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Las cuentas alegres aprobadas con los ojos cerrados
Ojalá que, en octubre del 2023, cuando esté a discusión el Paquete Económico para el último año de gobierno de esta administración (de acuerdo con los plazos constitucionales) podamos decir que la Secretaría de Hacienda tenía toda la razón, que efectivamente no hubo recesión en Estados Unidos y que la economía mexicana sí creció al 3%, tal como lo anticipan en este momento.
Sería fantástico un “tengan para que aprendan” y veamos que sí tuvieron razón los diputados y senadores del régimen en servir como una simple y muy costosa oficialía de partes de las decisiones tomadas en Palacio Nacional. Que fue muy bueno que renunciaran a su obligación constitucional de revisar las leyes de Ingresos y Derechos de la Federación para el 2023 y que optaran por la actuación habitual de no cambiar ni una sola coma.
Esperemos que así sea, porque lo que hoy transita sin dificultades entre la mayoría del Presidente parece altamente riesgoso.
Si nos atenemos a las experiencias de las planeaciones económicas previas del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, desde el 2019 y hasta la fecha, hay razones de sobra para estar más que preocupados.
Sobre todo, cuando a la par de las fallas sistemáticas en todos sus cálculos se agrega un incremento sustancial del endeudamiento del país que ya supera más de la mitad del tamaño del Producto Interno Bruto y sigue en aumento acelerado.
Así como López Obrador sigue jugando con los sentimientos de sus seguidores y les vuelve a prometer un sistema de salud como el de Dinamarca, cuando ni siquiera hay las medicinas elementales, así la expectativa que generó es que a estas alturas deberíamos estar creciendo a tasas de 6% al año.
Lo cierto es que a México le va a ir muy bien si logra recuperar todo lo perdido durante estos años para llegar al 2024 con una economía del tamaño de la que tuvimos al cierre del 2018. Nos iría muy bien si solo es un sexenio perdido y no más.
Lo primero que pinta muy mal es que los legisladores de órgano avalen un crecimiento del Producto Interno Bruto para el próximo año de 3 por ciento. Una estimación que no comparte ningún analista, grupo financiero u organismo internacional, nadie.
Es verdad que no hay consenso en el mundo financiero sobre la inminencia de una recesión en la economía de Estados Unidos, pero hay claridad de una baja pronunciada en la actividad económica a la par de una inflación no tan alta pero persistente.
Una falla importante en las estimaciones de crecimiento y recaudación durante el 2023 puede complicar mucho el panorama financiero del 2024 cuando seguramente los obedientes legisladores aprobarán un descomunal gasto de refuerzo electoral.
El Presidente se arrepintió respecto a no militarizar la seguridad pública y al parecer también se arrepintió de no endeudar más al país. Si la economía no crece como creen y no obtienen los recursos tributarios para financiar su elevado gasto, las finanzas públicas se van a deteriorar.
Pero eso no lo ven los obedientes diputados y senadores del régimen que solo siguen instrucciones de pasar los deseos presidenciales, así, sin mover una sola coma.
Una falla importante en las estimaciones de crecimiento y recaudación durante el 2023 puede complicar mucho el panorama financiero del 2024.