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Opinión

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¿Podrían los procesos inflacionarios regresar?

Conforme avanza el 2021 la economía mundial empieza a mostrar señales de recuperación económica, principalmente en materia de comercio originado por el flujo entre China, Japón, Corea del Sur, Estados Unidos y la Unión Europea. Lo anterior, aunado con la recuperación de las actividades económicas, ha generado un aumento en la demanda agregada como es de esperarse. En consecuencia, la inflación se vuelve el indicador principal para medir el dinamismo de una economía. En este sentido, el lunes de esta semana la agencia estadística europea Eurostat dio a conocer el comportamiento del índice de precios del consumidor con base en la variación porcentual anual, en donde se observa que después de una caída continua durante los últimos 11 meses del 2020, los precios registraron un alza de 0.9% en enero de este año. Para el caso de Estados Unidos el mismo indicador fue de 1.4%, mientras que para el caso de México de 3.5 por ciento.

Al considerar la evolución de los precios del petróleo también encontramos incrementos consistentes, sobre todo a partir de la prohibición de Biden para realizar nuevas perforaciones. El precio del crudo en esta semana se ha incrementado en 1.3% promedio diario, lo que claramente es señal de un repunte en la demanda de este bien. Las expectativas económicas generadas por diversos factores parecen estar ocasionando presiones inflacionarias en las principales regiones del mundo. Los incrementos en los precios siempre tienen dos principales consecuencias: del lado de la oferta mayores incentivos a la producción e incentivos a la inversión, pero del lado de la demanda una caída en el poder adquisitivo de los individuos y una consecuente contracción del consumo.

Bajo el escenario que estamos viviendo, con actividades económicas empezando a recuperarse y con un ingreso desacelerado debido a la pandemia, el riesgo de enfrentarse a procesos inflacionarios constantes es muy alto. Las empresas están ávidas de mayores ventas e ingresos, y si la expectativa de crecimiento en la demanda agregada está creciendo, sería muy normal presenciar aumentos en la inflación. Lo anterior puede generar un problema mayor respecto a la brecha de inequidad existente en el mundo y, por ende, sobre los niveles de pobreza. Y es que una disminución en el poder adquisitivo de las familias, ocasionado por la inflación, afectaría negativamente aún más las condiciones de vida de las personas.

Es sumamente importante que las autoridades monetarias estén al pendiente de la evolución de los precios, y que los gobiernos tomen las medidas necesarias para evitar los procesos inflacionarios, porque bajo un ambiente con fuertes expectativas de recuperación, ante la pandemia y sus consecuencias económicas, con bajos ingresos; una inflación descontrolada sería desastrosa. Pero todo parece indicar que es muy posible.

*Salvador Rivas Aceves es académico de la Facultad de Empresariales en la Universidad Panamericana

srivasa@up.edu.mx

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