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Opinión

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Los misterios de Revolver

Todo lo que se ha escrito sobre Revolver es cierto. El séptimo álbum de The Beatles cambió el rumbo de la historia de la música popular y más de medio siglo después seguimos fascinados por los sonidos contenidos en este álbum. El disco lanzado el 5 de agosto de 1966 cambió nuestra percepción sobre lo que es un álbum de rock y abrió nuevas posibilidades que hoy seguimos explorando. 

Este es un álbum que fue grabado en una consola de cuatro canales. John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr aún realizaban la mayoría de las interpretaciones en una misma toma y con la ayuda del productor George Martin y el ingeniero Geoff Emerick comenzaron a incorporar nuevas técnicas de grabación, instrumentación y sonidos. 

Las distintas direcciones musicales son un reflejo de lo que estaba pasando con sus integrantes y alrededor. 

1966 fue el año en que la vida de The Beatles se transformó. Luego de tres años intensos en los que John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr produjeron seis álbumes, una veintena de sencillos, dos películas sumamente exitosas (A Hard Day’s Night y Help!) y habían girado por todo el mundo, el cuarteto cambió de rumbo. En la narrativa tradicional, los grupos de pop eran y son productos desechables que caducan después de 36 meses, una vez que han sido explotados y desgastados hasta el cansancio, listos para ser reemplazados por una nueva moda. 

The Beatles había dejado de ser un grupo que parecía prefabricado, cortado bajo un mismo modelo y los trajes que les había impuesto Brian Epstein ya no encajaban en la imagen. Los cuatro músicos comenzaron a cambiar su forma de vestir, justo en el momento en el que se gestaba el Swingin’ London, una revitalización del Reino Unido que por un breve momento vio una recuperación económica e impulsó una nueva ola de moda, música y arte. 

En 1966, la banda se enfrascó en una serie de escándalos con la realeza en Filipinas, con grupos conservadores en Estados Unidos y con la prensa tras unas declaraciones que dio Lennon a la periodista Maureen Cleave que se malinterpretaron. El mundo también perdía su optimismo y comenzaba a cambiar con las tensiones raciales en Estados Unidos, la guerra en Vietnam y una nueva crisis económica en el Reino Unido.  

Uno de los cambios más significativos hasta ese punto fue la maduración en sus composiciones. En tres años, Lennon, McCartney, Harrison y Starr pasaron de cantar “She Loves you” a “Eleanor Rigby”. Aquí, la voz de Paul McCartney es acompañada sólo por un arreglo de cuerdas cortesía de un cuarteto de cuerdas, dos violas y dos cellos, algo que jamás se había hecho en el rock. “For No One” incorpora instrumentos clásicos como el clavecín y el corno francés. Ambas canciones reflejan el interés que tenía Paul McCartney por la música de concierto.  

La música había dejado de ser inocente y ahora había una fuerte experimentación lisérgica que se traducía en el uso de la distorsión y la manipulación de cintas. Además comienza a relucir el talento musical de George Harrison con sus exploraciones de rock psicodélico “I want to tell you”, “Taxman”, una mordaz crítica al fisco, y en “Love you to”, que incorpora los sonidos de la música india. Fue aquí donde George Harrison comenzó a adentrarse en sus estudios con la cítara y esto también influenció a Lennon a componer “Tomorrow never knows” sobre una misma nota, como una raga hindú. 

Las letras de Lennon comenzaban a volverse más surrealistas y oníricas, producto también de sus experimentaciones con el LSD —“Doctor Robert”, “I’m only sleeping” y “She said, she said” son buena prueba de ello. Mientras que “Yellow Submarine” transforma una copla medio oscura en una de las canciones más memorables de todos los tiempos. Además incluye la participación de Pattie Harrison, Marianne Faitful y Brian Jones de The Rolling Stones

“Tomorrow Never Knows” fue inspirada de una de las múltiples expresiones coloquiales liverpoolianas de Ringo Starr. Pero musicalmente hablando es una de las baterías más complejas jamás grabadas en la historia del rock y es también uno de los primeros usos de la manipulación de cintas —lo que ahora se le conoce como loops o sampleos— en la música popular. 

Giles Martin, hijo del productor George Martin, es el encargado de hacer una remezcla del álbum para los estándares sonoros del siglo XXI. Martin utilizó la misma tecnología que el director Peter Jackson para poder separar los instrumentos de la mezcla. Al volver a escuchar “Yellow Submarine” y “Tomorrow Never Knows” sigo sin poder descifrar cómo es que lograron esa producción. 

Dos discos adicionales llenos de sesiones y tomas alternativas nos ofrecen un vistazo a la evolución de estas canciones. Así como lo demostró el documental Get Back, The Beatles estaban dedicados a su oficio y aquí se encontraban en la cima de su éxito y en la cima de sus poderes de experimentación y creación. 

Revolver es el punto de inflexión donde The Beatles deja de ser un grupo desechable y toma verdadera conciencia sobre cuáles son las posibilidades del estudio de grabación. La banda dejaría de tocar en vivo en agosto de 1966, tres semanas después del lanzamiento del álbum. En los siguientes tres años y medio produjeron Sgt. Pepper 's Lonely Hearts Club Band, Magical Mystery Tour, Yellow Submarine, The Beatles, Abbey Road, Let It Be, para cambiarlo todo en la música y, luego, separarse en 1970.

Más de medio siglo después Revolver sigue siendo una revolución musical en nuestros oídos. 

antonio.becerril@eleconomista.mx 

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Coordinador de Operaciones Online. Periodista. Desde el 2019 escribe la columna semanal sobre música “Mixtape” en El Economista. Ha sido reportero de tecnología y negocios, startups, cultura pop, y coeditor del suplemento de The Washington Post y RIPE.

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