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Los Rolex que hacen temblar al Perú
Para Bill Gates “el reloj es un candado para el éxito” y hoy nadie parece entenderlo mejor que Dina Boluarte, la impopular presidenta del Perú.
Sus Rolex tienen temblando a la nación entera que desde el año 2000, se tambalea por las imperfecciones de su democracia, y ha tenido seis presidentes en los últimos seis años. Removidos por estar ligados a casos de corrupción.
Ahora ella podría sumarse a esa lista y lo peor del caso es que la deteriorada democracia del país, acabaría por pagar las consecuencias, en un momento en el que la economía no va bien, la pobreza crece, y la violencia azota a la población.
Este fin de semana, la policía y la fiscalía peruanas llevaron a cabo un allanamiento sorpresa en la casa de la presidenta Boluarte y en el palacio de gobierno, como parte de una investigación por “enriquecimiento ilícito” tras las noticias de que la habían visto llevando relojes Rolex desde que asumió el cargo.
La investigación comenzó el 18 de marzo, después de que el programa de noticias por internet “La Encerrona” reveló que la mandataria había empezado a llevar relojes cada vez más caros, entre ellos al menos un Rolex, -de aproximadamente 14.000 dólares- desde que asumió el cargo en diciembre de 2022. Los fiscales sospechan que violó las leyes del país contra el enriquecimiento ilícito y no declaró bienes de lujo. En Perú, las autoridades electas deben informar al gobierno de cualquier activo con una valor superior a los 2.774 dólares, y consignar cualquier regalo recibido de terceros.
Además de esto, los medios de comunicación locales han informado desde entonces que Boluarte ha llevado otros tres relojes Rolex, así como una pulsera Cartier valuada en 50.000 dólares. A la vez que las autoridades bancarias han detectado unos 300.000 dólares en depósitos de origen desconocido realizados en sus cuentas personales antes de que asumiera el cargo.
Mientras tanto, el país se sumerge en una de las peores crisis de su historia y en la incertidumbre política que marca cada vez más distancia entre gobernantes y gobernados, reflejada en la última encuesta elaborada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en donde se muestra que mientras el 50% de la población confía en la iglesia católica, apenas el 3% de los peruanos lo hace en los partidos políticos.
A lo que habrá que agregarle el contexto de recesión económica en el que se encuentra sumergido el país, con el PIB contrayéndose en 0.6% en 2023 -siendo el peor resultado desde 1998-, y la pobreza aumentando por segundo año consecutivo, hasta llegar a alcanzar el 33% de la población. A la vez que la criminalidad aumenta con más de 120 asesinatos en lo que va del año y el decreto de emergencia en dos provincias por ola de violencia.
Algo está podrido en la nación inca, y es que desde 2016 cuando los escándalos de corrupción consecutivos comenzaron a alimentar batallas políticas, dos presidentes, Castillo y Martín Vizcarra, fueron destituidos. Mientras que Pedro Pablo Kuczynski, dimitió para evitar la destitución. De hecho, todos los expresidentes peruanos vivos, excepto uno, Francisco Sagasti, que gobernó desde finales de 2020 hasta mediados de 2021, han sido investigados por corrupción o abusos de los derechos humanos. En 2019, el expresidente Alan García se suicidó para evitar ser detenido.
Antes de asumir el cargo, Boluarte ganaba 1100 dólares al mes como funcionaria de la institución estatal que elabora los documentos de identidad. Como ministra, ganaba unos 8000 dólares al mes, y como presidenta gana algo más de 4000 dólares al mes.
¿Cómo se compró los Rolex?
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