el pico de la mayor producción de la temporada, el precio que llega a pagar el intermediario es de hasta 10 pesos el kilogramo de pitahaya de primera y segunda calidad, mientras un consumidor en el norte del país llega pagar más de 110 pesos por un kilogramo del fruto y en mercados internacionales como Estados Unidos, el kilogramo llega a venderse en más de 235 pesos en los principales supermercados.
La producción de México tiene una participación mínima en las importaciones de los principales mercados internacionales, hoy por hoy, diversos autores consideran a Vietnam como el principal exportador con un volumen de producción que alcanza alrededor de 1 millón de toneladas en una extensión de 40 mil hectáreas dedicadas al cultivo de pitahaya o fruta del dragón siendo la quinta fruta tropical más importada de Asia, principalmente a China.
Destaca el hecho de la mayor demanda nacional e internacional; en México en menos de una década ese cultivo ha podido establecer algunas plantaciones tecnificadas, principalmente en Oaxaca, Puebla, Jalisco, Baja California y los estados del Sureste para cumplir las condiciones de satisfacer esa demanda.
En Quintana Roo, las comunidades de la cuenca pitahayera que se localizan desde la zona denominada los chunes hasta comunidades como Tihosuco y Tepich en el sur del estado, con el objetivo de concentrar, compactar y consolidar su oferta de producción para negociar en mejores mercados, han iniciado la formalización de la constitución legal de organizaciones de productores en figuras como cooperativas productivas buscando el incremento de sus ingresos.
Actualmente, las áreas de oportunidad en la mejora de las condiciones a las que se enfrenta el productor han sido detectadas por FIRA y principalmente se identifica la de mejorar los aspectos técnicos de producción con un manejo integral, así como, la calidad e inocuidad de la fruta que comienza desde antes de la floración, el manejo de post cosecha factor fundamental para que la vida de anaquel al llegar a los mercados externos y desahogar al mercado local buscando mejores precios a los registrados ante el exceso de producción estacional y el acceso al financiamiento a los principales actores de la cadena.
FIRA ha iniciado el primer grupo de productores la gestión y trámites de financiamiento para la producción primaria acompañada con el otorgamiento de asistencia técnica especializada y capacitación, considerando dos de los objetivos prioritarios de FIRA:
- Inclusión financiera a los productores.
- El incremento en la productividad para las condiciones de desarrollo de los productores
Lo anterior, deriva por atender y capacitar a los productores en los temas de asistencia técnica agrícola y herramientas financieras que son fundamentales en la contribución e impulso al desarrollo de este sector, permitiendo capitalizarse e invertir en la mejora en esta cadena de producción.
*José Luis Martínez Mendoza es Promotor en Residencia Estatal Quintana Roo. La opinión aquí expresada es del autor y no coincide necesariamente con el punto de vista oficial de FIRA.